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La noche fue mágica para ambas, Alicent había cumplido un sueño, había perdido su pureza con la mujer que siempre soño, con aquella mujer de la que se había enamorado desde que la conoció.

Aquella mujer que siempre le sacaba una sonrisa, amaba a Rhaenyra de eso estaba segura.

Rhaenyra se había despertado primero, veía lo hermosa que era Alicent analizaba su hermosa cara mientras recordaba todo lo que había sucedido anoche, recordó como se veía la cara de Alicent excitada y parecía que Rhaenyra quería recrear la noche, pero por más que quisiera debía volver a su habitación antes de que se dieran cuenta de que no estaba.

Despertó a Alicent para que no pensara que había desaparecido de la nada y se asustara cuando no la viera.

"Ali, Ali.." repitió un par de veces mientras le daba un par de besos en la frente tratando de despertarla, después de un rato Alicent al fin despertó.

Entre gruñidos pregunto que pasaba a lo que Rhaenyra puso una sonrisa en su rostro, era todo lo que siempre quizo, ver así a Alicent por las mañanas, tenerla en sus brazos y abrazarla con fuerza.

"Debi irme.. Los guardias empezaran a preocuparse si no voy.." empezó a decir Rhaenyra pero Alicent la callo de inmediato con un beso.

"no te vayas, porfavor.." dijo Alicent, no quería dejar ir a Rhaenyra y se aferraba más a sus brazos.

Aunque después de un rato la dejo ir pues Rhaenyra le había dicho que volvería a verla cuando el castillo este dormido.

Solo así Alicent la dejo irse y así como llegó a la habitación de Alicent por los pasadizos secretos fue como volvió.

Al regresar tuvo suerte de que aún sus criadas no habían llegado para dejarle su ropa y accesorios porque si no ya la estarían buscando, se sentó en su escritorio sin muchas ganas de nada, el día transcurrió con tranquilidad, en la mente de Rhaenyra solo había una persona, Alicent.

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Habían pasado 3 días y Rhaenyra no había podido estar de nuevo con alicent, solo la veía y platicaba con ella y luego regresaba a su habitación pues sus hijas aquellos días habían querido  dormir con ella y no se desplegaban para nada de ella y es que lo que Rhaenyra no sabía era que Lord Corlys había Estado envenenando la mente de sus hijas, le decía que tenían que estar a su lado las 24 horas del día o le robarian a su madre la "serpiente Hightower" que era como la llamaba Corlys, era por eso que sus hijas estaban tan asustada de perder a su única madre que se aferra van a ella siempre.

No fue hasta que un día Rhaenyra se sentó con ella y ni Rhaena ni baela la dejaban irse incluso aveces lloraban cuando ella se iba, pues su padre le pedía que estuviera en reunión de consejo para que aprendiera un poco más para cuando sea su turno de reinar.

Fue cuando sus hijas se aferraron a sus vestidos que Rhaenyra tenía que hablar con sus hijas, este comportamiento no era normal para nada, antes claro que no querian que se fuera pero nunca habían llorado porque se fuera aparte solo se iría por una hora máximo.

Tomó a sus hijas con delicadeza de el brazo y sentó a ambas en las sillas que tenían cerca y ella se sentó en frente de ellas.

"Quiero saber el porque de su comportamiento, yo las quiero mucho pero porque no quieren que me vaya? Alguien les hace daño? Díganme lo y le cortare la cabeza, lo juro." empezó a hablar Rhaenyra preocupada por la actitud de sus hijas.

Las gemelas guardaron silencio por unos segundos hasta que baela decidio hablar.

"Es que.. No queremos que te roben mamá." dijo Casi llorando baela.

The Targaryen Blood (Pausada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora