Consejo

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Gran Bretaña viajó para, sorprendentemente, dialogar y convencer a su heredero de no iniciar alguna revolución contra su imperio. Normalmente cuando se trataban de revoluciones lo que se hacía era cambiar de representante en la colonia, es decir; silenciar y encarcelar al representante hasta que fallezca mandando a su vez un mensaje desalentador a la población, pero el inglés al ya haber nombrado a Trece Colonias como un heredero no podía realizar aquello ya que no podría volver a nombrar a otro herededo según la delicada línea imperial entre naciones, si debía dañar, sólo podría hacerlo contra la población.

— ¿Te das cuenta que tu mayor argumento para levantarte contra mí es porque le subí el precio al té?

— ¡Claro que no es sólo por eso! ¡tienes un trato injusto hacia mi población, incluso conmigo! - alzó la voz Trece Colonias.

— ¡Yo siempre te traté bien! y sobre la población, simplemente se les ha dado un aumento de impuestos — argumentó Gran Bretaña, decía aquello comparado a cómo trataba a sus demás colonias - además, gracias a mí tienes ese color rubio bonito de tu cabello.

El americano mostró una mueca de disgusto, no le importaba que el color rubio en su cabello fuera una muestra de superioridad en la entonces sociedad que vivía; odiaba ese color porque se convertía en el recuerdo de una colonización masiva, que sus nativos, por ende su cultura, estaba casi extinta.

— Acabas de decir dos mentiras. Tú siempre me trataste mal, cuando mostrabas algo de interés en mí siempre fue por tu estúpida obsesión por mantener todo perfecto — se sentía la tensión en el ambiente — Odio todo de tí, tu estúpida forma de pensar, tu mal trato hacia mi población, tu idea de que me gusta tener el cabello rubio y ojos casi grises sabiendo que son un recuerdo de las atrocidades que permites que le hagan a las personas de aquí, tus malos consejos... — vió que a espaldas de Gran Bretaña habían soldados británicos que comenzaron a apuntarlo, estos dejaron de hacerlo al ver que su imperio levantaba la mano dándoles una señal silenciosa de bajar la guardia.

— No me importa todo lo anterior pero, ¿¡malos consejos!? ¡TE DOY LOS MEJORES! — exclamó ofendido.

— Decirme que si un ruso me llama a las dos de la mañana es porque está o va a hacer una estupidez de la que debo aprovecharme no es un buen consejo.

— Un día me lo agradecerás — se retiró del lugar habiendo utilizado sus últimas dos frases para despedirse. En realidad desde que Trece Colonias comenzó a discutir con él sabía que este había tomado una decisión de la cual no cedería.

Levantarse contra un imperio.

— ¿Te sirvió el consejo? — preguntó anonadado el canadiense

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— ¿Te sirvió el consejo? — preguntó anonadado el canadiense.

— ¿Cómo crees que conseguí a Alaska?

: Gran Bretaña no avisó a nadie sobre quién era su heredero

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: Gran Bretaña no avisó a nadie sobre quién era su heredero. Cuando pasó a ser Reino Unido al único que contó (y amenazó) fue a USA.

: El color de cabello de la colonia suele regirse en base al color de cabello que la mayoría de la población tenga, cuando pasan a ser independientes su color de cabello cambia a algo más parecido a la bandera que representan.

: No lo mencioné pero en «equivocación con el inmigrante» USA está en su forma humana.

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