𝑶𝟏 🐾

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El pequeño Minho paseaba por las aglomeradas calles de Seúl, en busca de otro gatito de compañía o bien, comida. Habían veces en las que Minho se sentía muy solito, y no tenía con quién estar, por eso, estaba en busca de una manada de gatitos.

Minho anteriormente había tenido un dueño, si no mal recuerda se llamaba Sun-Woo, según Minho, Sun-Woo era buena persona, era cálido sentirlo cuando Minho se acostaba en su regazo, pero habían veces en las que su dueño lo castigaba mucho, y eso a Minho lo entristecía. No sabía porqué lo trataba así.

Un día, el cuál Minho no recuerda muy bien, despertó en la calle. No supo porqué ni cómo, pero sentía frío, mucho frío, sentía su estómago vacío y sus patitas temblar. No sabía dónde estaba, ni recordaba cómo había llegado allí. Sólo recordaba que la noche anterior estaba jugueteando con un cable que se encontró por ahí, ya que su dueño no tenía tiempo de jugar con él porque trabajaba mucho. Hasta que sintió que algo cayó al suelo y quebró. Desde ese minuto Sun-Woo lo regañó, le gritó, decía que era muy molesto y que deseaba nunca haberlo tenido. El corazoncito de Minho dolió en ese momento, hasta que cayó dormido y despertó en la calle, solo.

Ya pasó un año de eso, Minho ya acostumbró a que la gente le diera cariño o lo pateara con una escoba al verlo, también a comer comida que se encontraba por ahí y sobretodo aprendió a sobrevivir solito. Era todo un independiente.

Era triste en cierto sentido, pero a Min ya no le afectaba mucho. Min era el apodo que usaba con él la señora Choi, la de las frutas de la esquina. Aquella señora siempre era muy buena con él, ella al conocerlo, compro una bolsa de croquetas de pollo y salmón, y cada día que Minho pasaba allí, la señora Choi lo alimentaba en una fuente de plástico.

A veces Minho deseaba ser humano, todo le resultaría más fácil si tan sólo tuviera extremidades que le permitieran agarrar cosas, caminar y ver de más alto diversas cosas, una voz que le otorgara una fácil comunicación en vez de pequeños y dulces maullidos que no le servian de nada a la hora de comunicarse con un humano.

A veces Minho deseaba ser humano, todo le resultaría más fácil si tan sólo tuviera extremidades que le permitieran agarrar cosas, caminar y ver de más alto diversas cosas, una voz que le otorgara una fácil comunicación en vez de pequeños y dulces ...

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🍙. HYUNJIN pov:

Me estaba comiendo con pasión mi heladito, era de mango con maracuyá, demasiado rico para mis papilas gustativas. Me encontraba caminando alrededor del parque de la plaza, la cuál tenia unos callejones a un lado, y estaba decorado de muchas flores bonitas y coloridas, ya habían florecido, puesto que comenzabamos primavera en Seúl, y las flores eran un bonito punto que observar. Seguí caminando, hasta que en uno de aquellos callejones que mencioné anteriormente, escuché un extraño ruido. Se escuchaba como alguien revolcandose entre las bolsas del gran contenedor de basura.

Decidí acercarme lentamente. Ni siquiera sé porqué me estaba acercando, quizás sólo era un vagabundo que quería dinero o comida. O hasta un asesino que querría matarme. Esa idea me asustó mucho, asi que decidí irme, pero apenas di un paso atrás para irme, escuché un quejido. Fue uno dulce, uno suave y bajito. Me terminé por acercar y ví a un pequeño chico, de piel pálida y lechosa, con cabello completamente negro, un negro oscuro, y con lo que parecían ser..

«¿Orejas de gato? ¿Una cola de gato?»

Me acerqué aún más a él, con la intención de ver estas de más cerca.

«Quizás era un prostituto que dejaron tirado, pobrecito» pensé.

«¿Y si me lo llevo?»

«Ay no, no, quizás me mate o me viole..» Lo miré una última vez. «¡Pero se ve tan tierno! ¡E indefenso! Si lo dejo aquí Diosito me castigará.»

Lo tomé de su espalda baja con un brazo y con el otro tomé sus piernas, así cargandolo como una princesa. Estaba desnudo, asi que me quité la chaqueta y lo tapé. Parecía dormido, o más bien inconsciente. Me preocupe más y caminé a paso rápido hacia mi apartamento.

 Me preocupe más y caminé a paso rápido hacia mi apartamento

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🍙. HYUNJIN pov:

Había llegado a mi apartamento, me costó un poco abrir la puerta, ya que con el chico en brazos no podia ocupar muy bien mis manos, pero al final pude. Caminé hasta mi habitación, lo recosté sobre la cama y lo analicé.

Si bien, el chico era tierno, su pequeño rostro adormilado era bonito, y el como sus rosaditos labios se abultaban levemente era un acogedor detalle que admirar. Su cabello, a pesar de estar en la basura, se veía brilloso y limpio, como si lo hubiera lavado recientemente. Este era de un color negro, muy oscuro, en cambio, su piel era pálida, parecía hecha de leche o porcelana, con algunos toques rosas en algunas partes, como su nariz. Su piel hacia resaltar su cabello, y lo hacia ver tierno de alguna manera. Y sus orejas gatunas, parecían ser reales y eso me asustaba, pero estas también parecian ser lindas, peluditas y pequeñas.

Este, al estar tapado con mi chaqueta, solo se veía de sus clavículas hacia arriba.

« Y no está de más decir que estas estaban muy marcadas, dándole un toque exquisito a su cuerpo. Sin dudas ese extraño era demasiado lindo. »

«¿Qué estoy diciendo? Parezco un enfermo hablando así de alguien que no conozco, perdón querido desconocido que metí a mi casa de puro estúpido. »

Aunque tenía dinero suficiente como para alimentar otra boca y sin saltar lo bueno que soy en la cocina, podría mantenerlo hasta que pueda ser independiente. Pronto me levanté para ir en busca de algo para taparlo, porque no lo tendría desnudo por la casa, claro que no. Encontré una de mis sudaderas, esta era de un lindo color grisáceo claro, le quedaría perfecto.

Volví hacia él, sentandome al borde de la cama y lo atraje hacia mí, como este estaba inconsciente, era como mover un muñeco. Era liviano, y encajaba perfectamente en mi cuello.

Entrecerré un poco los ojos antes de quitarle la chaqueta de encima, no quería ver nada privado. Al quitarsela, enfoqué mi vista en su cabello, evitando ver algo de más mientras levantaba un brazo para hacerlo pasar por el hueco izquierdo de la sudadera.

«No mires abajo, no mires abajo, no mires abajo.»

Pasé el otro brazo, aun con la mirada fija en un lugar cualquiera, pusé ambas manos en el elástico de la sudadera y al bajarlo, sin querer rocé con su piel fría.

«Santa virgen.»

Cerré mis ojos con fuerza, apenado totalmente, bajé rápidamente la sudadera y lo recosté nuevamente.

«Creo que ha sido el trabajo más arduo de toda mi vida.»

Decidí dejarlo descansar, puesto que parecía aún muy sumido en su quinto sueño, no pareciera que fuera a despertar en estos momentos. Fui a la cocina por algo de comer y luego veria la televisión, en un rato más iria a ver si despertaba.

❝ 𝐬𝐰𝐞𝐞𝐭 𝐟𝐞𝐥𝐢𝐧𝐞 . 𝐡𝐲𝐮𝐧𝐡𝐨 🐾 :・ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora