Cinco

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Seoyon.

Había escuchado el como mi tío era bueno en lastimar y torturar personas, como todos en la familia temblaban ante la idea que el se molestara con ellos.

Ahora entendía de diferente manera ese sentimiento. La manera en que hace que mis piernas tiemblen por el maldito deseo de que me tome es más que una tortura.

—Has arruinado tus pantalones, están mojados y tu ropa interior está peor —me tenía contra la pared de su habitación, su ereccion se pegaba fuerte en mi trasero y su mano frotaba mi entrepierna sobre el pantalón —aun ni empiezo y parece que te vas a correr en nada.

Sentía el cosquilleo llegar a mi vientre, como cuando la montaña rusa esta subiendo, pero a penas iba a llegar cuando se alejo.

—Aun no puedes correrte, debo disciplinarte, necesito que entiendas que una vez que mi polla entre en ese pequeño coño, no podrás ser tocada por nadie más ¿Estoy siendo claro? —asentí el se fue a sentar a la orilla de la cama — te vas a desnudar y vendrás a gatas hasta aquí, pero debes de verme a los ojos todo el tiempo.

Como si su aura no fuera tan abrumadora.

Saque mi camisa primero arrojandola al otro lado de la habitación, deje el sostén puesto, mi tío se frotaba el bulto en sus pantalones mordiéndose el labio, desearía que no se viera tan bien.

Lo siguiente fue quitar mi pantalón, para quitar mis bragas fue algo tortuoso el más mínimo rose en mi entrepierna me tenia sensible y se que podría correrme con esa mirada recorriendo mi cuerpo, cuando quite el sostén me hinque primero.

—Deliciosa, ahora veo aquí.

Cuando me puse en cuatro, el gatear hasta él fue algo humillante, pero está a dispuesta a esto y mucho más, solo él lo provocaba. Llegue en medio de sus piernas, tomó mi mentón y se inclino un poco hasta mi rostro.

—Chuparas mi miembro y tragaras mi semen como una buena puta.

—Jamás he hecho esto.

—Dios tu cara de inocencia y tu inexperiencia me hace querer ser mas cruel contigo, saca mi polla.

Las manos le temblaban, pero al lograr desabrochar su cinturón y bajar el zipper, su miembro era muy notorio, apenas baje su bóxer y su erección salió. La punta era rosada y gruesa como el falo completo, era largo y curvado. Estaba húmedo por el líquido pre seminal, no pude evitar saborear.

—Saca la lengua, esconde los dientes y usa tu mano para lo que no te entre en la boca.

Esa sonrisa de orgullo al saber que su miembro era demasiado grande como para poder meterlo por completo en mi boca, me hizo tratar de desafiarlo así me ahogara.

Tome la base para poder lamer todo el trono, nuestras miradas estaban unidas, note su respiración algo agitada cuando me acerque a la punta. Mis labios rodearon el grosor y lo chupe un poco antes de meterlo a mi boca, ahueque mis mejillas al mover mi cabeza. Mi lengua se movía contra las venas que sobresalían.

—Maldita sea, para ser tu primera vez lo haces jodidamente bien —sujeto un puñado de mi cabello —respira por la nariz.

Al decir esto bajo mi cabeza de golpe empezando a mover la cadera contra mi boca, la punta golpeaba mi garganta sacando lagrimas, junto con pequeñas arcadas. Casi me podía sentir gotear a pesar de lo rudo que estaba siendo el sabor salado de su miembro me parecía un manjar.

—Si derramas una gota note follare.

Se corrió con fuerza, llenando mi garganta creí que me ahogaría, pero pude tragar todo lo que soltó, aun así las lágrimas nublaba mi visión. Jalo mi cabello para separarme, en nada me había arrojado a la cama. Me arrastre hasta el centro para poder admirar, el como se desnudaba de manera lenta pero agresiva, la flexión de sus brazos al quitarse la camisa, como se marcaba su abdomen al agacharse para quitarse el pantalón y ropa interior. Mi centro palpitaba con ansiedad, solo había sentido sus manos y saber lo que podría hacerme con todo su cuerpo hacia que mi cuerpo lo esperara demasiado.

—Abre las piernas, déjame ver.

De manera automática separe mis muslos, separe mis labios vaginales mostrando lo humeda que me tenia, el tomo su miembro masturbándolo mientras se acercaba.

—Tienes dos opciones linda, tomar anticonceptivos, o empezar a tener a mis hijos, porque no usare preservativos contigo, mi semen ira dentro de tu coño, tu culo y tu garganta, y si me apetece te bañare con él, porque ¿A quien le perteneces?

—A ti.

No fue delicado, entro de golpe solo alineándose, pero no buscaba delicadeza, buscaba mi satisfacción. El ardor me fue estimulante. En la primer embestida su gruñido fue a mi centro haciéndome correrme, el sonrió mirándome a los ojos.

—El puto paraíso este coño, aprietas como si desearas arrancármelo.

Alzo mi muslo para empezar a moverse mas rápido, mis jadeos eran elevados, mis gemidos callados por sus besos salvajes, mordía mis labios y jugaba con mi lengua. Todo mi cuerpo estaba ardiendo, como si estuviera bajo algún estimulante, cada sensación me llegaba desde la punta de los pies hasta la cabeza.

Se acomodo para poder mis pechos sin dejar de entrar y salir de mi, yo metía los dedos entre su cabello, cuando lo sentí correrse y llenarme por completo un nuevo orgasmo me ataco, tome su rostro para verlo, nuestras respiraciones agitadas llenaban la habitación, mientras ambos dejábamos pasar el intenso placer que acabábamos de sentir.

—Vuelvo a ver alguna zorra entrar en la casa y la matare con mis propias manos, me pides ser tuya, te exijo ser mío.

—Es un buen trato, eres una Jung y sabes como negociar.

Me importaba una mierda lo que dijeran nuestras familias, la sutileza no es para mi tío, y ahora tampoco para mi.

Hoseok.

No salimos de la habitación por casi un día completo, los rumores en la mansión se hicieron presentes de inmediato, pero nadie me decía nada, todos seguían tratando a Seoyon de la misma manera, sabían que si la hacían sentir un poco incomoda, sus cabezas rodarían.

Pero sabia que alguien no se quedaría callada ni tranquila.

—¿En que estabas pensando? —mi madre entro a mi oficina con esa expresión furiosa que esperaba —es tu maldita sobrina Hoseok.

—Se que es mi sobrina —encendí un cigarrillo —pero ahora también es mi mujer.

—¿Tienes idea de lo enfermo que es eso? —le di una media sonrisa —le pediré a su familia que venga por ella.

Me levante de golpe de mi silla, golpee el escritorio con todas mis fuerzas, haciendo que el estruendo estremeciera a mi madre.

—¡Yo soy su familia! ¡Es mejor que no te metas en esto madre!, porque no me tentare el corazón si la intentas alejar de mi, nunca tuve tu apoyo en nada, te concentraste en mi hermano mayor, asi que no me vengas a dar ordenes, mucho menos ahora que soy la cabeza de esta familia, si temes por tu descendencia, no tienes porque hacerlo, investigue y podremos tener hijos sin complicaciones —le arroje el cigarrillo a los pies —no tengas en duda que hare cualquier cosa para conservarla y tu mejor que nadie sabe de lo que soy capaz.

—Estas mal Hoseok y esto te causara problemas, pero descuida no me volverás a ver, no quiero saber nada de ti.

Apenas salió de mi oficina sabia que era la ultima vez que la vería, pero no por sus términos, si no por los míos...







Delicato (JHS +21) Completa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora