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Un leve rubor se forma en las mejillas de Isagi Yoichi en cuanto ve a Itoshi Rin blandir la espada. No podía creer cómo lograba lucir increíble y emocionarlo como si fuera la primera vez. Sin duda, para Yoichi, Rin era el mejor Alfa que pudo conocer.

Cada vez que lo veía, no podía evitar sentirse feliz, y su corazón latía con fuerza cada vez que escuchaba su voz. Con el pasar de los días, a pesar de que Rin era completamente frío y distante con él, Yoichi ya había caído rendido a los pies del Alfa.

Allí fue la primera vez que el omega experimentó a lo que llamaban "enamorarse", claro que esto no era un secreto. Para Rin fue muy fácil saber los sentimientos de Yoichi, y por supuesto, fue correspondido a los pocos días, algo que llenaba de felicidad el corazón del chico más bajo.

Sin embargo, había un problema, y ese era que Rin no había cambiado para nada su comportamiento. A pesar de que ya eran una pareja, seguía siendo frío, distante, también solía insultarlo diciendo que era una molestia. Pero ahí seguía Yoichi, admirando al Alfa que tanto decía amar, entendiendo que esa era la forma de amar para el más alto.

—¡Eres increíble, Rin-san! —se acercó a él con una sonrisa divertida. 

Tomó la mano del Alfa, pero él la apartó al instante.

—Aún no es suficiente para superar a Nii-chan. 

Yoichi suspiró, y negó con la cabeza, así que intentó consolarlo.

—Para mí ya eres mejor que cualquier otro Alfa... —susurró, dedicándole una dulce sonrisa.

No le gustaba cuando Rin se menospreciaba por su hermano mayor, Itoshi Sae. Para Yoichi, no había nadie mejor que su fuerte novio, a pesar de que este era demasiado frío con él.

Rin le dedicó una mirada, como si quisiera matarlo con ella, algo que en realidad a Isagi no le asustaba. Sabía que eso era algo normal en el Alfa, es más, hasta pensaba que se veía sexy cuando este decía que lo iba a matar. Por esa razón, a veces encontraba divertido molestarlo un poco, ya que, de todas formas, nunca le hacía daño de verdad.

—No entiendes nada —le dijo mientras guardaba su espada—. Ya sé que soy el mejor para ti, esa mierda no me importa.

—Aun así, deberías descansar por ahora —le entregó una cantimplora con agua sin darle mucha importancia a lo que había dicho.

En realidad, ya estaba más que acostumbrado a esos comentarios crueles, y eso no le impedía seguir siendo un omega servicial para él. Rin aceptó el agua, bebió un poco de ella y volvió a entregársela a Yoichi sin decir una sola palabra de agradecimiento.

—Sabes que debo seguir entrenando —reprochó molesto.

—Llevas días haciéndolo, estoy preocupado por...

—¿Sabes? Es hora de que regreses a casa.

Yoichi pudo darse cuenta de que solo trataba de evadir sus palabras, pero al final no tuvo más remedio que hacer caso, ya que tenía razón, estaba comenzando a oscurecer.

—Esta conversación aún no se ha acabado, Rin-san —dijo cruzándose de brazos.

El alfa simplemente gruñó y rodeó su brazo por el hombro del chico.

—Es mejor que yo te lleve —susurró cerca de su oído.

Aquella repentina acción hizo temblar a Yoichi como nunca. Estaba sonrojado y realmente feliz porque era de las pocas veces donde Rin se comportaba como una verdadera pareja.

—¿Eh? Bien vamos, pero... ¿Por qué? —preguntó confundido mientras ambos caminaban por el pueblo.

—¿No es esta mierda lo que quieres que haga siempre? 

¿Marriage? 《 kaisagi • kiis 》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora