Fall in September | Kookv [Editando]

ʕ⁠'⁠•⁠ ⁠ᴥ•'⁠ʔづ 6

La mañana siguiente, Byunji ya no estaba. Sobre la mesa, junto a la taza de café vacía, encontró una carta con letras cursivas y tinta rosa. Leyó las palabras cariñosas y llenas de afecto que su novio le había dedicado, y una sonrisa se dibujó en sus labios.

Todavía desnudo, Jungkook recorrió su amplio apartamento hasta llegar a la pequeña cocina. La frescura de la mañana entraba por las ventanas, iluminando el espacio y resaltando el desorden de la noche anterior. Jungkook bostezó y se estiró perezosamente, sintiendo los músculos adoloridos por la fuerza con la que se había jodido a Lee.

—Mierda...

Al abrir el congelador y encontrarse con nada, maldijo entre dientes. ¡Había olvidado ir de compras! Sin pensarlo dos veces, y completamente desnudo, salió de su casa para ir a tocar la puerta de Kim.

Al final de todo, eran solo ellos los que vivían en ese piso.

Y Taehyung lo había visto incontables veces desnudo así que...

—¿Qué quieres?

Escucho la voz del castaño desde el otro lado de la puerta, llevo una mano hacia su cintura y siguió sin contestar.

—Se que eres tú Jungkook, así que habla de una puta vez.

—Abre la puerta.

Sorprendentemente Taehyung abrió la puerta, pero la cerró rápidamente al darse cuenta del estado desnudo de Jungkook.

—¡¿Intentas dejarme ciego?!

Jungkook no espero esa reacción, de pronto se sintió muy pero muy ofendido hasta tal punto en que sus orejas de calentaron.

—¡Que asco! ¡Ahora ya no podré dormir por las noches!

Siguió escuchando las quejas de Taehyung, miró su cuerpo sintiéndose cohibido.

—¡Hasta creo que me darán pesadillas por la horrible cosa que acabo de ver!

—¡Pues esa horrible cosa es la que chupabas como un puto loco hace tres años!—Jungkook miro a su pequeño yo, quién estaba triste entre sus piernas. Taehyung podía decirle de todo a el pero ¿Meterse con el pequeño Kook? Eso no.

—¡Eres un sin vergüenza, ven y da la cara!

Golpeó la puerta con más fuerza, ignorando el dolor punzante que recorría sus nudillos. Su insistencia no obtuvo más que el eco de su propia molestia. A groserías volvió hacia su habitación y se vistió con un simple corto y una polera negra. Con paso firme, regresó a la habitación de Taehyung. Esta vez, no esperaría a que lo invitara a entrar.

Giró la manija con decisión y entró sin permiso. La habitación estaba en penumbra, solo la luz tenue de la ventana iluminaba vagamente la figura de Taehyung sentado en la cama concentrado en el teléfono.

—Vete.— dijo Taehyung con voz ronca, sin siquiera mirarlo.

Jungkook lo ignoró. Caminó por todo el lugar hasta llegar a la cocina, estando ahí diviso una bolsa verde sobre la mesa. Sin pensarlo dos veces, la tomó y comenzó a llenarla con todo lo que necesitaba para preparar un desayuno y un almuerzo saludable. Sintió la mirada de taehyung en el, luego un bufido para después escuchar sus pasos acercarse.

—¿Ahora también vas a robarme?—preguntó finalmente — No puedo creerlo.

Ignorando las palabras de Taehyung, Jungkook continuó llenando su bolsa con lo que necesitaba. Agregó verduras, frutas e incluso cortó un trozo de carne para guardarlo. Sus movimientos eran metódicos y rápidos, metió todo lo que encontró en el refrigerador del castaño en la bolsa verde, hasta que sus ojos se posaron en una caja de chocolates que descansaba sobre la mesa. Cada chocolate era una tentación, una invitación con sabores exóticos y envoltorios brillantes. Jungkook extendió la mano para tomar la caja, pero Taehyung la arrebató de un manotazo, su expresión endureciéndose.