CAPITULO 1

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–You.

Ni siquiera sabía cómo había llegado a ese punto de su vida, tan perdida, a una corta edad, ni siquiera terminaba la escuela,  seguía siendo una joven de diecisiete, pero aún así no podía ni consigo misma.

—¡¿Qué rayos has estado haciendo _____?! — grito su madre molesta, al verla llegar con golpes por tercera vez en la semana, a lo que la fémina no respondió, solo dispuso de mirar hacia la pared.

No le importaba dar explicaciones, ¿Qué le diría? Pues después de la academia de taekwondo se metía en peleas clandestinas, era obvio que llegaría con heridas, pero sabía que si decía alguna palabra o sílaba acerca de eso, le prohibirían ir.

Era su salvación, después de toda la mierda que sucedía en su supuesto "hogar".

—hay que castigarla, algo debe de estar haciendo. — intervino en la conversación su padrastro, está lo miro retando, no le tenía miedo a pesar de que solía golpearla de vez en cuando.

—tu no eres mi pa- — la cachetada contra su rostro fue más que suficiente para que se quedara callada y no terminara de hablar.

Claro, no era su papá, sus padres se divorciaron de pequeña, rara vez veía a su padre, estaba activo de manera económica, pero físicamente ni hablar. Le enviaba la pensión mensual, pero habían veces en las que le daba muy poco, o incluso en algunas ocasiones no le daba nada.

—me caí mientras venía...eso sucedió — intento mentir, a lo que solo fue interrumpida.

—suficiente _____, a partir de hoy te tomaré la hora de llegada siempre que regreses del taekwondo — finalizó el sermón su madre, saliendo de aquella habitación, dejándola sola. — descansa.

Claro, "descansa", ni siquiera le dió de cenar.

Pero no estaba en sus planes descansar, claro que no, no fue hace poco cuando hizo un amigo en una pelea, y había quedado en verse con el después de ir a su casa, en un parque, por eso de las 11:00 pm.

Eran las 10:40, no se cambió, salió tal y como estaba, por la ventana, ya estaba acostumbrada a treparse con ayuda de un árbol que estaba pegado al vidrio. No camino mucho, pues el parque estaba cerca de su casa.

—Izana...— susurro al ver al moreno de cabellos blancos, de espaldas. — ¿Qué tienes para mí? — pregunto, sabía que si quería verla era para algo importante, hasta ahora solo la había citado dos veces, y fue por qué tenía peleas clandestinas para ella.

—Tenjiku. Tengo Tenjiku — hablo este volteando a verla, está lo miro extrañado.

En el poco tiempo que se conocían, ya habían entrado en una extrema confianza.

—te quiero en Tenjiku.

Y todo comenzó gracias a Izana~

Lunes.

Suavizó sus manos al sentir frío, estaban en clase de educación física y usaban las calzonetas en pleno invierno, por lo menos era la última clase del día.

Salió del colegio con una casaca grande puesta, una leve lluvia mojaba todo lo que encontraba a su alrededor.

Iba camino al supermercado, después de la escuela su madre le había ordenado comprar ciertas cosas.

—______! Espera, te acompaño! — grito su amiga corriendo detrás de ella, Izumi, la única de clase con la que se llevaba bien.

La fémina sonrió en silencio, al entrar al supermercado agarraba las cosas que veía convenientes para ella, y otras que le pidió su madre.

𝑇𝑜𝑑𝑜 𝐿𝑜 𝑄𝑢𝑒 𝑄𝑢𝑖𝑒𝑟𝑜 | 𝙍𝙖𝙣 𝙃𝙖𝙞𝙩𝙖𝙣𝙞 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora