Prólogo

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Abre los ojos con fuerza y terror, sin pensarlo comienza a temblar violentamente y morderse el labio inferior, con sus manos toca su frente como si intentara sentir algo, se sentía irreal

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Abre los ojos con fuerza y terror, sin pensarlo comienza a temblar violentamente y morderse el labio inferior, con sus manos toca su frente como si intentara sentir algo, se sentía irreal. El acababa de morir justo hace unos segundos.

Fue una experencia que jamás querrá repetir, la bala que se había incrustado en su rostro fue algo que no podría describir con certeza, solo que era demasiado doloroso y que no se lo desea ni a su peor enemigo, los pocos segundos que estuvo consciente se estuvo lamentando por su estupidez de seguir a las personas que ni siquiera le daban los buenos días.

El chico que había acabado con su vida había sido Sano Manjiro, el lider del grupo Bonten, que es pandillero y también demasiado popular con las chicas y gays. Sus miembros eran demasiado conocidos por ser unos hijos de puta en la cama y frente sus familiares unos incapaces de matar a una mosca. También sin dejar pasar los rumores donde decían que eran una total bestia en las peleas.

Logró a escuchar las risas de sus compañeros cuando el estuvo agonizando, al parecer su sufrimiento deleitaba de sobremanera a los mayores.

"Ya sentiré mis días menos pesados por que no estarás ahí para jodernos la existencia. Vámonos Toman."

Sip, esas fueron las ultimas palabras que escucho antes de caer a un inmenso vacío y despertar completamente desorientado.

Escucha los toques agresivos en su puerta.

- ¡Takemichi mueve el rabo maldita sea! ¡Llegaremos tarde a la escuela! - La irritada voz de Sendo llegó hasta su habitación, y el mencionado quedó petrificado por el pensamiento.

- Acaso... ¿Viajé al pasado? Maldición, ¿Es eso siquiera posible? - Piensa para si mismo, y ve su calendario. Estaban en agosto, unos meses antes de su muerte.

Definitivamente, había viajado en el tiempo.

***

Se encontraba con su mejor amigo, Atsushi, caminando hacia la entrada de la escuela platicando sobre cosas de la vida, el menor sonreía con cada estúpidez que decía el de cabello ciruela, extrañaba el tiempo de caridad que había perdido con su grupo de tontos.

- Oi, Takemichi. - Akkun interrumpió. - Se me hace raro que no hayas corrido a saludar a esos imbéciles - Señala, con desdén. Y la mirada del menor se oscurece un poco por el disgusto.

- No te preocupes por eso, me gustaría más pasar tiempo con ustedes que estar detrás de esos idiotas. - Anuncia con orgullo, y el mayor lo mira boquiabierto, como si le hubieran crecido cinco cabezas.

Bonten, era el nombre del grupo que anteriormente idolatraba, estaba dividida en tres grupos, Toman, Tenjiku y Black Dragons. Todos tenian una clase de resentimiento hacia Takemichi por su insistencia y ser tan pegajoso con ellos.

- B-Bueno, me alegro. - Por fin vuelve a la realidad, con una sonrisa sútil.

Takemichi no creyó que se encontraría con ellos tan pronto, escalofríos recorrían su columna recordando el suceso de su muerte, pero solo pasó de largo ignorando completamente la presencia del trío, quien pareció sorprendido.

El más alto de ellos, ya había cerrado los ojos esperando la molesta voz del Hanagaki ir a darle los buenos dias, prefiere mil veces estar con un cerdo que con el mencionado.

Sin embargo, cuando no escuchó nada, se confundió, y vió pasar al de menor altura como si no les importara su presencia.

- ¿Acaso no se dió cuenta de que estamos aquí? - Pregunta un peli-lavanda, arqueando una ceja, y a lado de el un pelinegro cruza sus brazos detrás de su cabeza sin darle importancia.

- No lo creo, ya verás que pronto volverá. Que puto asco.

Con el otro, se encontraba en su salón, suspiro con pesar al ver a su compañero de asiento, Kakucho Hitto.

Eran amigos de infancia, pero el rubio comenzó a admirarlo, y a estar muy pesado con el, por lo tanto el mayor creó una barrera de odio hacia el, y empeoró al conocer a su grupo de amigos que se hacía llamar Tenjiku.

Hitto al ver al menor solamente desvió su mirada hacia la ventana, al escuchar la silla moverse, signo de que el contrario se habia sentado, esperaba un abrazo, o palabras risueñas, pero eso nunca llegó. El teñido solamente ignoraba su presencia.

Notó como hablaba con todo el salón, excepto él, estaba demasiado concentrado en la clase de matemáticas, anotaba todo lo importante y normalmente si tenía una pregunta, se la hacía a Kakucho para aunque sea entablar una pequeña conversación con el, pero ahorita simplemente hablaba con su compañero de al lado, o el que estaba detrás.

- ¿Será que esta de mal humor? - Se pregunta en su mente el azabache, por la rara actitud del ojiazul, pues no había intentado nada contra él y tampoco mostraba interés.

- ¡Hey, Hina-chan! - El de mirada azulada llama a su acompañante, quien tararea divertida al escuchar al joven.

- ¿Si, Takemichi-kun?

- ¿Quieres pasar el recreo juntos? Me encantaría pasar más tiempo contigo. - Le guiña un ojo en forma de broma y la chica comienza a reírse bajo.

- Claro, me encantaría.

En eso, un estruendo se escucha, sobresaltando a los demás, y sorprendiendo al mismo causante por no poder controlar su movimiento impulsivo.

El bicolor se había levantado violentamente y estampó sus manos contra la mesa, el ruido asustó a sus compañeros pero enojó a la docente.

- ¡Kakucho Hitto! Si está tan ansioso de responder preguntas sobre la clase, entonces pase adelante.

Kakucho se queda en piedra por unos segundos, pues al ver la interacción de la Tachibana junto a su ex amigo, no pudo evitar sentir como su estómago se encogía y las naúseas lo dominaron.

- Yo... Uhm. - Trata de formular nervioso, ¿Qué carajos le había pasado?

- ¡Para la otra preste atención a clases! No me haga perder el tiempo, párese y quédese en la esquina del salón hasta el receso.

Escucho murmullos y unas diminutas risas, haciendo que su ceño se contraiga, hizo caso a la orden en silencio.

- Eso fue raro. - El Hanagaki dice para si mismo.

- ¿Verdad? - Hinata interrumpe, - Parece que fue un impulso, debe ser que amaneció con el pie izquierdo. - Le resta importancia.

- Tienes razón, ahorita suena la campana, conozco un lugar cómodo y tranquilo donde podemos estar bien, solo tu y yo. - Sonríe dulcemente y la chica devuelve la sonrisa.

Solo tu y yo...

Esas palabras dejaron un mal sabor de boca en Kakucho.

***

Rompe la dompe.

Yaya, nueva historia chikis 😘 me volvió la vaina de subir otra, ya que la idea estaba buena.

Luego de morir y volver al pasado, Takemichi foldea a los pandilleros, quien se sienten ofendidos, y a la vez celosos, de ya no tener al menor detrás de el.

Al ver que comienza a hacerse popular entre las chicas, no pueden evitar sentir enojo al ver a su Fanboy interactuar con cierta pelirosada.

Pero... si lo odian tanto. ¿Por qué es tanto el interés por el? ¿Por qué extrañan que los persiga para hablarles? Su orgullo de pandillero no cae tan fácil.

Admito que en esta historia todos serán una mierda por un tiempo. Espero q les guste, y ya estoy adelantando el ex de la protagonista.

Adiós!

𝐉𝐞𝐚𝐥𝐨𝐮𝐬 𝐛𝐨𝐲𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora