Allison Taylor, hija de la famosa baterista de Queen, Roger Taylor, se encuentra en un dilema de amor... deberá escoger entre dos hombres que la aman... Max Verstappen y Nico Hulkenberg... O quizás deba escoger a otra persona.
-Esta historia es crea...
Me encontraba en la habitación del hospital, sentado frente a Allison, esperando que despierte. Los chicos habían asistido a una reunión para ver que sucedía con la "carrera" que se suponía que era ayer. Acariciaba su mano, no había podido dormir nada en toda la noche, por miedo a que se agravará, siento unos pasos y eran las doctoras que la habían despertado.
Buenos días -me dicen-
Buenos... -digo apenas, me sentía desanimado-
Doctora Yang, presenté a la paciente a los internos –
Si, doctora Bailey. La paciente se llama Allison Taylor, 27 años. Llegó por una herida de bala en el hombro izquierdo, lo cual en la cirugía de ayer retiramos los restos que habían quedado, también había perdido mucha sangre, por lo tanto, le estamos suministrando antibióticos, antiinflamatorios y sangre para que se pueda recuperar –
Gracias, doctora Yang -sonríe la doctora Bailey-
¿Cuándo despertará? -preguntó-
Debería despertar en unas horas, la cantidad de sangré que perdió fue demasiada, por lo que hay que esperar que su cuerpo la reciba bien –estaba atento a lo que la doctora Yang me decía, pero no podía evitar escuchar a los internos detrás de ella, que susurraban entre ellos-
Ella es Allison, la que ha estado con varios hombres a la vez –
Si, estuvo con tres pilotos, no me sorprendería que fuera al mismo tiempo –
¡Se pueden callar! -les digo, las doctoras me miran- disculpen, es que sus internos andan hablando mal de mi novia, y eso no lo puedo permitir-
¿Eso es cierto? -pregunta la doctora Bailey mirándolos de una manera intimidante-
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Noso...nosotros -dicen nerviosos-
¡Largo de acá! -les grita- ya les daré un castigo –
Si me lo permite doctora Bailey, yo les puedo dar una tarea -dice Yang-
Perfecto, adelante -veo como ella se iba junto a sus internos-
Lo siento mucho -me dice-
No pasa nada -suspiro- es que ha pasado, por tanto, y escuchar que hablen así de ella –
Lo entiendo señor -me dice la doctora Bailey-
Dígame Paulo -sonrío leve-
Amor... -escucho su voz y rápidamente me volteo a verla-
Hola mi vida -le digo besando su mano muchas veces-
Hola Allison, ¿cómo te sientes? -pregunta Bailey-
Con dolor -sonríe leve- pero estoy viva –
Eso es lo importante, te revisaré tu herida y te administraré un poco de morfina para el dolor –veo como la doctora la examinaba, y Allison solo acariciaba mi mano- bueno Allison, al parecer tienes un ángel porque estás muy bien, la herida va bien, tus reflejos intactos y mueves el brazo sin problemas, por lo que no perdiste la movilidad –
