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El resto de mi día en el trabajo fue normal, atendí, recibí dinero y listo, nada genial

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El resto de mi día en el trabajo fue normal, atendí, recibí dinero y listo, nada genial.

Solo que la chica que me había dado el dinero apenas llegue de atender a aquel chico y me lleno de muchas preguntas sin parar.

[FLASHBLACK]

Por unos segundos pensé que aquel chico era mudo, sin ofender.

No hablo tanto.... Pero bueno, ni siquiera me importaba un poco.

Me di la vuelta y me devolví a mi lugar, donde aquella chica de antes al verme se levanto y corrió hacia mi.

- Kioko! ¿Como te fue? ¿Te dijo algo? - interrogó sin parar, solo la miré de forma extrañada.

- No me dijo nada más que un Buen día. - Al decir lo último imite su voz antes de rodearla e irme.

Esta solo se me quedó mirando, supongo que la decepcione o algo parecido.

[FIN DEL FLASHBLACK]

- Me alegro que te haya ido bien. - Comentó mi madre, ya había vuelto a casa y estaba cenando un par de filete que llevaba en el refrigerador pero todavía servía. - ¿ya te dije que estoy orgullosa de ti, cariño? -

- Muchas veces. - La miré de reojo antes de sonreír y darle un bocado a mi filete.

Este me devolvió la sonrisa antes de poner un vaso de agua enfrente de mi e irse de ahí, tenía que acabar rápido para así dormir, mañana me esperaba otro día de trabajo.

[••••]

Al día siguiente, me levanté, me cepillé el cabello y desayuné solo una fruta, no quería gastar mucha comida.

Me vestí con rapidez antes de tomar mi bolso y salir de mi casa, tenía que caminar rápido si quería llegar a tiempo, en el camino me ponía a pensar... ¿que haré si el dinero que me paguen no me alcanza para pagar mi universidad? Es decir, no me quiero quedar sin trabajo y en la calle.

Pasaron los minutos y finalmente llegué a mi trabajo, la puerta estaba abierta aunque no había ningún carro, era buena señal significaba que había llegado temprano.

Entre y deje mis cosas, iba a caminar hacia mi lugar normalmente pero me detuve de forma repentina al ver a lo lejos a ese tal Michikatsu, quien observaba nuevamente cosas para ricos, a diferencia de ayer ahora veía zapatos.

No hice ningún ruido, al parecer todavía no se percataba de mi presencia, podía sentir mi corazón latir más rápido de los nervios.

Trate de ir a mi lugar sin que él se diera cuenta pero no funcionó pues este me volteo a ver, Dios, tierra trágame y escúpeme en cualquier parte menos aquí... bueno si en una montaña de dinero.

Él y yo nos quedamos callados, este me miró de arriba a abajo como si estuviera inspeccionándome.

- ¿Tu trabajas aquí, cierto? - Interrogó así de repente, literal su gruesa voz era lo único que se escuchó.

Asentí, antes de caminar hacia mi lugar y dejé mis cosas para después volver a mirarlo, este no despegaba la mirada de mi, que incómodo.

- ¿Sabes cuánto cuestan estos zapatos? - Pregunto nuevamente de forma tranquila a la vez que apuntaba a unos negros y de gala.

- $4500. - Dije, si, está tienda si que daba caro, yo no me podría comprar ni un chicle de esta tienda.

Este volvió a mirar los zapatos.

- Si, los compraré. - Mencionó antes de agarrarlos y caminar hacia mi.

- E-Eh... disculpe... - Lo interrumpí al notar que ponía los zapatos en el mostrador, con la intención de que le cobre. - Yo no trabajo en eso, yo solo le doy indicaciones a clientes... -

Note que alzó la ceja, aunque sinceramente se veía que no le importaba ni un culo lo que dijera.

- ¿Y eso a mi que? Sabes cobrar, ¿o acaso reprobaste matemáticas? - Abrí la boca levemente de forma ofendida, ¡eso sí me había ofendido bastante!

- Para tu información, me saque 9.4 en matemáticas, ¡búm! - Me burle de él con una sonrisa desafiante.

Este solo se me quedó mirando, como si le pareciera extraño o infantil lo que acabó de decir, entonces recuperé mi postura con más madurez.

- Lo que quiero decir, es que enserio no trabajo en cobrar, si me descubren me despe- - No acabe de hablar cuando este puso 5 billetes de $1000 en mi pura cara

- Solo dame un billete de $500 y ya. - Se encogió de hombros.

Se ve que este hombre es terco, aunque le diga un millón de veces seguirá insistiendo, ya que, si me despiden por su culpa juro que lo seguiré hasta cortarle la garganta.

Lo tome de mala gana antes de dirigirme a la caja registradora.

- Ups, no se como se abre. - Sonreí algo burlona antes de mirarlo. - Ni modo amiguito. -

Entrecerró los ojos, antes de tomarme de la mano, note que esta era fría, lo que importa es que agarro mi dedo y lo uso para apretar un botón de esta caja haciendo que se abra.

Rápidamente me aleje, ¿¡Como se atrevía a agarrar mi mano sin mi permiso?! Que raro este tipo, lo atractivo no le quita lo raro.

Como sea, guarde los billetes y agarre uno de $500 para después dárselos.

- ¿ves? Que tan difícil era? - Interrogó, yo solo baje más los ojos mirándolo de forma algo indignada, pero me puse más tensa cuando este me guiño un ojo acompañado de una leve, muuuuy leve sonrisa que ni siquiera se notaba. - Te ves linda enojada. -

Tomo los zapatos y una bolsa, se fue de ahí mientras me miraba de reojo, podía sentir el ambiente algo tenso después de que se fue, me recosté en el escritorio tratando de procesar lo que acababa de vivir, neta me pareció extraño, pero, cuando saqué esos billetes, me di cuenta que tenía como 100 más de esos en su billetera... y quien sabe cuantos mas tenga en su casa...

Un chico millonario, me gusta.

[••••]

No pasó mucho cuando todos terminaron de llegar, yo estaba en el teléfono pues no tenía trabajo hasta que sentí que alguien me llamo.

- Kioko. - Voltee enseguida, era un chico de rulos. - ¿Esto es tuyo? -

Mostró un papelito, yo alce la ceja.

- ¿donde estaba? - Pregunte.

Este apuntó a la caja registradora, yo me acerqué y agarre el papelito antes de abrirlo, venía un número...

Este apuntó a la caja registradora, yo me acerqué y agarre el papelito antes de abrirlo, venía un número

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Máquina de dinero | Michikatsu Yandere Donde viven las historias. Descúbrelo ahora