Ya he cumplido mis 40 años y tengo que confesar que nunca he sido jugador profesional de fútbol, ni tampoco me he destacado por mi habilidad u olfato de gol. Desde que tengo uso de razón juego a la pelota y siempre en la defensa. Por eso me atrevo a escribir este decálogo del buen defensor amateur, para que sirva de inspiración y guía a las futuras generaciones defensivas.
1- El arco en 0. Lo más importante para un defensor debe ser siempre evitar que el rival convierta un gol. Sin tener cuidado de quedar en ridículo por algún movimiento antiestético, ni ponerse colorado por revolear la pelota al lateral ante una situación apremiante.
2- No pasarás. Ante cada cruce se debe priorizar hacer el mayor daño posible al delantero rival, sin llegar a cometerle falta. Por ejemplo, desestabilizándolo con el hombro a la carrera o trabándole la pelota con toda firmeza. Esto hará que el rival pierda la posesión del balón y sobre todo, pierda esas ganas de hacerse el pícaro en nuestra área.
3- Primero la defensa y después el ataque. Este punto no puede perderse de vista, sin importar el tiempo de juego transcurrido. Si en alguna jugada surge la posibilidad de proyectarse por sorpresa, es fundamental contar con aire suficiente en los pulmones como para poder regresar a la defensa ante cualquier imprevisto. Y nunca, pero nunca, deben atacar juntos los defensores; lo más probable es que ese arrebato irresponsable termine con un gol de contrataque.
4- La falta es parte del juego. Como se puntualizó en el punto 2, siempre es preferible recuperar la posesión del balón sin cometer infracción, pero ante una situación manifiesta de gol en donde no fuera posible detener al rival de otra manera, la infracción es un recurso que un defensor no puede dudar en utilizar. Es casi una manifestación altruista, el defensor se debe a su equipo entonces es capaz de sacrificarse a sí mismo, exponiéndose a amonestaciones e incluso expulsiones por varias fechas, con el único fin de cortar un ataque terminal.
5- Concentración inicial. Desde la primera pelota, el defensor debe imponer el rigor al delantero rival. En caso contrario, si por entrar desconcentrado un defensor deja que su contrincante pare cómodo una pelota, o se floree con alguna gambeta; ya se puede adivinar que tendrá un partido difícil. Por el contrario, al asfixiarlo con la marca le quitará confianza al delantero y le permitirá tomar las riendas del duelo desde el comienzo del juego.
6- Incomodarlo. Otro concepto fundamental que debe tener en claro el defensor amateur es que no entra al campo de juego a hacer amigos, ni a congraciarse con ningún rival. Por lo cual siempre es preferible ser lo más desagradable e intimidante posible para el delantero. En este sentido siempre serán buenos recursos: utilizar camisetas sin lavar desde el partido anterior, no afeitarse, ni lavarse los dientes.
7- Nada fuera del juego. Nunca hay que olvidar que esto es un juego, por lo cual todas nuestras acciones tienen que estar dentro de su reglamento. Para los buenos defensores amateur no existe la posibilidad de golpear arteramente a espaldas del árbitro, amenazar con palizas a la salida de la cancha, ni mucho menos cometer alguna falta con intenciones de lastimar al rival. Ante todo, debe primar el respeto por el otro, somos rivales en el juego, pero no enemigos.
8- Solidaridad. El corazón del defensor debe ser generoso y comprensivo, no solo por su arrojo incondicional, sino porque sabe que su puesto es de una extrema exposición. Al jugar en la última línea el menor descuido puede desembocar en un gol del rival. Por esta razón nunca, pero nunca, se debe recriminar un mal movimiento a un compañero de defensa. Todos los comentarios deben ser para mejorar a futuro, para optimizar movimientos conjuntos que aseguren el propio arco. Nada aporta un reproche por algo que ya pasó; esto solo debilitará su confianza debilitando a la defensa en su conjunto.
9- La voz del orden. El defensor que juegue de último hombre tiene una perspectiva privilegiada para ver antes que nadie posibles vulnerabilidades defensivas, por lo que es fundamental que lleve la voz de mando ante el ataque rival. Es crucial la autoridad de este jugador ya que ese puesto tiene una doble función, debe ordenar los relevos de sus compañeros sin descuidar nunca la marca del delantero más próximo a su arquero.
10- Amonestaciones rivales. El hecho de que se juegue de defensor no implica tener que soportar faltas estoicamente. Por lo general los delanteros no son buenos marcadores, avezados en las artes del ataque, son impulsivos y un poco arrebatados a la hora de intentar recuperar la pelota. Entonces, en los casos en que el defensor intente salir jugando y reciba un golpe o un pisotón del delantero rival, no debe dudar en reclamar la falta. Dependiendo de la vehemencia o de la acumulación de infracciones, seguramente eso desemboque en una amonestación que lo desalentará en su intento de robar la pelota en esa última línea, alivianando la presión de la defensa. Es crucial en este punto, reclamar la infracción sin desentenderse nunca de la jugada aún ante la más flagrante de las faltas; ya que los árbitros también son amateurs y si no cobran la infracción se estaría facilitando un peligroso ataque al rival.
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Decálogo del Buen Defensor Amateur
NouvellesYa he cumplido mis 40 años y tengo que confesar que nunca he sido jugador profesional de futbol, ni tampoco me he destacado por mi habilidad u olfato de gol. Desde que tengo uso de razón juego a la pelota y siempre en la defensa. Por eso me atrevo a...