El reloj de la sala de reuniones marcaba las 9:00 am. Kenji Tsukino estaba rojo de la rabia, aunque también de la vergüenza. Hace treinta minutos que la reunión debía comenzar, pero su hija Usagi, brillaba por su ausencia. La reunión se agendó exclusivamente para anunciar su cargo, pero ella, una vez más, le demostraba el desinterés por su empresa.
— No podemos seguir esperando —dijo Makoto con decisión.
— Hay mucho trabajo por realizar en la agencia —apoyó Yaten—. Creo que lo mejor es postergar la reunión hasta la tarde.
— Eso si es que la señorita Tsukino desea aparecer en las instalaciones —agregó Michiru en un tono irónico.
— En verdad les ofrezco una disculpa —dijo Kenji.
— Volveré a llamarla, señor —anunció Ami, asistente de Kenji.
— No hace falta, acaba de llegar indicó Mamoru mirando por la ventana, podía ver a Usagi que caminaba con gracia, saludando a todo el personal con el que se encontraba antes de adentrarse al recinto.
Kenji abrió la puerta de la sala de reuniones, esperando que su hija apareciera en el quinto piso de una buena vez.
— Le pediré que sea breve, tengo mucho por hacer el día de hoy y ya perdí media hora de mi vida —espetó Haruka, uno de los socios mayoritarios de la agencia de talentos.
— Será breve. Lo prometo —aseguró Kenji encogiéndose de hombros.
Los minutos avanzaban y las personas del salón estaban en silencio. De pronto, Usagi apareció. Se quitó las gafas de sol y observó a todos con desprecio.
— Disculpen si los ofendió mi demora. Como ya todos saben, no me importa en lo absoluto esta reunión.
— ¡Usagi! ¡No seas irrespetuosa! —la regañó Kenji.
— Padre, tú eres quien les ha faltado el respeto. No debiste hacer una reunión. Sabes que no acepto el puesto.
Los presentes intercambiaron miradas incómodas. Para nadie era un misterio que Usagi no tenía interés en formar parte de la empresa de su padre, era él quien insistía.
— Con permiso. Me iré a trabajar. No tengo tiempo para ver berrinches de una niña caprichosa —dijo Yaten poniéndose de pie.
— Por supuesto, retírate. Pero que quede claro una cosa... esto no es un berrinche —advirtió Usagi y bloqueó su paso para obligarlo a que la mirara a la cara—. Estoy siendo sincera. La persona para el puesto no debo ser yo.
— En eso estamos de acuerdo.
— Entonces convence a mi padre o terminarás con la niña caprichosa al mando y ya sabemos que ninguno de los dos quiere eso —espetó Usagi.
— Pueden retirarse. En verdad siento mucho hacerles perder su tiempo —dijo Kenji avergonzado.
Las personas avanzaron en completo silencio, dejando solos a padre e hija en el salón.
Kenji reventó de la furia y comenzó a regañar a su hija. Lo primero que le dijo fue que era irrespetuosa, que debía disculparse con todos y le exigía aceptar el puesto de gerente de publicidad y marketing, aquel puesto sería momentáneo, pues lo que él realmente quería, era que Usagi llegara a ser la directora ejecutiva de todo el lugar.
— Si necesitas a alguien para el trabajo, pon un maldito anuncio. Hay gente muy capaz y que estaría feliz de ocupar ese puesto. Yo no tengo interés ni experiencia para ser jefa de esa área respondió Usagi.
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Ni tan princesas ni tan cabronas
FanfictionUsagi Tsukino es la hija de un exitoso empresario quien está empecinado en que ella siga sus pasos. En aquella empresa, Usagi conocerá a Minako Aino, una joven que lucha por ser una reconocida artista. Ambas de distintos estratos sociales, pero con...