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Y Muzan estaba a punto de bajar para darle un oral al menor pero se detuvo. El no era el mismo, era una copia de su novio. Por lo cual estaría violando al menor.

-Vamos Muzan, eres el rey demonio, hiciste cosas mucho peores que esto.- Pensó pero luego alzó la mirada a esos hermosos arcoíris y se detuvo. -Mierda. No puedo hacerte esto.-

-Eh? Por qué no Koku? Si me lo hiciste miles de veces.- Douma miró inocente a su novio.

Se separó para sentarse a su lado y suspiró frustrado. -Porque no soy tu novio.- Chasqueó los dedos y adoptó su forma real.

Frente a Douma ahora estaba un hombre de cortos cabellos negros, ojos rojos como la sangre con pupilas afiladas, uñas algo largas como garras, algo más bajo que el, pero con músculos mucho más desarrollados que los de su novio y un pene más grande que el de su novio.

Y Douma se desmayó del gay panic y del miedo

Muzan solo rió con ternura y chasqueó los dedos vistiéndose, agarrando del armario algo de ropa del humano la cual se la puso aprovechando para acariciarlo.

Una vez que el menor estuviera también vestido, el ser inmortal lo sujetó por la cintura y lo recostó con cuidado encima suyo, repartiendo suaves caricias por su cabello y cintura escuchándolo suspirar en sueños entre sus brazos.

-Creo que fue mala idea el decirle la verdad, tengo tantas ganas de follármelo.- Muzan bufó frustrado y luego bajó la mirada al humano dormido entre sus brazos y sonrió lleno de ternura. -Pero se ve tan lindo así en mis brazos... Es la primera vez que no quiero mentirle a alguien. Mira que conocí varios humanos bellos, pero tu niño... Tu eres especial. Definitivamente vas a ser mi esposo.- Muzan suspiró enternecido y comenzó a repartir besos dulces por el rostro del menor.

-Mmmm~- Douma suspiró estirándose perezoso al comenzar a despertarse, notando que estaba dormido sobre un cómodo y musculoso torso y unos fuertes y cálidos brazos rodeaban su cintura, el aroma del perfume del hombre abajo suyo lo tenía algo atontado, por lo que abrió los ojos con una boba sonrisa creyendo que su novio había vuelto, viendo confundido una corbata blanca, camisa negra y saco negro con detalles dorados. -Que extraño... A Koku no le gustan las corbatas blancas.- Pensó y abrió los ojos como plato con un notorio sonrojo al recordar el por qué se desmayó.

Kibutsuji acarició suavemente el cabello platinado del humano al sentirlo despertarse. -Buenos días mi reina.-

El ojiarcoíris se sentó de golpe junto al demonio y cuando iba a gritar este tapó su boca.

-Tranquilo precioso, no voy a lastimarte.- Muzan sonrió tranquilamente y se sentó junto al humano. -Déjame presentarme correctamente. Me llamo Muzan Kibutsuji, y soy el Rey de los Demonios.- Se presentó y cuando se aseguró que el peliplata no gritaría soltó sus labios, aprovechando para acariciarlos con los dedos.

-Tu eres el que me estuvo asustando y a Kanao y los niños? Por qué a mí? Y por qué hiciste lo de la ducha de verte como mi Koku? Por qué te pareces a Michael Jackson? Q-Qué vas a hacerme?- Ante la última pregunta tembló asustado y se alejó un poco.

-Sí, soy quien te asustó lo siento. A los niños los asusté porque esa niñita me vió, no planeaba asustarlos a ellos también. Te sigo a ti porque tu padre biológico se acostó con mi ex y quiero quedarme con lo que más lo ama. Lo de verme como tu novio y meterme a la ducha si, me pasé. Pero realmente quiero tenerte, te veías tan tierno ahí cantando mientras te bañabas que no pude evitar unirme, pero luego sentí que te estaba lastimando al mentirte, por eso me convertí en yo mismo. Es mi cuerpo mi decisión, además tengo una forma de mujer, una de niño, una con cabello largo y mi última forma, pero no te quiero mostrar mi última forma tan pronto para no traumarte. Y lo que voy a hacerte.... No te lo voy a hacer ahora tan pronto. Pero como dije, vas a ser mío. Quiero que seas mi esposo, mi reina, y que gobernemos juntos mi fortaleza infinita. Quiero un amor puro y sincero que se entregue a mi en cuerpo y alma y me ame y con gusto le daré todo mi amor y tendrá el mundo a sus pies, porque ese amor será todo para mi.-

El ojiarcoíris no pudo evitar sonrojarse hasta las orejas al escucharlo, iba a responderle cuando escuchó la puerta de la sala abrirse con llave.

-Llegué Dou.- Avisó Kokushibo dejando su mochila en el sofá. -Espero que ya estés listo con ese encaje que tanto me encanta. Sino aprovecha a ponértelo mientras voy al baño, hoy tengo ganas de coger.- Mientras hablaba caminó al baño y entró en este.

-M-Muzan vete ya.- Susurró el humano corriendo al armario con un sonrojo más notorio sacando una tanga de encaje, un arnés, unas ligas y medias largas de encaje, todo en color morado.

El demonio se levantó y besó su mejilla con una sonrisa traviesa. -Diviértete con ese humano, porque lo que te vaya a hacer serán simples caricias comparado a lo que yo te haré. Y no me iré, voy a estar viéndolos.- Le guiñó un ojo y con uno de sus poderes se volvió invisible.

Creyendo que se había ido, Douma suspiró aliviado. -Tengo que llamar a un exorcista, carajo. Luego de hacerlo le diré a mi Koku sobre Muzan.- Por su cabeza se vino el recuerdo del Rey Demonio desnudo ante el y no pudo evitar tragar saliva. -Mierda, me siento fatal.- Bufó frustrado y comenzó a quitarse la ropa.

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⏰ Última actualización: Jan 08 ⏰

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El Esposo del Rey Demonio ||Muzdou||(+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora