A mis miedos,

Silenciosa compañía que ahoga con sus ruidos. Aún no he decidido el calibre de la pistola con la que quiero asesinaros. La venganza es un plato que se sirve frío y de cocción lenta. Vosotros habéis acechado durante años a mi alma. Y seguiréis haciéndolo. Esa es vuestra promesa y voto. 

Poco a poco me protejo de vosotros, poco a poco os abro la puerta y os dejo entrar, actuar, reducir y rehacer. Poco a poco os acepto como parte de mí. Ese es el mejor veneno para vosotros y el mejor aprendizaje para mí. 

Cartas que nunca enviéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora