Este departamento era un asco, el lugar estaba en súper malas condiciones, la renta era sumamente cara y el casero siempre lo trataba horrible, solo estaba ahí por que le quedaba muy cerca de su trabajo y por que no había más departamentos por la zona, pero aun así no se quejaba, era eso o vivir en su trabajo como muchos de sus compañeros optaban por hacer y se sabia que no era mejor que el espacio en donde ahora residía. Habían pasado aproximadamente unos 4 o 5 años desde que se fue de la casa de su mejor amigo y sinceramente extrañaba ese lugar, era mucho más agradable que su pequeño espacio, su habitación era enorme y siempre había algo rico que comer, ahora con suerte encuentra sobras de comida china en el refrigerador; pero no se afligía tanto, sabía que pronto su contrato terminaría y en lo que se renovaba podría volver a donde de verdad era su hogar, con todo y sus aventuras extrañas era más pacífico y relajante que su odioso trabajo, Tord simplemente dio un suspiro y se dispuso a levantarse, se le haría tarde y no quería otro regaño de su jefa.
*
Eran aproximadamente las 5:45 de la mañana, la hora de entrada para el noruego, y como siempre llego a tiempo, nunca había llegado tarde, por que eso no iba con el; decidió ir a ponerse su uniforme que constaba de un traje de aislamiento, con una rejilla para su largo cabello, unos lentes de laboratorio, guantes y botas de hule y una bata, para darle más el toque, cuando lo hizo procedió como todos los días a desinfectarse completamente y ahora si ingreso al laboratorio.
Por si no lo habían notado él trabajaba de científico, en específico era físico termonuclear, o como el mismo se autodenominaba; un inventor, su trabajo consistía en la creación, regulación y aprobación de distintos dispositivos, más que nada armas, armas nucleares o armas biológicas, ese era su departamento y lo amaba, siempre había tenido una extraña afición con el armamento y estar todo el día inventando probando y aprobando este era como un juego para el, uno muy divertido a decir verdad.
Sería muy divertido si no fuera por que siempre están encima de él, observando cada minúsculo movimiento y parpadeando una horrible luz roja cada que cometía un mal movimiento, sus superiores eran de lo peor; un montón de nerds ricos y privilegiados que solo estaban ahí por qué movieron influencias, no sabían realmente lo que Tord hacía, él era un Dios en ese laboratorio, creando a su voluntad una y otra vez maravillas para la carrera armamentaria, obviamente dejando lo mejor para el.Tras varias horas de jornada finalmente sonó su pitazo de salida, y con eso casi corriendo se dirigió a la oficina de su jefa, al fin era el día en el que descansaría de estos ñoños por 1 año completó, por eso guardaba sus vacaciones, no había tomado unas desde hace 3 años, pero valdría la pena.
-Señor Larsson, ambos sabemos por qué está aquí- dijo con una voz muy sofisticada una mujer sentada en un escrito, era bastante pálida, con cabello realmente corto y un lápiz labial rojo que manchaba todo lo que tocase, era Clarisa, su jefa, una mujer arrogante y prepotente, ya que a diferencia de sus estupidos compañeros ella sí trabajo años para llegar al puesto en el que está, así que no dejaba que nadie la mirara menos.
-Buenas tardes señora, ya sabemos ambos jaja- dijo en noruego tratando de hacer gestos de coqueteo con las manos aunque no esté coqueteando.
-Deje los juegos, firme y lárguese, me alegro que no será un dolor en el culo por un año- mentira, ella apesar de sus comentarios realmente apreciaba al noruego, desde el primer día que entró como becario le vio un potencial enorme y lo acuñó como su protegido, solo que no podía mostrar ese favoritismo, así que lo remplazaba con agresividad verbal, la verdad era que lo iba a extrañar, como una madre que ve a su hijo irse de casa, sabe que es lo correcto pero no evita extrañarlo, él es su potencial y el próximo en tomar el mando en este laboratorio aunque él no lo sabe aún.
-Excelente, ¿se me podría devolver mis cosas?, necesito hacer unas llamada- en el laboratorio era estrictamente prohibido la comunicación con el exterior, Tord todo este tiempo estuvo aislado y sin la posibilidad de enterarse de nada de el mundo exterior, básicamente se estancó en el año 2015, ya que no se le permitía nada que pudiera delatar lo que hacía, protocolos gubernamentales básicamente. Clarisa asintió y le dio una bolsita con su teléfono, una cajetilla de cigarros y un encendedor azul con diseño de tablero de ajedrez, una navaja suiza y su cartera, básicamente todas sus pertenecías desde que llegó a la ciudad, esté las tomo, entrego las llaves de su laboratorio y su equipo, simplemente este salió agradeciendo y diciendo que estarían en contacto si algo pasaba, la mujer solo asintió y le dijo que se cuidara, que la llámese cuando llegase con sus amigos y se despidió con una linda sonrisa.

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Espera... ¿¡Tord!?
Fanfiction¡Tord está de regreso! Esperen, ¿de nuevo? Tras algunos meses después del ataque del ridiculo robot de Tord, Edd recibe una llama preguntando qué demonios estaba pasando y si se encontraban bien, al oír un familiar acento noruego este quedó paraliza...