II

17 2 0
                                    

Al salir del estacionamiento del aeropuerto se dirigieron a una cafetería a las afueras de Londres, cuando eran adolescentes solían ir bastante ahí, por obvias razones lo dejaron de frecuentar, pero se veía como la mejor opción para ponerse al día y saber qué hacer exactamente con la situación en donde se había metido supuestamente Tord, ya que necesitaba saber los detalles de los sucedido, necesitaba saber qué había pasado exactamente para poder reportarse lo a su jefa, el que esté alguien suplantando su identidad era bastante riesgoso; ya que él tenía acceso a varios departamentos del gobierno inglés centrado en el armamento, así que un tipo con complejo de dios esté suelto por las calles no es algo que tomarse a la ligera; otro de los factores para ir ahí es que estaba bastante lejos del centro de la ciudad, en donde trabajaban y vivían los chicos, así que era poco probable topárselos, por el momento solo les preocupaba eso, ya después verían que harían con el hospedaje del noruego.

-Valla este lugar no a cambiado en nada, ¡hasta sigue la ventana que rompimos en el cumpleaños de Matt!, JAJAJA, como extraño esos días- decía el noruego con nostalgia mientras bajaba del auto, miraba el paisaje gris y apagado, la vieja cafetería se veía casi igual, excepto por que se veía más deteriorada, la pintura se caía y las ventanas junto con las puertas ya presentaban óxido visible, pero realmente no le importaba, se sentía de cierta forma un aura acogedora, al entrar los recibió el aroma a café y pay de calabaza, tomaron asiento y vieron que se acercaba la misma camarera que los atendía cuando eran más chicos.

-Pero miren quiénes están aquí ¡Edd y Tord!, es un milagro verlos, aunque me sorprende que no estén con los otros dos, hace siglos que no los veía- les saludo Sofi, una mujer pequeña y bastante delgada, pero que ya se veía que tenía un camino de vida bastante recorrido, pues en su rostro se marcaban varias arrugas que no estaban la última vez que la vieron.

-Lo mismo digo Sofi, este lugar está tal y como lo recordaba, y tú igual de hermosa como la última vez que te vi- acto seguido el de rojo le guiñó el ojo y besó su mano, siempre fue un juego que tenían los cuatro que alguno de ellos se casarían con Sofi, para así tener pay gratis, ya que la receta de ella era la más rica que habían probando, era una tonta competencia que tenían ya que la señora podría ser fácilmente su madre.
-Ey ey, quita tus sucios labios de mi chica- respondió Edd con ira fingida

-Ay queridos, me hacen sonrojar, pero eso no significa que les daré pay gratis, esos días acabaron, se ve que ya pueden pagar por una rebana, en fin ¿que van a ordenar?- ambos pidieron una rebanada de pay, Edd una coca cola y Tord un café negro, acordaron ir más seguido ahí, ella complacida aceptó, con la condición que trajeran a los otros dos que faltaban, extrañaba a ese cuarteto que llegaban casi todos los días a desayunar con ella. Eso hizo que ambos se miraran con algo de preocupación, realmente no sabían si podían cumplir esa promesa realmente, esperaron a que la mujer se fuera para empezar a hablar sobre lo que realmente importaba.

-Bien ahora necesito que me expliques, ¿qué fue lo que hice? Necesito todos los detalles y se lo más explícito posible, si eso que me dices que hay un loco que supo donde estaba ese robot, no sé qué otro conocimiento tenga acerca de mí o de mi trabajo- acto seguido sacó una libreta y una grabadora de su chaqueta para ponerlos en la mesa y empezar a anotar.

- Primero que nada, quiero saber ¡qué era esa cosa que estaba debajo de mi casa!- exigió el castaño a lo que Tord rodó los ojos y trató de evitar la mirada de este, a lo que le respondió con una mirada aún más enojada y confrontativa.

- Ahg, bien, ¿ recuerdas ese tiempo en el que casi no salía con ustedes? Bueno yo... estaba tratando de entrar en un programa del gobierno, veras sabes que nunca he sido una persona sencilla como tú o Tom, yo... quería algo más, quería hacer algo con mi vida ¡y ser grande entre los grandes!, así que este programa era para becar a mentes brillantes que aportarán de invocación al ejército inglés, esa chatarra que voló tu casa era mi proyecto para ingresar, era un prototipo, el cual fue lo suficientemente bueno para estar adentro... por eso me fui hace años- contó algo melancólico esto, no pensó que tendría que explicar lo que hacía a espaldas de su mejor amigo.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 10 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Espera... ¿¡Tord!?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora