𝐑𝐊┊Riki es un adolescente que atraviesa su último año escolar entre risas, fantasmas y una familia alocada.
¿Qué harías si un día, de repente, aparece un fantasma en tu habitación y te pide ayuda para cruzar hacia el otro lado? Lo mas probable es...
─► Fantasmas; No importa de donde sean, como sean o como se vean. Todos tienen en común la misma cosa y es: Molestar humanos.
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•◦✿──── 𝗖𝗔𝗣𝗜́𝗧𝗨𝗟𝗢 𝗨𝗡𝗢: ❝𝐄𝐒 𝐂𝐎𝐒𝐀 𝐃𝐄 𝐅𝐀𝐍𝐓𝐀𝐒𝐌𝐀𝐒...❞
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PREFACIO DEL CAPÍTULO
Para Riki, no podía existir cosa más tediosa que la presencia de un fantasma en un momento donde él solo quería paz. En cuanto sentía que un ser no viviente aparecía en su momento feliz —que es como a él le gustaba llamarlo— su buen ánimo desaparecía casi al instante. Aquellos momentos eran los descansos en la escuela, el momento de comer en casa o cuando se encerraba en su habitación para dibujar mientras escuchaba música, que era lo que más le gustaba hacer para poder descansar.
Él pensaba que disfrutar de la soledad y tener privacidad era la mejor parte de ser humano; sin embargo, para su mala suerte, soledad y privacidad era exactamente lo que menos tenía.
En casa, las cosas no eran exactamente tan tranquilas a como muchos a su alrededor creían; en especial, su mejor amigo, Intak. Pues para Intak, la familia de su amigo era el perfecto ejemplo de que las familias podían ser armoniosas y unidas; asistían a cada evento escolar, se ayudaban cada vez que podían y se apoyaban en todo momento. ¡Toda una familia ejemplar! Sin embargo, la verdadera cara de los Nishimura no era aquella que le mostraban al mundo. La realidad era que, al ser una familia con habilidades un poco fuera de lo normal, eran una familia bastante caótica y eso Riki lo sabía a la perfección.
Su madre, Shiyuu, quien compartía habilidad con su hija mayor, Kirian, era bastante distraída y alocada; haciendo cada cosa que pensaba sin antes analizarla y dejándose llevar, la mayoría de veces, por las emociones que sentía al tener contacto con algún fantasma. Su hermana mayor, Kirian, quien tenía la habilidad de comunicarse con seres no vivientes mucho más allá de las palabras, era por lejos la más alegre de la familia; constantemente malhumorada y dispuesta a generar pleitos con cualquiera que no obedeciera alguna orden que daba. Luego estaba su hermana menor, Asami, cuya habilidad se basaba en percibir entes, era la menor de la familia y la más traviesa de todos también; hacía lo que quería como quería y casi nunca prestaba atención a las señales que recibía. Cuando ellas tres estaban en casa no había silencio alguno, ya que si no estaban discutiendo entre ellas, lo estaban haciendo con algún fantasma que conocieron y era Riki quien siempre debía interferir para poder estar en calma dentro de su propia casa.
Riki no gozaba de tranquilidad y no tenía privacidad debido a su familia; además, la soledad que tanto deseaba estaba muy lejos de conseguirla, sin olvidar el hecho de que constantemente era buscado por almas que requerían de su ayuda.
Él no odiaba aquello, por supuesto que no. Incluso, había veces en las que lo disfrutaba. Pero el disfrutarlo en ocasiones no significaba que deseara experimentarlo cada día de su vida.
A pesar de ello, encontró la forma de sobrellevarlo y de como acostumbrarse a ello. Su mejor manera de hacerlo era repitiéndose la frase: "Está bien, esto es lo que soy y lo que tengo" o sencillamente ignorando todo lo anterior. Ya no le irritaba tanto oír las voces de sus hermanas temprano por la mañana y ya no le incomodaba ver a personas no vivas seguirlo hasta la escuela.
Por esa razón, no le sorprendió en lo absoluto ver aquella fantasma seguirlo con total discreción —según ella— hasta la escuela. Fue algo que él ya esperaba que sucediera, algo que debía pasar.
