Parte 1

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GHOSTHING ;
part.1

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Sabía a la perfección cuando alguien me seguía, alguien no vivo. Me generaba una sensación extraña, algo ciertamente difícil de explicar. Sabías que estaba ahí, pero también sabías que no; como si fuera el viento. Al inicio no me daba cuenta, era muy pequeño para hacerlo, pero a medida que fui creciendo comencé a percibir algunos detalles que lo hacían evidente.

  Había ciertas cosas que delataban a los fantasmas, detalles que aunque ellos no supieran que poseían, nosotros, quienes podíamos verlos o sentirlos, lo hacíamos. Muchos de los fantasmas desprendían aromas específicos que los caracterizaba cuando aún estaban vivos, sonidos que se relacionaban con sus días de muerte y sensaciones o emociones que transmitían a los humanos, tales como: los escalofríos, la fatiga o la irritabilidad. Algunos también transmitían felicidad, nostalgia o tristeza, pero no eran casos muy comunes. Se debía ser un fantasma con un aura poderosa para poder lograrlo. Aun así, ellos siempre se hacían notar, siempre te avisaban que estaban ahí, observándote. Sin embargo, no fue así con ella.

  Cuando desperté en la mañana, no la vi por ningún lado y tampoco noté señales de que estuviera ahí o cerca. Creí que ella se había ido, que buscó a alguien más para molestar. Grande fue mi sorpresa cuando, al salir de casa para ir a la escuela, la encontré sentada en la parada del bus. No supe si me había seguido, si había estado esperando ahí por un buen tiempo o si simplemente fue una coincidencia —la cual no tendría sentido—, pero definitivamente me sorprendió. Aunque, una vez que subí al bus y fingí no verla, me di cuenta de que eso era lo que ella debía hacer.

  Muchos fantasmas, una vez que encontraban a un humano que podría ayudarlos, se empeñaban en seguirlo hasta que este cediera con la ayuda. No todos tenían éxito con su objetivo y era por eso que varios de ellos se quedaban en el mundo mortal aún cuando no debían. En mi caso, cada vez que un fantasma aparecía, intentaba ayudarlo con todo lo que estuviera a mi alcance con tal de librarme de la situación. No porque no me gustara, sino porque era realmente agotador tenerlos detrás tuyo todo el tiempo.

  Cuando llegué a la escuela, pretendí que ella no estuviera y actúe igual que siempre. Saludé a mis amigos, bromeé con ellos como acostumbraba a hacer y evité a la chica que hacía tan solo unos días había roto mi corazón, aunque si me ponía en su posición, tenía sentido porque decidió dejarme. No era la clase de persona ideal para tener pareja, nadie en mi familia de hecho.

  Durante las primeras horas de inspección de aquel fantasma no sucedió nada. Ella solo me observó desde la ventana de mi salón de clases, aquella que daba hacia el patio de la escuela. Justo frente a la ventana había una banca y ella estaba sentada ahí. Debía admitirlo, me pareció extraño. No pensé que mantendría distancia después de la corta conversación que tuvimos días atrás. Incluso me amenazó. No sé porqué creí que sería más exigente; aunque, si era honesto, su distancia me causaba interés dado a que no entendía porque me estaba siguiendo si iba a mantenerse lejos. No tenía sentido.

  Las clases continuaron hasta que el segundo descanso llegó. Decidí aprovechar aquel momento para poder acercarme a ese fantasma y saber que estaba tramando. Me levanté de la silla de mi escritorio y salí del salón. Caminé por casi toda la escuela solo para llegar hasta aquella banca y descubrir que ella ya no estaba ahí.

Ghosthing ;; 𝗡𝗶𝘀𝗵𝗶𝗺𝘂𝗿𝗮 𝗥𝗶𝗸𝗶Donde viven las historias. Descúbrelo ahora