Capítulo 11: Me Volví Loco

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Anteriormente...

— Eres visita, yo debería hacer de comer — Dijo ella sorbiendo su nariz, yo me acerqué y limpié los rastros de lágrimas.

— Yo lo haré, llorona — Me quité la chaqueta y se la puse — Sólo préstame un delantal o algo que pueda ensuciar — Pedí con calma.


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Narra Akabane Karma

— En el closet, totalmente a la derecha, toma lo que quieras — Dijo apartando la mirada y yo asentí, tomé una camiseta que parecía de mi talla, me quité la camisa y me coloqué la camiseta que me quedaba cómoda, así que a ella debía quedarle muy grande.

— Vamos, ven a verme cocinar — Dije con gracia y tomé su muñeca trayéndola conmigo, hice que se sentara en un banco de la isla de la cocina, metí mi camisa en mi mochila y saqué lo necesario para hacer ramen — Puedes copiar mis notas, están en mi mochila — Avisé señalando mi mochila en el sofá mientras guardaba las bebidas que compré.

— ¿Cómo entraste a mi casa? — Me preguntó frotando sus ojos.

— Con la llave de repuesto — Las señalé pues la había dejado en la mesilla de la sala — Sólo tuve que pensar como tú — Dije con calma cortando lo necesario.

Pasó un rato en el que ella seguía pareciendo desanimada, serví 2 tazones con comida y los llevé a la mesilla de la sala, luego tomé una taza para Kuroo y le serví un poco para dejársela junto a la mesilla. Ella se levantó para sacar una botella de jugo de naranja, al parecer se mareó porque desestabilizó hacia adelante y tuve que agarrarla de la cintura con un brazo y tomar la botella con la mano libre.

— Gracias — Dijo bajo mientras le ayudaba a levantar.

— Ten cuidado — Dije serio mientras agarraba unos vasos para llevarlos a la mesilla también, esperé a que ella se sentara y noté sus ojeras — ¿Comiste algo hoy? — Pregunté y ella negó.

— Gracias por esto, me gusta comer ramen cuando no me siento bien — Dijo con una leve sonrisa mientras se acercaba a su comida.

Algo me gritaba que le preguntara que le sucedió, pero otra parte de mí me decía que no lo hiciera y decidí confiar en esa parte, no la presionaría, esperaría a que ella quisiera decirme; por el momento simplemente coloqué la televisión en algún programa con una "Comedia romántica" mientras comíamos en un silencio cómodo.

— ¿Te sientes mejor? — Pregunté al verla terminar su comida.

— Sí, gracias — Agradeció de nuevo agarrándose de mi chaqueta, yo me levanté para dejar los platos en el lavavajillas y saqué las bebidas que compré para dejarle la de chocolate — ¿No vas a preguntar? — Preguntó tomando la cajita y mirándola unos segundos.

— No — Respondí tranquilo con una sonrisa mientras apuñalaba la caja de mi leche de fresas con la pajilla — Pero si quieres decirme, te escucho — Tomé de mi bebida, ella hizo lo mismo con la suya mientras se agarraba de mi chaqueta.

— Karma — Suspiró y yo la miré — ¿Puedes prometerme que no te irás cuando te cuente esto? — Preguntó y yo la miré confundido.

— TN, no volveré a decir esto, pero lo que sea que me digas no cambiará mi posición, somos amigos ¿No? — Pregunté con tranquilidad — Estaré cerca si me necesitas, sólo debes decirme — Dije con voz suave y luego regresé la mirada a mi bebida, decir esa clase de cosas me hacía sentir como un idiota.

GatitaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora