Troubled Heart | Terushima Yūji

Capítulo 4 ❀

Su respiración era pesada, acompañada por la del pelinegro, mientras ambos atravesaban los pasillos en dirección al patio trasero de la institución. En su trayectoria, choco bruscamente con el hombro del rubio ya conocido, pero esto no la detuvo; continuó hacia su objetivo; Hana.

Al llegar, varios estudiantes observaban una escena donde una pelirroja gritaba con furia a un grupo de chicas mayores. Ambos amigos se aproximaron con prisa para evitar que la situación se intensificara.

──¡La próxima vez que envíes a tu grupo de locas tras ella, te juro que te despeluzo ese pelo de zorra!

──¡Hana! ──exclamaron al unísono antes de sujetarla por los hombros. Mientras Dai le tapaba la boca y la alejaba, la castaña rio nerviosamente frente a la mayor, quien la observaba con irritación.

──Lo siento, es un tanto brusca ──se disculpó inquieta, intentando retirarse. Sin embargo, una de las secuaces la retuvo del brazo.

──Será mejor que te disculpes mejor si no quieres que tú y tu amiguita terminen destapando los baños con sus caras ──amenazó.

──Yui ──llamó, y fue liberada ──Escucha, perdonaré a tu amiga por sus comentarios. ──sonrió.

──¿En serio? ──cuestiono confundida.

──Pero a cambio, deberás convertirte en mi asistente. Sé que eres inteligente y no tendrás problema en encargarte de mis tareas o realizar algunos recados para nosotros ──Ayaka redujo su sonrisa antes de añadir. ──De lo contrario, ustedes tres la pasarán realmente mal.

La castaña guardó silencio ante la propuesta. No deseaba convertirse en la sirvienta de sus superiores, pero tampoco quería que sus amigos fueran el objetivo de bravucones.

──Basta ya, Ayaka ──una voz masculina se escuchó detrás de ellas.

El rostro de (N) se arrugó al ver al rubio con quien había chocado previamente.

──No te metas, Terushima, esto no es contigo ──gruñó la compañera de la pelinegra.

──No le hables de esa manera ──le reprendió la mencionada, recibiendo una mirada ofendida de la contraria. ──Estoy haciendo esto por nosotros.

──No ──suspiró, colocándose entre ellas y dando la espalda a la castaña ──Te dije que no tenía nada que ver con ella, que no quería problemas, y estás actuando exactamente al contrario. ──habló entre dientes, haciendo un gesto disimulado con la mano para que ella y sus amigos se retiraran.

La castaña, confundida, dio un paso atrás y se unió a sus amigos antes de retirarse. A su vez, Kazuma miró a los presentes y exclamó.

──No hay nada que ver, muévanse, muévanse ──movió sus brazos como un policía de tránsito, y entre murmullos la masa de estudiantes comenzó a dispersarse.

Alejados del lugar, el pelinegro soltó a la menor, quien seguía pataleando para liberarse, e inmediatamente fue tomada de los hombros por su enojada amiga.

──¿Estás loca, Hana? Si tanto deseas morir, mejor tírate de un edificio ──la regañó sacudiéndola.

──¿Yo loca? ──Se soltó, mirándola igual de enfadada ──Tú estás loca por permitir que te pisotearan como lo hicieron. No puedo ausentarme un día sin que te comiencen a molestar.

──Ya estaba lidiando con eso, no tenías que enfrentarte a ellas de esa manera, y mucho menos insultarlas así.

──¿Cómo estabas lidiando con eso? ¿Horneándoles un pastel? ──se burló cruzando los brazos obviamente irritada.

Ofendida y sorprendida por el ataque, (N) dejó caer la mandíbula mientras llevaba la mano al pecho.

──Chicas, chicas ──se interpuso el más alto antes que una nueva pelea comenzara ──No es culpa de ninguna, es de ellos ──desvió la mirada hacia la ventana. Ambas siguieron su mirada para observar al rubio hablar tranquilamente con Ayaka, quien estaba haciendo un evidente berrinche.

La castaña quiso reírse al recordar que le tenía miedo hace un momento, cuando ahora se comportaba como una niña malcriada a la que le negaban un dulce.

──Sí, tienes razón ──la colorada suspiró ──no quise decir eso; tus pasteles son muy ricos ──bajó la mirada antes de acercarse y abrir los brazos, esperando la reconciliación.

Desviando la mirada, suspiró y la abrazó para poner fin a la disputa sin sentido. Mientras mantenían contacto físico, su mirada cayó en la escena donde Yuji era abofeteado por la pelinegra antes de salir corriendo enojada.

──Vamos a nuestros salones, solo nos falta que nos llamen la atención ──suspiró notablemente abatido, comenzando a caminar siendo seguido por las dos restantes.

La mirada de ella se fijó por última vez en la ventana donde él era el centro de burla de su amigo, que reía a carcajadas por su mejilla enrojecida. No pudo evitar reírse al notar su expresión seria forzada que no lograba ocultar su vergüenza por el golpe.

[ᴡᴇᴀʀᴇᴏɴᴇᴅᴀᴛᴛᴇʙᴀʏᴏ🍥]

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