Let this be our lesson of love

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Con los primeros rayos del sol, aquel que arrastraba un nuevo día, la bruma del sueño se levantaba de los pesados ojos de Jimin. Aún sin abrirlos, sintió los vestigios del calor del cuerpo que lo abrazó antes de irse, deseando que ese calor permaneciera un poco más en su memoria sensorial. Jimin se obligó a abrir sus ojos después de un momento, se dijo que la oscuridad no borraría la realidad de la ausencia y el calor desaparecería eventualmente.

El calor no lo hizo, tampoco la imagen que tenía frente a sus ojos. La vista dormida de Yoongi aún abrazado a su cintura y respirando su mismo aire.

—Buenos días. —le dijo la imagen que aún no abría los ojos. Los universos negros de su mirada estaban ocultos, pero la áspera melodía de su voz sonaba muy clara.

—¿Qué haces aquí todavía?

La luz se hizo paso en esos ojos y el calor se intensificó con la caricia que subía desde su cintura y surcaba su espalda.

—No pude irme.

—¿Por qué?

El brillo del reflejo de la luz en aquella mirada era como si tuviera su propia lluvia de estrellas al alcance de un parpadeo. Brillaban con un resplandor que Jimin creía apagado o al menos ya no era el resplandor que lo quemaba por dentro, sino a alguien más.

—No lo sé. Simplemente, no puedo irme. Anoche-

—Nuestra última noche. —Lo interrumpió.

—Nuestra noche. —Corrigió Yoongi —No sé qué pasó, únicamente sé que esta mañana no pude salir de la cama y dejarte. No pude abandonar a mi ángel.

—Él te espera —le recordó Jimin.

—Pídeme que me quede —Yoongi aun acariciaba su espalda con un suave y casi imperceptible toque en su piel.

—¿Por qué? Tú eras quien quería irse.

Jimin podía volver a romper en lágrimas si Yoongi no dejaba de verlo tan intensamente o de tocarlo con tal suavidad. No entendía qué había cambiado o había pasado durante la noche. Sólo esperaba encontrarse solo en una cama vacía.

—Ya no sé nada, mi ángel. Sólo sé que no tengo la misma convicción que tenía ayer, que volver a probar tu cuerpo y verte a los ojos me hizo sentir algo que hace tiempo no sentía.

—Es sólo deseo. Lo sientes por cualquiera y por nadie en especial.

—El deseo no hace que quiera abrazarte toda la noche y no soltarte. No importa si es haciéndote el amor o solamente viéndote dormir. —le explicó. —Sé que no tiene sentido que diga estas cosas ahora, quizás sólo necesitaba verte de verdad otra vez, o qué sé yo, pero lo que sí sé es que no pude irme cuando se suponía que lo haría. No pude dejarte dormido y marcharme.

Jimin no quería llorar. No quería rogar, pero qué se suponía que debía decir. No quería leer entre líneas, porque lo que encontraría sería una esperanza y no deseaba una falsa ilusión.

—¿Qué quieres que diga? —preguntó entonces.

—Pídeme que me quede, porque ya no soy capaz de irme por mi cuenta. —Suspiró cansado. Parecía no haber dormido en toda la noche. —O échame tú mismo si es que ya decidiste que lo quieres así.

—¿Qué hay de él?

No necesitaba decir más. Sabían los dos a quién se refería.

—Ya no sé qué hay de él. Es agradable y cómodo estar con en su compañía. Quizás lo que le vi a él, es lo que ya había visto en ti, pero me volví ciego en algún momento. No puedo explicarlo en palabras, pero si me dices que me vaya, es seguro que no iré tras él. Ya no.

—Entonces ¿Quieres quedarte? ¿Conmigo? ¿Me amas?

El rostro de Jimin fue tomado entre las manos de Yoongi.

—¿Si quiero quedarme contigo? La respuesta es sí. —le dijo —¿Qué si te amo? Creo que en algún punto confundí lo que eso significa, porque por un momento pensé en dejarte. Pero dime, ¿qué es el amor mi ángel?

Jimin sólo podía definir el amor como la expresión de lo que él mismo sentía.

—El amor es... sentir que lo das todo por una persona, por verla feliz, incluso si eso significa que tú mismo no lo seas. Querer vivir con el otro y para el otro y no tener que pasar juntos una última noche porque si amas y eres amado, las noches son interminables.

—Entonces. te amo, mi ángel. Porque no estoy dispuesto a que, la que pasamos sea nuestra última noche, ni a salir por esa puerta porque no soportaría saber que te hice daño sin merecerlo.

Yoongi le sonrió a Jimin, con la misma sonrisa que lo había enamorado al comienzo, esa que iluminaba su mundo y hacía explotar el calor en su pecho y Jimin supo que el Yoongi al que amaba había vuelto de dónde se había perdido. El Yoongi al que amaba estaba ahí y la que había recién terminado no había sido ni para él, ni para Yoongi, la última noche.


FIN

The last night |YM|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora