1: La Historia

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Omnisciente.

Como un típico domingo cualquier persona se encontraría en una reunión familiar, disfrutando del día y de la compañía de los seres queridos. Cualquier persona, menos Zhan, esa no era su situación.

El tedioso sonido de su teléfono le hizo despertarse de su cálido y cómodo sueño. Una vez que sus ojos achocolatados se abrieron como instinto lanzó su mano hacia su mesita de noche para alcanzar su teléfono y contestar llevándoselo al oído. Ni siquiera tuvo que pensar en quien era, lo sabía.

__¿Qué pasó?__la gravedad de su voz mañanera fue lo que recibió la otra persona al lado de la línea.

__Como que, ¿qué pasó?__ella repitió con su voz característica__Esa no es forma de responderle a tu novia, Zhan. ¿Dónde estás?

__En mi casa, ¿dónde más? __bostezó mientras volvía a cerrar sus ojos y se acomodaba en su cama.

Caminando en dirección a la mía para venir a verme, daaah. Estoy muy aburrida, vente.

__No puedo dejar a mi hermana sola__se excusó. Él realmente no quería abandonar su cómoda y suave cama.

Lo haz hecho antes para venir a follarme, mejor repitamos lo que dejamos la vez pasada. ¿Sí?__insistió fingiendo una voz chillona__Compré un nuevo juguetito que te encantará__sus ojos se abrieron al instante.

__Bueno, así ya cambia la cosa__su novia soltó una risita__Estoy ahí en quince__después colgó.

Haciendo a un lado toda su flojera, como pudo se levantó de la cama. Yang-Zi sabía muy bien como convencerlo, así que tomó unos pantaloncillos y una camiseta. Después de ponerse sus tenis se miró en el espejo solo para perfeccionar su cabello peinándolo con los dedos.

En su teléfono marcaban las cinco de la tarde, a esta hora su hermana siempre se la pasaba haciendo ejercicio, solo le mandó un mensaje, tomó sus llaves de casa y las de su moto.

Le tomó diez minutos llegar a la gran casa de su novia donde ella ya estaba afuera, ni siquiera tuvo tiempo de bajar de la moto pues ella se encaminó hacia él__Hola, baby__ambos compartieron un beso rápido.

__Hola, baby__repitió__¿No íbamos a estar en tu casa?

__No__ella negó mientras se subía a la moto de su novio, le abrazó por la cintura y después dejó su mentón puesto en el hombro del rizado__Mis padres me pidieron que fuera a traer unas cosas de la casa que están por vender.

Zhan gruñó, ese no era el trato que habían acordado__¿No puede ser después?

__Nop__el rizado viró sus ojos__Pero la casa a la que iremos sí está sola__con la punta de su nariz acarició el cuello del más alto haciendo que su piel se estremeciera, así que bajo leves suspiros Zhan arrancó.

En las épocas de invierno, Chihuahua se volvía un lugar completamente helado, apenas iniciaba esta estación y lo más razonal era salir con prendas indicadas, pero Zhan odiaba los suéteres, eran demasiado abultados y esponjosos. Yang-Zi traía un suéter manga larga no tan ancho, pero de tela cálida color coral.

El viento helado que chocó contra ellos cuando Zhan aceleraba les hizo pegarse más, lo cual no fue tan mala idea para ambos chicos hormonales de dieciocho años.

Cuando llegaron, Yang-Zi bajó y a toda prisa se aproximó a la casa para abrirla, meterse y encender la calefacción de la gran y nítida casa que recién acababa de ser remodelada haciéndola ver lujosa, esplendente y fastuosa.

Antes de entrar, Zhan le dio un vistazo a la que parecía una mansión, se veía muy costosa, habían vidrios en vez de paredes. Pero, aunque tuviera una fachada reciente que la hiciera lucir lujosa algo en esa casa no le daba buena espina, el ambiente se sentía pesado. Zhan sabía que esa casa tenía años abandonada.

EL JUEGO DE LA MUERTE (ZhanYi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora