Un leve olor a alcohol me hizo recobrar la conciencia, una enfermera mencionaba mi nombre America ¿estas bien?, el sonido era lejano, aun tenia ese leve zumbido en mis oidos que aparecio tras el estallido de la bomba -America-
Desperte en una camilla improvisada en el piso, habia muchas personas heridas a mi alrededor mire hacia la enfermera que aun seguia mencionando mi nombre, me encontraba confundida, los sonidos de las personas quejandose entre alaridos de dolor comenzaron a cobrar un poco de sentido en mi mente confundida, el ataque, las bombas, intente levantarme, la enfermera que ahora reconocia era Judith estudiabamos juntas enfermeria
-America ¿estas bien?
Asenti lentamente, sentia punzadas en la cabeza, empece a hacerme conciente de pequeños dolores en todo mi cuerpo, me observe detenidamente un par de heridas en piernas y brazos, estaban vendadas y con algo de sangre.
-Dejame revisarte-
Judith comenzo a revisar mis vendajes a tocar un par de huesos para asegurarse que nada estuviera roto
-mira mi dedo-
Movio su dedo de un lado a otro para asegurarse que mi cerebro estaba funcionando bien
-Bien tus heridas no son de gravedad y ya estas consiente- sonrió -fuiste afortunada- se levanto rapidamente para atender a otro herido que se quejaba de dolor.
Intente levantarme, tenia que ayudar, pero me fue imposible mi cabeza giraba muy rapido
-Ey tomalo con calma, sufriste una contucion tardaras un poco en recuperarte por completo- Grito Judith a lo lejos mientras cambiaba los vendajes de el paciente frente a ella, era un soldado de no mas de 25 años y le faltaba una extremidad, trague saliva cualquiera de estos enfermos podria haber sido yo, si la bomba hubiera caido un poco mas cerca tal vez nisiquiera estuviera aquí para contarlo.
Judith volvió a mi lado - descansa un poco mas, no tardaran en pedirte que ayudes cuando vean que estas bien- me palmeo- de verdad tuviste suerte de que ese soldado pasara justamente por donde estabas herida, mas bombas cayeron cerca de ahi, la mayoría en esa área no sobrevivió o al menos no con todos sus parte- hizo una mueca de tristeza y meneo sus cabeza -ah el soldado que te salvo ha estado preguntando por ti, le diré que estas mejor para que te visite-
Salió rápidamente de la tienda antes que pudiera articular una palabra
Una figura alta y fornida entro unos segundos mas tarde, tenia el uniforme militar, su cabello castaño brillaba un poco con los pocos rayos de luz que se colaban por la entrada de la tienda, las lagrimas poco a poco inundaron mi cara, era Albert.
Se apresuro a alcanzarme y me abrazo fuerte pero delicadamente, trataba de no lastimarme
-Me alegro que estés bien America, estaba preocupado por que no despertabas- su voz se escuchaba algo temblorosa
Tome su rostro entre mis manos -estoy bien cariño- me quede callada por un minuto, el y yo ya no éramos nada pero el apodo cariñoso salió de mi boca tras la emoción de verlo -lo siento-
El nego mientras tomaba mis manos que aun se mantenían en su rostro -esta bien, me alegra que aun guardes un poco de cariño para mi en tu corazón después de todo lo que paso-
-siempre- le susurre, aunque ya no fuéramos pareja el siempre seria alguien especial para mi.
-¿estas bien?- me miro justo en esa herida que comenzaba a sangrar en una de mis piedras, debio abrirse al intentar levantarme -ya te revisaron esa herida-
-¿tan maltrecha me veo?- lo mire sonriente -tu cara de preocupacion me indica que me veo bastante mal-
Nego - no solo nunca pense verte herida de esta manera- aparto su vista de mi -nunca hubiera deseado verte lastimada
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Tras la caida del Sol
RomanceUna Guerra mundial estalla y una joven de apenas 22 años se ve insmiscuida en lo horrores de esta haciendo lo necesario para sobrevivir mientras es protegida por su antiguo novio que hace lo posible para que esta se encuentre con su verdadero amor.