LA JUEGETERIA

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Era un nuevo día. Kevin ya estaba levantado, simplemente mirando a la nada mientras escuchaba los fuertes ronquidos de su hermana. El niño de ves en cuando le daba un pequeño golpe para que despertara y dejara de roncar. Pero sus esfuerzos eran en vano.

Minutos después se escuchó como alguien estaba tocando la puerta. Eso provocó que Isabella despertara.

- ve a abrir, Kevin... (dijo mientras bostesaba y volvia a dormir)

- se debe de ser más cuidadoso con la ropa interior (Isabella se despertó sobresaltada y habló para ella misma)

- ¿acaso es lo que creí escuchar?... ¿material para burlarme de Kevin? (Decía mientras se levantaba y se paraba detrás de su hermano encontrándose al chico que les ayudó con sus maletas)

- supongo que quieres propina (dijo Kevin al ver que el hombre no se iba)

- iré por mi cartera (aquello que dijo Isabella provocó un brillo peculiar en los ojos del hombre)

- no es necesario, señor. Todavía tengo... una poca (decía mientras sacaba el chicle de su boca)

- ¿no quieres? Bueno (decía Isabella mientras enseñaba un fajo de billetes y los volvía a guardar. Kevin contuvo su risa)

- no, no, no. Oiga, señoritaa (los llamados del hombre fueron interrumpidos cuando Isabella cerró la puerta en su cara)

- ¿y ahora qué? (Dijo Isabella mientras se echaba en la cama)

- cámbiate, y date un baño si quieres. Vamos a salir hoy (decía mientras que buscaba su ropa)

- pero no tengo ropa limpia (se quejó la niña)

- ¿y a mí qué? (Decía mientras robada los ojos)

- que grosero. ¿Sabías que eres adoptado? (Decía con una sonrisa malvada)

- si yo soy adoptado los dos lo somos. Te pareces mucho a mí físicamente

- ay no. Dios me libre (Gritó mientras entraba al baño)

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Al salir del ascensor un hombre desde la recepción los llamó.

- señor y señorita McCallister (los llamó mientras hacía señas. Ambos se miraron. Kevin negó harto y Isabella suspiró)

Ellos se fueron acercando a pasos lento. Sin embargo el hombre llegó casi corriendo.

- ¿y cómo estamos hoy? (Dijo con una gran sonrisa)

- bien (dijeron ambos al unísono)

- ¿ya está nuestro transporte? (Dijo Isabella)

- está afuera señor, señorita. Una limusina y una pizza. Cortesía del "Plaza", desde luego. Espero que su padre comprenda. Anoche... estaba revisando la habitación para ver si todo estaba en orden

- pues se enojó bastante (dijo Kevin)

- ¿en-encerio? (Dijo tartamudeando con nervios)

- si. Dijo que no había venido a Nueva York para que lo espiaran desnudo en el baño (mencionó Isabella)

- ahh... claro que no. ¿Y va a bajar pronto?

- ya se fue (dijo Isabella con una sonrisa)

- ahh... me-me habría gustado disculparme personalmente

- si alguien lo viera a usted en la ducha, ¿querría volverlo a ver? (Preguntó Kevin)

- ah... supongo que no (dijo poniendo ahora una cara de disgusto)

Mi Pobre Angelito 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora