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Ella era como una rosa, bella, cautivaba las miradas a su alrededor y para algunos, era una gran obsesión.

Takemichi, desde niña recibía cumplidos por su gran belleza y la pureza que demostraban sus brillantes ojos azules, vivía con tranquilidad su vida, en el camino de su vida conoció a un hombre que había capturado su corazón, como nunca nadie antes lo habría logrado. Naoto tachibana, el hombre que había ganado el completo amor de takemichi.

-¿por qué siempre me olvido de un ingrediente?- se preguntó para si misma mientras salía del centro comercial, ya se había vuelto costumbre que al querer hacer una comida especial para su marido , se olvidara de algún ingrediente de la receta- al menos aún tengo tiempo para preparar la cena

Dejo de discutir con ella misma y siguió con su camino hacia su casa, de vez en cuando miraba el anillo de matrimonio, habían pasado ya cinco años desde su boda, pero sentía el mismo amor que el primer día. Sus pensamientos fueron interrumpidos al escuchar un ligero murmuró a sí alrededor, con curiosidad levantó la mirada notando a un hombre de cabellos rosas con el ceño algo fruncido.

Con preocupación la oji azul se acercó a aquel hombre, no le conocía, pero había reaccionado por impulsó

-disculpe, ¿se encuentra bien?- preguntó con preocupación, tomando la atención del pelirosa

-no se preocupe, solo es un leve mareo

La rubia dudo mirando al hombre, se notaba bastante pálido y en sus ojos verdes notaba una mirada perdida

-¿esta seguro? Hay un hospital aquí cerca

El hombre solo pudo soltar una leve risa, su mirada había pasado de una mareada a una hostil, que hizo que la pelinegra retrocediera un poco

-¿realmente eres tan estúpida?- preguntó con sarcasmo mientras la ojiva azul sintió que cubrían su boca-ustedes, ¿por qué tardaron tanto?

-vamos, es divertido ver como actúas así de débil -se escucho la voz del hombre que mantenía cubierta la boca de la oji azul

Cuando el cuerpo de takemichi salió un poco de shock, trató de escapar siendo acorralada por un hombre de cabellos morados y negros

-¡Ran! ¿Qué tanto te cuesta secuestrar una mujer tan débil?- esas palabras hicieron que los ojos de takemichi se volvieran llorosos por el miedo- terminemos esto rápido

Con esas palabras, takemichi sintió una jeringa en su cuello, en cuestión de segundos su vista se volvió borrosa, mientras caía al suelo con su cuerpo sin posibilidad de moverse, lo último que logro ver fue a tres hombres frente a ella antes de caer inconsciente.

☆★

En una habitación con tenue luz, se encontraba la rubia, acostada en una suave cama al abrir los ojos su cuerpo se tenso, con rapidez se sentó en la cama mirando a su alrededor, el miedo en su cuerpo no parecía parar, el cuarto era completamente desconocido para ella al tratar de levantarse fue detenida por un dolor en su muñeca, el miedo creció más al ver su muñeca encadenada a la cama.

En medio del silenció de la habitación, se escucho la puerta abriéndose mostrando un hombre de ojos negros con el cabello blanco, al mirar a la oji azul, sonrió levemente cerrando la puerta detrás de él y acercándose a la mujer.

-hola, me alegra que ya hayas despertó, hubiera sido una completa desgracia si hubieran muerto cuando Ran te inyectó esa jeringa -hablo con completa tranquilidad, al sentarse en el borde de la cama frunció el ceño notando como la mujer se alejaba-¿por qué te alejas? No te haré daño... bueno, no si no es necesario y eres obediente

-¿quien eres tú?- preguntó con miedo al notar que ya no podía retroceder más y estaba acorralada contra la cabecera de la cama

-oh, vaya que no tienes modales, debes saludar cuando alguien te saluda-antes de que la mujer lograr protestar, frunció el ceño de forma hostil enviando un escalofrío por todo el cuerpo de la mujer

-tú... hola-hablo con miedo, el hombre ignoró el miedo y sonrió acercándose para acariciar la mejilla de la mujer- te hice una pregunta -hablo sintiendo como se formaba un nudo en si garganta y su cuerpo temblaba ante el frío toque en su mejilla

-sobre eso... no es importante, te noto palida, será mejor que comas algo

-aléjate de mí

El ambiente quedó en silencio, la mujer ya no logragaba decir alguna palabra, su garganta estaba cerrada mientras su cuerpo temblaba, el hombre se mostró serio, sin previo aviso se acercó posando su mano sobre el cuello de la contraria

-eres muy bonita, seria una pena lastimar tu hermoso cuerpo- esta vez, su tono era más hostil, apretó ligeramente su agarre haciendo que la mujer soltara lágrimas y tosiera un poco- por esta vez lo dejaré pasar, pero te dejo en claro que soy yo quien toma las decisiones aquí

Sin más se alejo dejando que takemichi tosiera un poco, le miró con miedo soltando leves sollozos, el hombre solo se fue sin decir alguna palabra. Mientras el cuarto volvió a estar en silencio por pocos segundos, pues takemichi no pudo evitar llorar por el miedo y por el dolor que sentía en su muñeca encadenada y su cuello con la ligera marca que había dejado aquel hombre.

°•★☆the rose☆★•°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora