Acabando toda esa temporada de clases, es cuando la mente de los jóvenes se vuelve más activa, para la suerte de Mike, un hombre de negocios recién retirado de su empresa es notificado con una gran noticia.
Su par de sobrinos llegarán a su vida para...
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Tiempo, era la causa de la angustia para el pobre hombre, no sabia cuanto era el tiempo que le quedaba, en que momento lograría encontrar a sus sobrinos. Hace poco que empezó a pensar en estos dos niños, no se sentía en verdad cómodo estar sentado en un sofá sin hacer absolutamente nada, la paciencia era la que le quedaba muy poca, no quería imaginarse del que algo malo les pasaría a sus sobrinos.
Yasmín notaba los gestos que su invitado hacia, seguramente no se sentía calmado al estar sentado, estaba en donde lo desconocido. Entendía un poco que sería difícil para el adaptarse, podía tratar de seguir conversando un poco con el. En lo que mataba el tiempo y sentir las horas en que su padre llegaría a corto plazo.
Mike miraba al techo como forma de distraerse un rato, trataba de mantenerse tranquilo, sabiendo que al final del día tendría una respuesta por el lobo.
La lince estaba sentada frente al invitado, en sus manos sostenía un libro de la estantería, haciéndole compañía a Mike para que el no se llegara a desesperar, aunque estuviera con su mente en blanco y mirada perdida, a ella le bastaba que el hombre estuviera cerca de ella en la sala.
— ¿Estas aburrido...?.
Preguntó la lince muy curiosa, observó al hombre dar un pequeño brinco de su asiento, habiéndolo sacado de sus pensamientos, Mike rotó lentamente su cabeza para responder con un simple movimiento.
— Te entiendo, suelo ponerme a Leer cada vez que mi padre se va... ¿No crees que es hermoso Leer? digo, imaginas todo lo que ves en tu libro, y tu cerebro te crea esos bellos escenarios.
Mike sin algún interés asintió a las palabras de la lince, ningún tema de conversación le distraería de su pena.
Yasmín no tenía muchos temas de conversación, como darle más ideas o detalles del sitio donde estaba, contarle ciertas historias que ella misma conocía sobre la tierra. Incluso podían explorar un poco los terrenos de afuera, esa ultima idea no sonaba nada mal para ella.
Habiendo pensado un poco, Yasmín se acercó al hombre de mirada perdida aun en el techo, se sentó a su lado por unos segundos que Mike, volteo a verla un poco desinteresado y ella habló.
— ¿Quieres salir a tomar aire fresco?. — le preguntó la lince muy confiada que el hombre aceptaría, aunque Mike estuviera sin que hacer, seguía un poco desconcertado.
— ¿Salir...? Bueno... ¿Y si tu padre viene? se dará cuenta que no hay nadie, podría molestarse.
— ¿De que hablas...? Mi padre aun no vendrá, sus salidas suelen tardar casi un día entero.
Cuando Mike supo que el lobo tardaría, una vibra recorrió por todo su cuerpo, si el lobo se tardaría, en todo ese tiempo sus sobrinos seguramente estarían en peligro, como justo ahora. Pero estaba en un lugar desconocido, solo podía imaginar en las cosas malas o tal vez ver también cosas buenas que podrían pasarle a el.
