-¡Maldito hijo de- Simplemente la empujó. No tenía ánimos para soportar sus regaños tan temprano en la mañana -¿Eres tan tonto para cortarte las venas o muy cobarde para hacerlo bien?- Muchas de sus mañanas se basaban en ignorar los reclamos innecesarios de su progenitora, aunque en este caso hacían referencia a las vendas que cubrían sus muñecas, indicándole que se había cortado como tantas otras veces -Tantas cosas que eh dado por ti, ¿Así me lo pagas?- Soltó, tocando algo muy en el fondo del corazón de Jeongin.
-¿Qué cosas has dado por mi?- Cuestionó sarcástico a mitad de la puerta -¡Lo único que conozco de ti es que eres una zorra, tal como dice papá!- Y sin esperar algún tipo de respuesta cerró la puerta. Lo último que alcanzaría a ver sería el rostro enfurecido de su madre.
Llevaba una camisa de color negro con botones blancos y unos pantalones hasta la rodilla que usaría luego para hacer deportes, pese a no ser de sus atuendos favoritos, al hacer un poco de calor no le quedó más opción. Jeongin era algo bueno corriendo, pero no podía nunca igualar a sus demás compañeros mucho más atléticos que él, pero agradecía no morir luego de una cuadra trotando.
Su escuela se veía cada vez con más claridad mientras algunas finas gotas de sudor bajaban ya por su cuello, empapando un poco su nuca pero no llegando a su nombrada camisa. Se detuvo a unos metros antes de llegar, sosteniéndose en sus rodillas intentando recuperar el aliento.
-Buenos días, niñita- Carcajeó Jisung quien apenas había bajado de su auto, uno que no buscaba ser disimulado entre la multitud, último modelo de color azul turquesa y bandas negras. Hasta donde había escuchado fue un regalo de sus padres, y pese a que Jeongin consideraba ilegal que un menor tuviese acceso a un vehículo de tal magnitud, nadie podía decirle nada debido a su familia de buen estatus social.
Como era de esperar, de un empujó lo hizo caer sobre sus rodillas, huyendo de la escena tras carcajadas y dejando al pobre Jeongin con los labios apretados, buscando reprimir sus lagrimas de dolor. Mierda, parece que la sangre ahora también brotaba por su pierna.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Luego de tener la última clase del día que fue con el profesor Minho, quien les hablaba de Geografía, aún sabiendo que casi la mayoría de chicos que asistían a esa clase terminaban con la atención puesta el cualquier otro lado, excepto en los conceptos que daba, hasta algunos llegaban a saltársela. Al salir todos fueron a cambiarse para ir a clase de deportes, donde justamente tenían un partido de vóley con chicos de otra escuela.
Mucha de la presión caía en Jeongin ya que lo habían tomado en el equipo por falta de voluntarios y siempre que la pelota iba a su lado su devolución era pésima. Había estado aprendiendo como recibir la pelota junto con Felix y a veces solo, pero no se sentía totalmente confiado.
Aunque siendo sinceros nadie lo hacía...
-Changbin faltó hoy, por lo que ahora tenemos dos novatos en el equipo, Beomgyu y la nenita de Jeongin, si la cagan, los mataré- Amenazó el de mejillas abultadas y todos sabían que no era de broma.