Compartiendo

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No había peor momento que este para que los mandaran juntos a investigar un caso en un diminuto pueblo a las afueras de la ciudad. La relación entre los dos estaba tensa desde que Chloe volvió de Roma influenciada por un malvado sacerdote, intentó envenenarlo y después le dijo que no sabía si podría aceptarlo. De eso había pasado ya un mes y medio, y aunque después de todo él había aceptado volver a trabajar con ella, no había vuelto la normalidad entre ellos. A pesar de que había vuelto el mismo Lucifer confiado y coqueto de siempre, con ella era distinto, más reservado. Ya no le gastaba tantas bromas y ni siquiera intentaba coquetear con ella como de costumbre. Todo lo que tenían construido se había derrumbado y Chloe se culpaba por ello. En primer lugar se sentía culpable por haber dejado que un desconocido le metiera ideas erróneas en la cabeza acerca de Lucifer. Ella de todas las personas, era quién más lo conocía y sabía perfectamente que no era una mala persona o diablo para el caso, pero el miedo y que todo su mundo se viniera patas arriba, la hizo mas vulnerable y desconfiada. En segundo lugar, quería aceptarlo con todas sus fuerzas, era lo que más deseaba pero decirle que lo aceptaba en ese momento que él le preguntó, hubiera sido una mentira y ella le debía la verdad después de todo. Si solo le hubiera dado un poco más de tiempo, él hubiera visto de primera mano que Chloe lo acepta tal y cómo es, que solo necesitaba un poco más para procesar todo, pero Lucifer no se lo concedió y tras todo el lío este, apareció Eva. Para Lucifer fue un consuelo que apareciera la primera mujer, todo lo que una vez conoció, con quién primero fue. Ella lo aceptaba, cada parte de él y  le impulsaba a no reprimir su lado diabólico. 

-¿Me estás tomando el pelo? - dijo Chloe enfadada.

-Lo siento señora, pero es la única habitación que nos queda - respondió con una sonrisa de disculpa el recepcionista del motel.

Lucifer se limitó a mirar la escena sin decir ni una palabra, algo que últimamente hacía.

-Está bien - dijo Chloe recogiendo la llave con resignación - solo avísanos si liberan otra habitación.

-Por supuesto y lamento las molestias - respondió el recepcionista.

Lucifer y Chloe caminaron hasta su habitación en completo silencio. Es casi lo único que compartían últimamente. Al llegar ella entró primero y ojeó la habitación. No tenía nada destacable más que una cama tamaño king en el fondo, una pequeña televisión encima de una mesita auxiliar, ambas mesitas de noche al lado de la cama, un ropero desdeñoso y un baño mediocre. 

-Detective, si no quería compartir la habitación podría haberme ido al otro motel que hay en el pueblo contiguo - dijo Lucifer rompiendo el silencio.

-No lo dije porque no quisiera compartir la habitación, lo dije porque...

-No tiene que excusarse detective, lo entiendo - la interrumpió Lucifer mientras cerraba la puerta de la habitación - entonces ¿a qué hora hemos quedado mañana con el sheriff?

-A las 9 en la cafetería de al lado - contestó ella resignada.

-Estupendo.

Ya que era de noche y no había nada más que hacer, Chloe cogió el pequeño bolso de mano que llevaba y entró al baño. Después de haber conducido durante seis horas, una buena ducha era lo que más le apetecía. Se tomó su tiempo, ya que no estaba segura de como sería compartir un espacio cerrado con Lucifer con esta tensión que había entre ellos. Media hora después y tras percatarse de que no había empacado su pantalón de pijama como pensaba, se colocó la camiseta amplia que usaba para dormir y agradecida de que le quedase lo suficientemente larga como para tapar sus bragas, salió de la habitación. Para su sorpresa, Lucifer no estaba. En cambio, había una nota en la mesita derecha de la cama.

"Fui a la cafetería a comprobar si tienen algo decente de alcohol para tomar. No espere por mi detective"

Una parte de Chloe se sintió decepcionada, él la estaba evitando y eso le causaba dolor, ya que lo único que quería era arreglar las cosas con él, pero otra parte estaba aliviada de no tener que lidiar con ello esta noche. Se metió en la cama sin pensar demasiado y encendió la televisión. Después de echar un ojo a la programación, se topó con un programa sobre reparación de casas y decidió verlo. Dos horas después cuando Lucifer llegó, ella ya estaba dormida, aunque la televisión seguía encendida. Lucifer fue a coger el mando de la televisión, que se encontraba en su lado de la cama, pero antes se puso a mirar detenidamente a Chloe. Estaba medio destapada, con medio cuerpo fuera de la sabana, dándole una tentadora vista de sus largas piernas y su ropa interior. Lucifer reprimió un escalofrío de excitación, la tapó como era debido, apagó la televisión y se dirigió al baño. Tomó una ducha fría e intentó concentrarse en otra cosa que no fuera su compañera de cama. A pesar de que ella lo había traicionado y le había dicho que no sabía si podría aceptarlo, aun tenía sentimientos por ella. Sentimientos que ni siquiera Eva había podido apagar. Aunque la relación con Eva era increíble, se había dado cuenta de que no era lo que él deseaba. Salió del baño y se tumbó en la cama cuidadosamente de no despertar a Chloe. Ella ya estaba roncando como una moza de campo albanesa, algo que le hizo sonreír. Solo deseaba volver a la normalidad con ella, pero no sabía si podría volver a confiar.

Eran las tres y media de la madrugada cuando Chloe se despertó con un cuerpo pegado a su espalda y una mano en su estómago. Se quedó muy quieta, asimilando que tal vez Lucifer se había movido en sueños y la había abrazado por costumbre pensando que era Eva. Una parte de ella quería despertarlo ya que esto no estaba bien, pero la otra quería quedarse en sus brazos para siempre. Usando su parte sensata, Chloe se movió ligeramente, pero en ese momento Lucifer movió la mano que tenía en su estómago, comenzando a acariciarla en círculos. Chloe se congeló, él estaba despierto o quizás ligeramente.

-Lucifer yo no...

-Chloe - suspiró él.

No la estaba confundiendo con Eva, sabía que quién estaba en sus brazos era ella, pero esto no podía estar pasando de verdad, no había manera de que Lucifer la quisiera en sus brazos, no después de todo.

-Estoy cansado de fingir - dijo él susurrando cerca de su oído mientras bajaba la mano que acariciaba su estómago - que no te quiero.


Destinos cruzadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora