No pares

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La mano de Lucifer estaba jugando con el borde de sus bragas, era como una petición silenciosa para saber si tenía su permiso de poder continuar, pero Chloe no era capaz de articular palabra. El aliento de Lucifer le hacía cosquillas en la nuca y sentir su creciente erección contra su trasero, estaba empezando a afectarla.

-Chloe, dime que no quieres esto y me detendré – suspiró él comenzando a introducir sus dedos dentro de sus bragas, pero sin avanzar demasiado.

-Yo... - contestó Chloe sin poder decir una palabra.

-Dime que pare y fingiremos que esto nunca pasó – insistió él esta vez rozando su clítoris con su dedo índice.

-No puedo – gimió ella cansada de fingir lo contrario a lo que quería – no quiero parar.

Con su consentimiento dicho, Chloe abrió ligeramente las piernas, dejando que Lucifer acariciase apropiadamente y descubriendo lo mojada que ya estaba.

-Mmm cariño, estás tan mojada – dijo él con su voz seductora mientras le mordía el lóbulo de la oreja.

Chloe gimió en respuesta mientras Lucifer le introducía dos dedos y comenzaba a darle placer. Al estar en una posición que poco podía hacer, Chloe se desesperó queriendo besarlo como siempre había querido, sin reservas, por lo que giró su cuerpo ligeramente y miró a Lucifer, el cual parecía destrozado, con las pupilas dilatadas. Él miró sus labios y como si fuera lo mismo que estaba pensando, se lanzaron al mismo tiempo, saboreándose y vertiendo todo lo que no se habían dicho. En medio del beso, Chloe alcanzó el climax, separándose ligeramente mientras gemía de placer en sus labios. Inmediatamente, Lucifer la giró para que ella descansara su espalda en el colchón y se puso encima de ella. La beso apropiadamente antes de bajar por su cuello y pasarle la camiseta por encima de la cabeza. Chloe no dormía con sujetador, lo que le facilitó mucho poder saborear sus pechos. Se quedó un rato lamiendo y mordisqueando, hasta que comenzó a bajar, dando besos por todo su abdomen hasta llegar a sus bragas, las cuales le quitó rápidamente.

-No sabes cuánto tiempo he querido hacer esto – dijo él deseando probarla – póngase cómoda detective, planeo tomarme mi tiempo.

Antes de que Chloe pudiera decir algo, puso su lengua sobre su centro, haciendo que cualquier palabra que ella tuviese en la boca, muriera en ese momento. Lucifer era muy bueno y la fama que tenía haciendo trabajos orales no le precedía, era mucho mejor de lo que ella pensaba. La llevó a dos orgasmos casi seguidos y cuando se iba a lanzar a por un tercero, ella lo detuvo agarrándolo de la cabeza y haciendo que subiera.

-Cariño no había terminado – protestó él.

-Me has dado dos orgasmos Lucifer ¿no crees que es suficiente? – respondió ella riéndose.

-Su placer nunca es suficiente detective, si fuera por mí te tendría en mi cama comiéndote todas las malditas noches.

Ahí fue el primer momento de realidad. Lucifer no era suyo, ni ella era suya para que pudieran hacer eso todas las noches. La verdad era que estaban en un motel mediocre, teniendo sexo, cuando él tenía una relación con otra mujer. Aunque no era una relación exclusiva, ya que tenían sexo con otras personas al mismo tiempo, se sentía como una trampa. Lucifer notó el cambio en el ambiente y para evitar que el momento se rompiera, la besó tiernamente, tomándose su tiempo. Chloe respondió al beso sin oponerse, agarrando la nuca de Lucifer para aferrarlo a ella. Entonces notó su erección todavía vestida, tocando su centro y quiso devolverle el favor. Con un movimiento practicado, los volteó poniéndose encima de él.

-Oh, ahora estás arriba – dijo Lucifer sorprendido.

Ella simplemente sonrió y comenzó a besar su cuello, su pecho, sus abdominales, hasta llegar a la cinturilla de sus pantalones de satén. Antes de quitárselos, pasó una mano por encima de su erección, haciendo que Lucifer siseara de placer. Complacida con la respuesta, Chloe le bajó los pantalones y los tiró a un lado. Agarró con una mano su enorme polla y comenzó a acariciarla de arriba abajo, ante la atenta mirada de Lucifer. Se agachó entre sus piernas y lamió una raya a través de su longitud, haciendo que Lucifer gimiera.

-Detective, no hace falta que lo haga, tengo muchas ganas de venir.

-Quiero hacerlo – contestó ella llevándose la longitud completamente a la boca.

Chloe chupó y lamió, alternando con caricias de vez en cuando, hasta que Lucifer se corrió con su nombre en sus labios. Parecía satisfecho y calmado, pero quería más. La agarró y la puso encima de él, mientras él se sentaba contra el cabecero de la cama.

-Chloe, eres tan hermosa - dijo besando sus labios y cuello.

En ese punto seguía resonando en su cabeza la triste realidad, que Lucifer no era suyo y que lo que estaban haciendo estaba mal. Ella no quería ser la tercera rueda, aunque no fuera una relación convencional, pero no era del tipo de persona que le gustaba compartir. Ella quería una relación real, no sexo esporádico con alguien que tenía novia, además no estaba segura de que Lucifer la hubiera perdonado. Al fin y al cabo, él sabía separar el sexo de los demás sentimientos y quizás solo se estaba acostando con ella por la atracción que había entre ellos, pero nada más.

Lucifer notó que Chloe no estaba en sintonía con él y paró de besarla. La miró con curiosidad y preocupación antes de preguntar.

-¿Qué ocurre?

-Lucifer, no podemos hacer esto, tienes novia.

-Eva no es algo serio... ya sabes, no somos exclusivos.

-Lo sé, pero tenéis una relación y esto no está bien – respondió Chloe bajando de su regazo y sentándose al lado.

-Pero me dijiste que querías.

-Sí, me dejé llevar porque quería y quiero, pero no de esta manera Lucifer – dijo ella agarrando sus bragas y camiseta y volviéndoselas a poner.

-No entiendo detective – dijo él confundido.

-No importa Lucifer, deberíamos volver a dormir, en unas horas nos reuniremos con el sheriff.

Lucifer la miró acostarse a su lado sin decir nada, recogió sus pantalones, se los volvió a colocar y se tumbó en su lado.

-Buenas noches detective.

Destinos cruzadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora