1. Volver al pasado

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Octubre, 2150.

Ciudad Voidod, Voidod.

Trevor

Tener su cuerpo inmóvil entre mis brazos, sentir la sangre que sale de una gran herida de su cabeza en mis manos y ver su rostro pálido mientras lo llamo una y otra vez para que abra sus ojos, suplicándole que no me deje aun sabiendo que ya había muerto, seguía siendo un doloroso recuerdo. También una pesadilla que me atormentaba la mayoría de las noches.

Eran las 8 am cuando llegué a la Academia de Policía y Viajes en el Tiempo. Era mi primera vez allí después de estar tres años en prisión. Por lo que no me sorprendió ver las miradas de asombro y otras de desaprobación, así como escuchar los cuchicheos de los de mi alrededor al entrar como si nada al gran edificio de la Academia para dirigirme a la Oficina del jefe.

Era muy consciente que de la noche a la mañana me había creado una "nueva reputación", incluso más sonada que la que pude haber creado por mis logros. De modo que ignoré cualquier comentario estúpido ya sea cierto o no que llegaba a escuchar a lo lejos, y caminé con la cabeza en alto, porque sí. No había nada de qué avergonzarse.

No me avergonzaba afirmar que había viajado al pasado para salvar a mi amado, yendo en contra de las reglas. Y aunque al final mi matrimonio con él había terminado, no me arrepentía de nada. Si tenía que hacerlo de nuevo para salvarlo, lo haría otra vez sin dudarlo.

La secretaria mitad robot, mitad humana anunció mi llegada, y me dejó pasar. De modo que al entrar, sentado en una gran silla giratoria, con el uniforme de militar, se encontraba el General Perry. El jefe de los agentes de policía que estaban en el área de viajes en el tiempo.

Un señor de 50 años, rubio con canas, ojos azules, rostro frío y semblante amenazante.

—Es un gusto volver a verte, Young. — A pesar de su rostro sin emociones, sus palabras fueron sinceras al decirme eso.

—Lo mismo digo, general.

—¿Qué tal la prisión?

—Pues... Fue como estar en el área de entrenamiento de la Academia. — Respondí entre broma y seriamente.

Él soltó una carcajada. Encontrando mi respuesta muy graciosa.

— Entonces no debiste tener tantos problemas. En fin, espero que no extrañes tanto ese lugar y te enfoques en las cosas que se vienen para ti. —Entrecruzó sus manos al ponerlas sobre el escritorio y me vio seriamente.

Asentí.

— ¿Qué es lo que tiene para mí, señor?

— Tengo una misión para ti. — Cuando lo escuché, lo miré desconcertado.

—Pero señor, yo pensé que...

—Lo sé, sé que fuiste degradado. Por lo que tener una misión, no debería ser algo que ya tengas permitido — me interrumpió. — Deberías estar en una oficina haciendo papeleo aburrido, pero sinceramente no me sirves ahí. Sino haciendo trabajo de campo.

—Pero... — No pude evitar soltar una pequeña risa de felicidad ya que era muy consciente de que aunque no me hubieran despedido de la Academia, viajar en el tiempo sería algo que ya nunca volvería a hacer. De modo que esta noticia era una hermosa sorpresa porque trabajar como agente del tiempo era realmente algo que amaba. — Los profesores... Los jefes ... ¿realmente están de acuerdo con que yo vuelva a las misiones?

Pregunté todavía sin creerlo.

—En la Academia, el 50% sigue creyendo que eres alguien brillante que no debe ser recordado por ese error que cometiste hace tres años y que mereces seguir eliminando anomalías; mientras que la otra mitad te cree una vergüenza que no debería ni siquiera poner un pie aquí. — Respondió—. Para tu suerte, la mitad que cree que debes seguir porque eres alguien muy capaz en este trabajo son casi todas personas importantes; y yo me incluyo en ese porcentaje. De hecho, fui yo quien convenció al vicepresidente de la Academia para que te dejaran volver a tu antiguo puesto.

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⏰ Última actualización: Jan 11 ⏰

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En contra del tiempo por ti (Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora