Prefacio

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Narrador

—¡Las reglas de los viajes en el tiempo existen por alguna razón! — Dijo con voz fuerte y clara el profesor Heathen, quien daba la clase de leyes del tiempo y espacio a los futuros viajeros del tiempo—. Sin ellas, el mundo estaría en caos desde hace tanto tiempo y la raza humana se habría extinguido desde hace un siglo atrás.

Cada palabra que decía, los estudiantes las tecleaban de manera rápida en su tablet, la cual sólo consistía en un cristal en forma rectangular de alta tecnología. Cualquier cosa que dijera el profesor era importante, puesto que de no tener en cuenta todo esto, en el futuro traería problemas.

—Las reglas del tiempo en sí y de los viajes existen por una razón: proteger nuestro presente. — Sentenció el profesor—. Así que, espero que no sean tan estúpidos como para romper alguna de ellas. Porque al hacerlo, estarían afectando la sagrada línea del tiempo, ocasionando múltiples anomalías en varias épocas que pueden no tener solución. Además de que irían al ministro de Justicia para escuchar su cruel castigo, el cual sería la pena de muerte ante el público —. Al escuchar la palabra "muerte", muchos de los estudiantes dejaron de teclear y con miedo, vieron al profesor. Rezando internamente nunca cometer un error tan grande que haga que rompan una de las reglas sagradas—. Siempre tengan presente las reglas, en especial las tres primeras, ¡cuáles son esas?

Todos se levantaron de su asiento, y gritaron a todo pulmón:

¡No alterar la sagrada línea del tiempo bajo ninguna circunstancia! ¡Proteger la sagrada línea del tiempo en todo momento! Y ¡Jamás usar la máquina del tiempo para propósitos personales!

—¡Bien! ¡Si nunca olvidan esto, serán unos dignos agentes de los viajes en el tiempo! — Gritó el profesor para después añadir furioso:— ¡Y espero no volver a escuchar que alguno de ustedes olvidó algo tan básico como esto, como lo hizo el idiota de Young!

***

Cuando la clase terminó, al ser hora libre, los únicos en quedarse en el salón sentados en sus sillas fueron dos gemelos de piel color canela, uno llamado Milán y el otro Milo; una chica de baja estatura y delgada con cabello morado llamada Farah; y otro chico de su misma estatura y con lentes cuyo nombre era Cort. Éste se veía muy pensativo desde que el profesor había dado ese discurso.

—¿Qué ocurre, Cort? — le preguntó Farah, extrañada por su actitud—. ¿Por qué andas tan pensativo?

—No es nada, es sólo que me quedé pensando en lo que dijo el profesor, sobre el idiota Young. ¿De quién estaba hablando?

—¡Qué no es obvio? — respondió Milo. — Debe haberse referido a Trevor Young.

—¿Quién es ese? — arrugó su frente Farah. Los cuatro estaban en su primer año en la Academia de agentes de viajes en el tiempo, por lo que era comprensible que no supieran ciertos eventos y escándalos dentro de ella. No obstante, los gemelos sabían más que posiblemente todo su grupo, puesto que un tío querido suyo tenía un puesto importante en la Academia.

—¡Es considerado uno de los mejores agentes de viajes en el tiempo de todos los siglos! — Respondió Milán por su hermano—. Sus habilidades son únicas. Varias veces ha salvado a la humanidad de la destrucción debido a anomalías extrañas. Por lo que ha recibido varios reconocimientos y medallas por tal esfuerzo. Para lo joven que es, es realmente admirable todo lo que ha logrado. Dicen que es considerado un ídolo para muchos de los que están aquí.

—Si es alguien de respeto y admiración ¿por qué el profesor se expresó así de él? — Cort arrugó su frente.

—Eso es porque... — Milo volteó de un lado a otro y al verificar que no hubiera nadie cerca escuchando, pronunció en voz baja: — rompió las reglas.

En contra del tiempo por ti (Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora