Cuando florezcan los cerezos

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—¡Vamos rarito! ¿Vas a llorar otra vez?

—Esta buscando su mochila, deberías buscar en la basura—La risa de los niños resonaba por todo el salón, nuevamente Hoseok era víctima de sus crueles bromas, esta vez habían escondido su mochila en el bote de basura, y el pequeño pelinegro mordió su labio inferior reteniendo las lagrimas acumuladas en sus ojos.

—¡Aquí esta!—Susurro para si mismo mientras sonreía triunfante sacando su mochila de aquel lugar, regreso a su pupitre mientras se dedicaba a limpiarla, los demás niños no dejaban de reír, cuando Hoseok abrió el cierre noto que adentro había mas basura, así que empezó a sacar las bolitas de papel y  comida que estaban dentro de su mochila color verde.

—Buena esa Yoongi—Felicitaba un niño al que al parecer era el autor de dicha broma, mientras el pequeño Min sonreía triunfante apreciando su bien elaborado plan, Hoseok desvió la mirada hacia la pizarra al darse cuenta que aquel niño lo miraba.

Y así era todos los días, Hoseok era molestado por sus compañeros de clases porque el líder de la pequeña pandilla de rebeldes había puesto sus ojos en el pequeño, Yoongi era un niño con un carácter muy fuerte, era muy agresivo y obstinado, odiaba a las personas correctas, pensaba que eran demasiado aburridas y odiaba que no se quisieran divertir con sus bromas, pensaba que Hoseok era así, un engreído sabe lo todo, pero la realidad, es que Hoseok era un niño tímido, dulce y muy sensible, apenas hablaba con su madre que al parecer era el ser humano que mas confianza le tenia.

El día empezaba cuando Hoseok llegaba al salón y miles de bolas de papel lo recibían, en la clase un niño le picaba la cabeza con su lápiz, en el recreo miles de tropezones por parte del grupito de Yoongi, el pelinegro no jugaba con nadie, se la pasaba leyendo, cuando leía se perdía en el basto mundo de las letras y era algo que le gustaba, leer para olvidarse de todo. Un día Min dejo encerrado a Hoseok en el armario de limpieza, ese día Hobi llego tarde a su casa, ya que el conserje lo encontró hasta pasada las horas de clases, cuando solo los maestros y la ordenanza estaba en la escuela, al llegar Hoseok dio la misma excusa de cuando eso pasaba.

"Me quede jugando con mis amigos mamá, lo siento" 

Después de que sonriera dulcemente su madre lo beso en la frente y regreso a la cocina, Hoseok no podía decirle a su mamá lo que Yoongi hacia ¿Por que?... Simple, porque Hoseok tenia un dicho: "No todas las personas son malas del todo y no todas las personas buenas lo son del todo" así que pensaba que Yoongi no era malo del todo, quizás estaba descompuesto de algún lado, tal vez era su cabeza, o su corazón, por eso no acusaría a Min, ademas la sonrisa de el era la cosa mas bonita que había visto, sus hermosos dientes tras sus felinos labios eran las cosas mas bonitas que Hoseok había visto, mas bonitas que ver a los cerezos florecer.

A Hoseok le gustaba ver florecer los cerezo, y quería algún día verlas al lado de Yoongi, tal vez cuando Min apreciara las cosas bonitas de la vida podría reparar su lado roto.

"Prometo llevarte algún a ver los cerezos, Yoongi"

Susurro Hoseok antes de dormirse con una sonrisa. Tal vez algún día lo lograra.

Al día siguiente la maestra dejo escribir un poema a la clase de Hoseok, algo que emociono mucho al pequeño ya que escribir se le daba muy bien.

—Quiero que escriban algo a una persona que quieran y admiren, un poema expresando lo que sienten y el ganador podrá presentar su obra en el concurso regional—Los niños escucharon a la profesora emocionados y de inmediato empezaron a escribir, el día había sido bueno para Hoseok ya que Yoongi solo lo había molestado tres veces y ahora con el poema era un día bastante genial.

Sakura Rain (YoonSeok)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora