Capitulo #01

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Sonrió al escuchar el llanto de Nicolle, abro mis ojos y miro mi alrededor, suspiro al ver que sólo había dormido unas cuantas horas. La pequeña era toda una mandona, comelona y llorona innata.

Igual que su madre. Claro, no solo había heredado mi carácter, por supuesto, también el de su padre. No paraba de llorar hasta conseguir lo que quería y eso que solo tenía apenas unos 7 meses. Nicholas no había tardado tampoco en despertarse para luego verme con nuestra pequeña en mis brazos, en la mesedora mientras le daba de la tetilla.

—Todo está bien, sigue durmiendo—bastó con decir eso y cayó nuevamente en un sueño profundo. Durante estos meses habíamos estructurado una clase de horario, turnándonos para atender a Nicolle, por lo que la actitud de Nicholas no me sorprendía.

—Papá está muy cansado pequeña—le susurro mientras miro sus ojitos cerrarse poco a poco.

Miro a Nicholas dormir y luego vuelvo la vista a Nicolle. El parecido era tan grande y lo mejor de todo, es que eran mi vida entera.

Las horas pasaban y poco después había amanecido y con ello la sopresa de escuchar la voz de mi padre y mi hermano. Para ambos ya era rutina venir a traerme algo de fruta para comer, además de venir a ver cómo estábamos. Sonrío mientras bajo con mi pijama a recibirlos, dentro de poco Nicolle se despertaría para su biberón.

—¿Cómo están?—les pregunto luego de abrazarlos y sentarnos en el mueble de la casa.

—Todo bien, acabamos de venir de dónde tú mamá—murmura.

—¿Y cómo está ella?

—Todo bien, ya la conoces, como una gallinita cuidando de sus pollitos.

—¿Y Nicholas? Por lo que veo la pequeña los tiene a trote a ambos—se ríe Kamilo.

—No tienes ni idea—suspiro—. Pero vaya, denme mis frutas, ya quiero algo fresco por el día.

Ambos me tendieron la cesta llena de fresas y arándanos recién lavados. Poco después, me había servido un plato. Por la escalera vía a nuestro dormitorio había comenzado a descender la figura de Nicholas con Nicolle en brazos, una imagen que de seguro sería la mas tierna que había visto jamás.

***

—¡Pero mira ésta preciosura!—la voz de los Monroe era inolvidable. Claro que sí—. Se parece tanto a ambos, no puedo creer que ya han pasado tantos meses. ¿Acaso ya encargaron el otro?

Abro los ojos en shock mirando a Nicholas, no me había acostumbrado a mi pequeña, mucho menos para encargarme a otro bebé. No ahora.

—Tía—murmura mi esposo en forma de queja.

Esposo, vaya. Miro la sortija entre mis dedos y la emoción comienza a llenar mi cuerpo. Éramos marido y mujer después de todo lo ocurrido. No podía ser más feliz.

—¡No le hagas caso a esta vieja mujer!

Río mientras miro detenidamente a mi alrededor. La mañana había pasado rápido y luego de papá y Kamilo se fueran, habíamos decidido venir al restaurante. Claro, no sin antes pasar por el Monroe.

—Mi antiguo hogar.

Siento una mano en mi hombro, me tenso pero luego la reconozco. Las manos de Nicholas.

—Vamos, es hora de otra sorpresa de bodas—dice tomando de mi mano y llevándome fuera del Monroe con Nicolle en brazos, vía nuestro restaurante.

—¿Otro regalo de bodas? ¿Cuántos me vas a dar?—me carcajeo.

—Todos los que pueda—me guiña el ojo.

Suspiró mientras mi mente vuela a la luna de miel. Calor y sexo. Tiemblo de solo recordarlo.

Nicholas había reservado un viaje de dos semanas a París y ambos habíamos estado emocionados. Habíamos dejando a Nicolle en manos de mamá y una nana de ayuda para los días en que no estaría, lo cual me había dejado más tranquila. Nuestra estadía había sido sin dudas espectacular, sin dudas la mejor luna de miel.

—Quiero repetir otro mes como ese—suspiro.

Habíamos recorrido gran parte de Francia, por supuesto, París había sido el sitio principal, pero sin duda alguna, aún prefería a mi amada Italia.

Cada vez que nos acercabamos a nuestro restaurante, me daba cuenta de algo extraño y sorprendente a la vez. Debido a todo el asunto de la boda y el parto no había tenido tiempo en caer en cuentas en la construcción y decoración de nuestro restaurant. Aquellos pensamientos habían sido olvidados al ver el nuevo y maravilloso estado de éste.

—Nicholas—reprimo un sollozo de alegría.

—No iba a dejarte a ti sola todo ésto con el embarazo y el parto, por lo que me encargué de todo, claro, siguiendo algunas de tus ideas desde el principio y sugerencias—suelta mi mano y busca mis ojos y los de mi pequeña—. Sé que fue precipitado de mi parte no tomarte en cuanta pero, aquí estás, frente al Nicolleta.

Ese nombre, mis ojos sonríen sin poder evitarlo. Ese nombre había sido uno de los pensados para Nicolle, el otro nombre del cual habíamos quedado podíamos llamarla por cariño. Lo había recordado.

—¿Nicolleta?

Asiente—en honor a nuestra pequeña y hermosa hija—toma a ésta de mi brazo y le propina un dulce beso en la mejilla.

Camino hacia la calle para ver con mayor detalle, lanzo una mirada hacia la parte superior del local, sin dudas escrito en letras cursivas y llamativas se encontraba el nombre con el significado más hermoso para ambos. Nuestra hija, nuestro todo.

—¿Quieres entrar?
—pregunta.

—No lo dudes.

Ahí vamos.

🍪🍪🍪

Buenas buenas, por alguna razón wattpad no me dejaba entrar a mi cuenta y debo decir que me había dado por vencida, pero bueno, un intento de suerte y pude entrar otra vez. Por otro lado, la iba siendo hora de comenzar esta parte de nuestra trilogía.

Éste capítulo es corto, pero solo es una pequeña intro hacia lo que viene, como siempre les agradezco creer y confiar en mí. Además de gustarles leer mis libros. Acepto que me digan donde cometo errores ortográficos, como siempre al finalizar cada libro lo edito pero aún así quedan algunos errores.

Sin más, gracias. 🤗

Atrápame#3 [Pausada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora