Nota importante: en este capítulo hay unas escenas ligeramente gore. Procedan con precaución.
Las sombras inundaban la casa desde la ventana, donde la única luz que entraba era el tenue brillo de la luna, iluminando los ángulos y formas extrañas en el bosque. Todo tipo de insectos cantaban sus fúnebres canciones, haciendo imposible que Marinette pudiera realmente dormirse.
La chica no sabía exactamente cuantas horas se la había pasado mirando el techo sin pensar en nada. El casancio inundaba cada músculo de su cuerpo y le dolía la cabeza, pero por alguna razón no lograba conciliar el sueño. Claro que no era totalmente sorprendente, dadas las circunstancias.
Marinette suponía que pasaría un muy buen tiempo antes de que pudiera volver a dormir cómodamente. Si es que eso pudiera pasar, claro.
La figura oscura de Chat Noir en el lado contrario del cuarto era probablemente una de las razones por las cuales no podría dormir. No había suficiente luz como para realmente poderlo ver, pero el sentir su presencia era suficiente para sentirse relativamente nerviosa.
La cena habían sido unas cuantas frutas del bosque, que había visto con bastante desconfianza hasta que el monstruo comió unos cuantos también. Cuando finalmente terminó de ocultarse el sol y las sombras se desvanecieron junto con las sombras de la casa, el chico sacó un par de cobijas. No le dirigió muchas palabras, sino que simplemente le deseó una buena noche y se acostó en el suelo con su espalda hacia ella. Plagg se había enroscado a su lado, donde dormía a la altura de su cabeza.
A Marinette le hubiera gustado decir que no le importaba en absoluto el hecho de que aparentemente estaba durmiendo en la única cama de Chat Noir, y que su presencia le había quitado prácticamente la cama, pero sería una mentira. Sí le importaba.
Si alguien le hubiera dicho que hace unos días, ella se sentiría mal por imaginar al monstruo del pueblo durmiendo en el suelo frío por su causa, se hubiera atacado de la risa. No le parecía demasiado chistoso ahora. Era imposible sentirse demasiado mal claro, él era Chat Noir. El monstruo del pueblo. La razón detrás de las heridas del Sr. Bustier y del pánico de toda la gente del pueblo. No podía olvidarse de eso.
Y sin embargo... una parte de ella se sentía mal por él. Aunque eso no hiciera ningún sentido.
¡Ugh! Toda esta situación era demasiado confusa. ¡Él era Chat Noir! No podía confiar en él y la conversación que habían tenido en la tarde era prueba de ello. Tal vez no quisiera lastimarla todavía, pero eso no significaba que él la quisiera ayudar o que no planeara lastimarla a ella o a su gente de otras formas.
No se iba a dar el lujo de bajar la guardia alrededor de él. De ninguna manera.
La chica se dio la vuelta en la cama, reprimiendo un grito al sentir la punzada de dolor en su espalda. ¡Demonios! Debía tener más cuidado con la forma en la que se movía si es que quería que su espalda se curara en algún momento. Era esta la situación más desesperante del universo.
La chica dejó que su mente divagara, pensando en su familia y en sus amigos. ¿Habían regresado con bien los leñadores a casa? ¿Estaría contenta la gente al saber que todos estaban en condiciones decentes? ¿Se habrían alegrado con ella por haber salido a buscarlos y haberlos encontrado a tiempo? ¿O por el contrario contaban ahora su historia como la de una pobre tonta que no sabía cuidarse a sí misma?
¿Había servido de algo lo que había hacho? ¿Se preocuparían por ella?
Pregunta estúpida, ¡claro que se preocuparían por ella! Su familia y sus amigos la querían, por su puesto que estarían muertos de miedo por ella.
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La leyenda de Chat Noir
FanfictionLa leyenda de Chat Noir (versión 2) Universo alterno: Miraculous Ladybug Hace muchos años, en una tierra muy lejana, vivía una joven llamada Marinette en un pequeño pueblo en medio de un enorme bosque. Parecía un lugar pacífico y hermoso, pero habí...