La leyenda de Chat Noir

Capítulo 7

Chat Noir no regresó hasta el anochecer, cuando el sol se ocultaba en el ocaso y colores vibrantes teñían el cielo en todas direcciones.

Le dio bastante tiempo a Marinette para pensar y reflexionar sobre... todo lo que había pasado. Y vaya que eran muchas cosas de las que pensar.

Marinette comió lentamente su comida, sorprendentemente buena para la rapidez con la que había sido preparada. Trató de no pensar demasiado en los vacíos ojos rojos del lobo mirándola y enfocarse más en otras cosas, como en cómo salir de la situación en la que se encontraba ahora.

Había que enumerar las cosas que sabía con certeza:

Número uno: estaba encerrada en el hogar del monstruo de las leyendas, Chat Noir, en medio del bosque. Por mucho que él tratara de decirle que no estaba encerrada o que no le haría ningún daño el caso era que estaba encerrada y no tenía forma de salir.

Número dos: estaba herida. Muy herida. O al menos lo suficiente como para poder impedir cualquier tipo de escape. Recuperarse tomaría mucho tiempo, quizás más del que tenía en realidad, y no sabía que tan viable era regresar a casa a pie.

Número tres: Chat Noir era... diferente de lo que había imaginado. Este era el punto con el que más tenía conflicto.

La leyenda de Chat Noir y de todas las cosas que sucedían cuando él estaba cerca no era tan antigua como la mayoría de las personas decían. No podía tener más de tres o cuatro años que las historias comenzaron a salir a la luz. Pero por la misma razón, no podría ser las leyendas estuvieran mal por su distorsión en el paso del tiempo. Y tampoco podía admitir que las leyendas fueran completamente falsas.

Había cosas que las historias decían que definitivamente eran verdaderas. El monstruo era un espíritu del bosque, y definitivamente no era humano. Eso era claro de ver con cualquier mirada. Y definitivamente era un ser peligroso. Y tendría que ser tonta o ingenua para negarlo.

Y sin embargo... no la había lastimado. Venga, ni si quiera lo había intentado. Y había tenido más que una buena cantidad de oportunidades para lastimara de haberlo querido. Realmente, si la deseara ver muerta no necesitaba hacer mucho más que... esperar.

Y más sorprendente que no haberla lastimado, había hecho cosas para activamente mantenerla con vida y mantenerla sana. Había curado la herida de su espalda. La había traído a su casa desde quien sabe dónde. La había alimentado.

Y claro que la pudo haber capturado para luego torturarla, no estaría fuera del rango de posibilidades dado por las leyendas comunes. Y es algo que ella totalmente hubiera creído de haber sido una historia contada por los mercaderes del pueblo. Pero... había algo que no la convencía completamente de esa teoría.

Después de todo, Chat Noir había hecho demasiadas cosas que no eran necesarias para mantenerla viva, pero que le habían ayudado. El monstruo no necesitaba darle su cama, ni necesitaba ofrecerle la comida, mucha más de la que comería en un día normal. Le había ofrecido medicamentos contra el dolor cuando se lastimó su tobillo, dudosa la procedencia que tuvieran. Le había devuelto su daga. Y... cuando ella se había negado a dejarle curar su tobillo, él no se lanzó sobre ella para curarla sin su permiso.

Si era completamente honesta, éste era el punto que más la confundía. Si realmente no la quería lastimar y deseaba ayudarla, ¿por qué la había escuchado y le había permitido a ella misma curar su tobillo? No tenía sentido. Debería de haberla ignorado y vendado su tobillo, sin importarle sus gritos y lágrimas, para luego pedirle que le agradeciera. Cualquiera lo hubiera hecho. La vieja Sae lo hubiera hecho. ¿Por qué él no?

Ninguna respuesta tenía sentido, excepto la más ridícula toda. ¿Acaso estaba considerando la idea de que había respetado sus deseos y sus ruegos, únicamente por respeto y por un deseo de no aterrarla? De que estaba hablando. ¡Él era Chat Noir! ¡El monstruo del bosque! ¿Por qué haría eso?