Capítulo 50

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El cinturón azul significaba que era el individuo que servía directamente al Emperador, y los cinco nudos representaban más de cincuenta años de servicio en palacio. La borla dorada simbolizaba el sol más brillante, un privilegio que sólo poseía el jefe de los asistentes del Emperador.

Yuder no recordaba haberlo visto en su vida anterior. El hombre parecía haber desaparecido con la muerte del actual Emperador.

"Su Majestad le espera en el Segundo Palacio. Por favor, sígame".

"Hoy no estoy aquí como Duque de Peletta, sino como Comandante de la Caballería. Le agradecería que se dirigiera a mí en consecuencia".

"Ah, en efecto. La memoria de este viejo se quedó corta".

El asistente principal parecía bastante familiarizado con Kishiar. A Yuder no le pasó desapercibida la rápida pero cuidadosa mirada que lanzó sobre los miembros de la Caballería.

"..."

Los miembros de la Caballería apenas se atrevían a respirar mientras atravesaban el largo pasillo y el jardín. Entre ellos, Kanna era, con diferencia, la más nerviosa.

Yuder vió que su costumbre de inclinar la cabeza y caminar excesivamente agachada era una continuación del peculiar comportamiento que había mostrado antes de que llegaran aquí.

Parecía querer ocultar su aspecto a las miradas de los demás. Tenía curiosidad por saber el motivo, pero en esta situación tan tranquila, lamentó no poder entablar conversación.

El jefe de asistentes atravesó con confianza el tercer pasillo y caminó por el jardín. Como había mencionado el Segundo Palacio, tendrían que cruzar algunos pasillos más. Sin embargo, a pesar de haber caminado tanto tiempo por el palacio, apenas había rastro de gente en el Palacio del Sol.

En sus recuerdos de una vida anterior, el Palacio del Sol siempre estaba repleto de numerosos asistentes, nobles visitantes para la audiencia imperial y diplomáticos extranjeros. A Yuder le resultaba extraña esta tranquilidad, pero el asistente principal y Kishiar parecían acostumbrados a ella.

¿Está el Palacio del Sol desprovisto de gente debido al decreto del actual Emperador?

Justo cuando pensaba esto, el asistente principal se detuvo de repente.

"Alguien viene".

Momentos después, tal y como había dicho, sintieron la presencia de varias personas que venían de más allá del estanque en el lado derecho del jardín. En cuanto vieron al encargado, a Kishiar y a los miembros de la Caballería, se detuvieron al unísono.

Por los cinturones que llevaban en la cintura, eran asistentes. Sin embargo, los cinturones que llevaban eran de un rojo tan intenso como el crepúsculo. Yuder sabía lo que significaba ese color rojo.

El rojo era el color del Príncipe Heredero, el futuro del Imperio.

Y el actual Príncipe Heredero no era otro que el Emperador, Katchian La Orr, a quien Yuder servió hasta su muerte.

"Estaba dando un paseo y me pareció ver una figura familiar. Resulta que el duque Peletta está de visita".

El alto grupo de asistentes se separó a ambos lados, revelando a un muchacho de su interior. Su aspecto guardaba un innegable parecido con el linaje imperial, muy parecido al de Kishiar La Orr.

La hermosa cabellera dorada bendecida por el Dios Sol, las pupilas rojas y el aspecto sobresaliente, aunque todavía juvenil, eran rasgos inconfundibles de la familia imperial.

Aunque parecía mucho más pequeño y joven que cuando Yuder lo vio por primera vez en su vida anterior, ¿cómo podría olvidar aquel rostro?

Sin darse cuenta, Yuder apretó el puño con fuerza. El agudo dolor que se clavaba en su palma le ayudó a distinguir entre el pasado y el presente.

Turning  [Parte 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora