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__________ Ramírez 

El ruido de la música se escuchaba fuera del club. Había autos lujosos por todos lados. Era un club de élite en este lugar, donde la mayoría venía a presumir sus lujos o simplemente a conseguir algo de hierba.

Mi vestido era corto y se subía de la parte trasera, pero mi amiga había insistido en que hoy me lo pusiera.

- ¡Oye!, ¡________!, ¿Tú hermano vendrá?- la chica de ojos verdes me miró con una gran sonrisa.

- ¡Lía!, deja de ver a mi hermano como una opción, es asqueroso- me estremecí y me abracé a mi misma, empezaba a bajar la temperatura y el vestido no cubría casi nada de mi cuerpo.

- Él tiene veintiocho, deja de verlo como una opción- la chica de ojos color miel golpeó a Lía de forma leve.

- Al fin alguien está de mi lado- empecé a sentir que mi nariz estaba cada vez más helada, mis manos ardían y mis piernas temblaban involuntariamente.

Ambas chicas se quedaron en silencio, ya sabía la razón. Volteé lentamente y me encontré con un auto costoso.

De dicho auto bajó mi hermano, un chico de casi dos metros, con cabello castaño claro y esa sonrisa perfecta que hacía que cualquiera cayera a sus pies, hasta que abría la boca, porque algún defecto debía tener, y al ser criado por mis padres se volvió algo arrogante e ignorante.

Me miró y se acercó a nosotras.

- Hermana, ¿regresarás conmigo?

- Ni loca- fui cortante, lo único que quería era que mis amigas lo apreciaran de más cercas.

- Entonces me voy, la fiesta espera.

- Si chocas el auto, papá va a matarte.

Mi hermano rodó los ojos, se alejó y se reunió con otros chicos, se veían igual de estúpidos que él, con sus trajes, sus billeteras llenas del dinero de sus padres y con la misma sonrisa de depredador buscando una presa.

- Debo de admitir, que tu hermano es ardiente- la chica de ojos color miel mordió su labio.

- ¡Carolina!- golpeé levemente su brazo.

La chica sobó su brazo y comenzó a caminar.

Entramos al club. La música era fuerte, había alcohol por todas partes, y aunque las drogas no eran admitidas me encontré a un chico que me brindó una pastilla bastante sospechosa.

(...)

Me encontraba apoyada en la barra, había estado bebiendo, intentando seguirle el paso a mis amigas, pero, ya estaba cansada. Pedí un poco de agua. 

Cuando se desocupó una silla, me senté y me crucé de piernas. Era bastante agradable estar ahí, mis pies colgaban de la silla, el frío no existía, olía bien y las luces no lastimaban mis ojos.

Jugué con mi vaso mientras buscaba a mis amigas, Carolina bailaba con un chico en la pista de baile, mientras que Lía se besaba con alguien.

Volteé en sentido contrario cuando sentí una presencia. Un hombre, sostenía un vaso de cristal en una de sus manos. Su camisa negra se pegaba a su cuerpo, su pantalón negro lo hacían lucir elegante, su cabello estaba despeinado, pero había rastros de que alguna vez estuvo peinado. Tomó un par de servilletas y comenzó a limpiarse, dejó su saco en la silla que estaba en mi lado.

- ¿Te importa que me siente?- dijo una vez terminó de limpiarse.

Negué con la cabeza y le di un sorbo a mi agua.

- Soy Enzo, ¿y tú?- su mano buscó la mía.

- ________- aproximé mi mano a la suya, cuando finalmente la tomó la llevó a sus labios y depositó un beso sobre mis nudillos.

- Un gusto en conocerte, _________- sonrió sin mostrar los dientes- , Y dime, ¿bebes algo a parte de agua?

- Siempre que esté bien acompañada, sí.

El hombre sonrió y sus ojos se tornaron más alegres.

- ¿Puedo ser una buena compañía para _______ el día de hoy?

Asentí soltando una leve risita.

- Entonces, ¿puedo invitarte un trago?

Le hizo un par de señas al mesero mientras se acercaba más a mí, pude oler su perfume, era fuerte y agradable, mezclado con el alcohol que se había derramado sobre su camisa.

Buscó mi mirada, y cuando la encontró me sonrió.

- Y dime, ¿Qué hace una mujer tan linda sola?- Enzo dejó frente a mi un trago de un color azulado.

- ¿Qué hace un hombre tan guapo en un lugar así?- le di un sorbo al trago, era suave y dulce.

- Estoy de visita.

- ¿No eres de aquí?- jugué con uno de mis pendientes.

- Soy de Uruguay, ¿tú si eres de aquí?

Asentí.

- Pero no respondiste mi pregunta- Enzo pidió un trago de Whisky.

- Busco encontrar alguien decente para salir- miré como sus ojos oscuros me miraban los labios.

- Creo que te equivocaste de lugar, pero hoy estás de suerte, porque estoy yo aquí, buscando a una chica igual a ti- su mano acarició mi espalda.

Una leve sonrisa apareció en mi rostro mezclada con un sonrojo imposible de esconder.

- ¿Qué te parece si buscamos un lugar más privado?, Ya sabes, para conversar- Enzo susurró cerca de mi oído.

Me separé y lo miré a los ojos, asentí levemente.

Enzo terminó su trago de whisky y tomó su saco. Me tomó de la mano y caminamos fuera del club.

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⏰ Última actualización: Jan 14 ⏰

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Salvatore || Enzo VogrincicDonde viven las historias. Descúbrelo ahora