Vibración especial

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Sus corazones latían al unísono, como si estuvieran conectados por un hilo invisible que
atravesaba las barreras del tiempo.
Tom, intrigado por la vibración del reloj, buscó a su alrededor, tratando de entender la fuente de esa extraña energía. Luna, con el diario entre sus manos, sentía una resonancia profunda que iba más allá de la mera curiosidad. Sus miradas se encontraron en la penumbra del salón, y en ese momento, una conexión inexplicable se creó entre ellos.

—¿Sientes eso? —murmuró Tom, casi como si estuviera hablando consigo mismo.

Luna asintió, incapaz de encontrar las palabras para describir la extraña sensación que experimentaba. El diario en sus manos parecía latir con vida, como si estuviera conteniendo los latidos del corazón de alguien atrapado en el tiempo.

Ambos se acercaron, sin saber exactamente qué los impulsaba a hacerlo. La vibración se intensificó a medida que sus manos estuvieron a punto de tocarse, pero antes de que pudieran conectarse físicamente, la energía los separó. Se quedaron parados, mirándose el uno al otro, sintiendo la presencia del otro de una manera que desafiaba toda lógica.

Tom, retrocediendo levemente, observó el reloj en su mano. La fecha en la pantalla parpadeaba, mostrando el 14 de diciembre de 1945. No podía entender cómo un reloj del pasado podía resonar con tanta intensidad en el presente.
Luna, por su parte, hojeó las páginas del diario, buscando respuestas. Las palabras escritas por Aurora cobraban vida ante sus ojos, revelando eventos que ocurrirían en su propia línea temporal. Se dio cuenta de que aquel encuentro en el salón no era una casualidad, sino el resultado de fuerzas que iban más allá de su comprensión.

Los meses pasaron, y Tom y Luna continuaron explorando los misteriosos objetos que ahora eran parte integral de sus vidas. Aunque no podían encontrarse físicamente, sus conexiones se fortalecían a medida que descubrían más sobre la vida de la otra persona a través del tiempo.

Tom se sumergió en la historia de Daniel, el joven del pasado que llevaba el mismo reloj. Descubrió que Daniel y Aurora vivieron un amor intenso, pero su destino se vio truncado por circunstancias trágicas. El reloj, que una vez fue testigo de su amor, se convirtió en un vínculo a través del cual sus historias se entrelazaban con la suya.

Mientras tanto, Luna seguía los pasos de Aurora, leyendo las páginas del diario que revelaban sus sueños, alegrías y desafíos. Se sentía conectada con la intensidad de las emociones de Aurora, como si compartieran un alma a pesar de estar separadas por décadas.

A pesar de la distancia temporal, Tom y Luna encontraron maneras de comunicarse a través de los objetos misteriosos. El reloj de Tom se convirtió en un medio para dejar mensajes que Luna podía captar a través del diario. Escribían sus pensamientos, deseos y anhelos, creando una conversación que trascendía el tiempo y el espacio.

Sin embargo, a medida que profundizaban en la conexión, la frustración comenzó a arraigarse. Ambos ansiaban la posibilidad de tocarse, de compartir un momento en el mismo tiempo y espacio. La imposibilidad de reunirse en persona se volvía cada vez más dolorosa.

Un día, mientras Tom escribía en el reloj, expresó su deseo más profundo:
"Desearía que el tiempo no fuera una barrera entre nosotros, que pudiera tocarte y sentirte aquí, ahora."

La vibración del reloj cambió, como si estuviera respondiendo a su deseo. Luna, leyendo el mensaje en el diario, compartió el mismo anhelo. A través de la vibración de los objetos, sintieron un destello de esperanza, como si el universo estuviera conspirando para romper las restricciones temporales que los separaban.

Hora en el reloj- 11:11

NOTA DEL AUTOR
Tengo otros dos capítulos preparados pero estoy dudando si subirlos hoy todos o subir uno cada dia.

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