El único error que cometió Kim Jisoo fue el ser completamente hermosa por dentro y por fuera desde que era una niña, nunca hizo un mal a nadie y era amable con el que sea que tuviera enfrente, su vida estaba perfecta al contar con su grupo de amigas...
Una vez que terminaron de comer, el castaño sugirió ir a una última atracción, siendo esta la rueda de la fortuna. Jisoo accedió y ahora se encontraban en una de las canastillas disfrutando del buen clima y la espectacular vista.
– Wow, la vista es hermosa. – interrumpió la chica el cómodo silencio, observando hacia el lindo atardecer.
– Sí, realmente lo es. – dijo Taehyung con una sonrisa, solo enfocándose en Jisoo, aunque ésta no lo notara.
La pelinegra regresó su mirada hacia él, ambos se sumergieron nuevamente en un silencio, contemplando al contrario, el castaño fue quien tomó la iniciativa de acercarse un poco más a ella lentamente.
– Jisoo, eres tan preciosa. – dijo en un susurro.
Los orbes castaños se posicionaron en aquellos labios de corazón rosados, la chica imitó la misma acción en su contrario, de pronto sintió una mano acariciar una de sus mejillas, se dejó llevar por el tacto ladeando su rostro y separando sus labios.
Y de un segundo a otro sus belfos estaban siendo presionados por los de Taehyung mientras ambos mantenían sus ojos cerrados, se sentía tan surreal para Jisoo.
Un beso tierno, sin segundas intenciones, solo para demostrar la bella conexión que se estaba formando entre ambos, se separaron una vez que les hizo falta el aire, los dos abrieron sus ojos y se regalaron una tímida sonrisa para nuevamente juntar sus labios, mientras sentían que la canastilla iba empezando a bajar, dando a entender que la atracción llegaba a su fin.
Bajaron de la misma y en ningún momento despegaron sus manos entrelazadas. Jisoo sentía que estaba en un sueño del que francamente no quería despertar.
Ya era algo tarde, así que Taehyung la llevó hasta su departamento, se despidieron y al final se dieron más besitos tiernos. La pelinegra no podía dejar de sonreír, y una vez que terminó de lavar su cara y dientes, al igual que colocarse su pijama se adentró en sus sábanas para conciliar el sueño, con lo cual no tuvo dificultad.
Todo era demasiado bueno para ser verdad.
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Habían pasado tres días desde entonces, en los cuales la pelinegra cada que podía se mensajeaba con el castaño y planeaban más salidas juntos.
Eran un poco más de las 10 de la noche, Jisoo abrió su alacena y refrigerador pero no habían muchos ingredientes para hacer la cena, internamente se reprochó ya que entre los pendientes de sus prácticas, trámites de graduación y materias, y también por estar pensando tanto en Taehyung se había olvidado de ir a comprar la despensa de la semana.
– Bueno, podría ir por un ramen instantáneo. – suspiró para luego tomar sus llaves.
Salió de su departamento y cerró la puerta con llave, bajó hasta el primer piso para ir a una tienda de conveniencia que estaba cerca del edificio.
