Allá, perdida en altamar, se hallaba una isla solitaria, con una población de apenas 10 personas, entre ellas, un lobo de gustos peculiares. Desde pequeño, aquél lobo había sentido una fascinación por las cosas enormes, gigantescas incluso, pero su mayor deseo era conocer a una criatura de éstas proporciones, más que nada, añoraba ser utilizado por una criatura tan poderosa para su propio placer, como si fuese una mascota o incluso menos. Pero obviamente, éso jamás se haría realidad, tendría que vivir por siempre anhelando algo que nunca podría obtener, pues no existe. ¿No?
Pues una tarde, mientras el lobo continuaba su día como siempre, trabajando en un pequeño local de venta de libros, escuchó por la calle hablar a un par de personas sobre un monstruo que protegía la isla, y al que todas las noches, los habitantes le ofrecían carne fresca como tributo por su protección. Aquél lobo no sabía si en realidad los rumores eran ciertos, si en serio aquél ser gigantesco al que la gente le tenía tanto miedo siquiera existía, pero estaba dispuesto a verificarlo, y quizá algo más, por lo que así, linterna en mano, se adentró al bosque a buscarlo ésa misma noche.Al entrar a aquél profundo y oscuro bosque, lo primero con lo que se topó fueron los carteles de "Aléjese" y "Peligro adelante", parecía estar acercándose a la zona, los árboles cada vez eran más grandes y empezaban a tener, algunos, mechones de pelaje entre las hojas y ramas, además de un rastro en el suelo, muy disperso, pero claramente marcado por un olor fuerte, quizás sí era verdad ésta vez.
Poco a poco las señales fueron cada vez más y más claras, hasta que finalmente encontrón la prueba decisiva, una enorme marca de huella en el pasto. El lobo dió un salto y rápidamente bajó a inspeccionarla, era bastante profunda, aún estaba fresca, y probablemente cabían como 30 lobos como él ahí, mínimo. Claro que, ahora que ya sabía que la criatura sí existía, su mente empezaba a llenarse de miedos, ¿qué tal si la criatura era malvada? ¿Y si intentaba comérselo? ¿Podría ser aceptar su propuesta o rechazarlo? Afortunadamente, había preparado un plan de escape de emergencia por si llegaba a salir mal, consistía en usar como cebo un trozo de filete grande y lanzarlo para despistar a la criatura, así se interesaría más en la comida que en él, lo cual daría tiempo a escapar aunque fuese una cuadra de distancia, y poder esconderse o huir a la seguridad del pueblo.
Avanzó con precaución dejando atrás la huella, encontrando más en el camino, un rastro que llevaba a una enorme cueva en la zona más oscura del bosque. El lobo tragó saliva, claramente ése era el hogar de la criatura, apestaba levemente a carne podrida, y estaba todo completamente sucio, algunas manchas en el suelo estaban pegajosas, pero sorprendentemente no había rastro de la criatura haciendo sus necesidades cerca o algo similar. Tras esperar un rato, el lobo se dió por vencido, tal vez la criatura no existía y todo era una extremadamente elaborada broma, hecha por alguien anónimo, específicamente para el lobo. Esperó a recobrar valor y salió, pero antes de dar el primer paso vió algo que le heló la sangre, un tigre blanco enmedio de la oscuridad había llegado para devorárselo, el lobo apenas tuvo tiempo de enfocarlo con su linterna antes de siquiera poder reaccionar, arrojando su linterna, golpeando al tigre en la cara, lo cuál lo enfureció, rugió ferozmente para después lanzarse contra el lobo, estaba a punto de atravesarlo pero de repente, una fuerte brisa de aire empujó al lobo, lo hizo rodar y caer de culo, quedando mareado, apenas veía borrones de colores fríos y oscuros ligeramente iluminados por la luz de la luna, pero nada claro. Intentó recostarse en el suelo, eventualmente su mundo volvió a la claridad, pero lo que vió lo hizo desear jamás haber recuperado la claridad, pues ante él, una enorme criatura, gigantesca, masiva, con la complexión de un oso y orejas puntiagudas, parecía estarse burlando de él orgullosamente a contraluz, el lobo miró hacia abajo, una de sus enormes patas había destripado al tigre, apenas dejando una mancha roja, el titán levantó su pata, revelando un montículo de masa roja, visible gracias a que el lobo sacó su teléfono para usar la linterna, la criatura alternaba el foco de su atención entre el lobo y el montículo de carne destrozada, antes de bajar de nuevo su pata, acabando de aplastar lo poco que siquiera quedaba del tigre. Todo ésto hizo que el lobo empezara a llorar un poco en silencio, antes de reaccionar e intentar huir, ya no quería conocer a la criatura, ya no quería ser usado como juguete ni nada, sólo quería volver a su hogar, pero en el camino de huida tropezó con su propia linterna, raspando su rodilla y sangrando en el proceso, sabía lo que iba a pasar ahora pero no creía estar listo para ello, aquella criatura se acercó lentamente, apenas le tomó dos pasos recorrer lo que el lobo hizo en 5 minutos, gruñía levemente mientras se acercaba. El lobo gritaba desesperadamente que alguien lo ayudase, incluso intentó patear con todas sus fuerzas a la criatura, sintiendo como si su herida no existiera ya, pero aquél ser nisiquiera sintió las patadas, simplemente levantó su pata en el aire, el lobo intentaba retroceder como fuera, pero jamás podría lograr escapar, vió como la gigantesca pata comenzó a descender sobre él, tapando la luz, el lobo simplemente cerró los ojos y esperó lo peor.
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Relatos secretos de un zorroso Volumen 2
Short Story26 años no son en vano, y aunque la mayor parte ya la conocen muchos, existen secretos tan ocultos que ni el mismo zorroso se atreve a contar. Afortunadamente, los pequeños humanos de Vulpiheim encontraron un aparato que les permite rebuscar entre l...