Puede que tu primera vida sea un tutorial para la segunda oportunidad de vivir...
No fue fácil, de hecho era doloroso estar postrada en una cama por lo que durará mi vida y convertirme en una carga para el amigo de mi padre.
Pero cuando abrí los ojo...
Papá y mamá estaban felices de incluirme a clases donde pueda convivir con más niñas y niños.
Y yo también, se sentía tan increíble poder usar tu cuerpo libremente.
Así que aquí estoy, en medio de mis clases de ballet.
Tan liberador...
En la serie original me trae malos recuerdos que Flora baile ballet.
Fue el capítulo donde Helio y Crystal le generaron inseguridades a Flora.
Así que quería cambiar ese recuerdo de ballet a este, donde mis padres esperan en las sillas viéndome bailar, sonriendo de oreja a oreja.
Podía acostumbrarme a esto.
Podía pensar en un futuro donde no formo parte de las Winx, solo preocupándome de sacar 10 en todas mis materias.
Pero sabía que no era así, y eso me aterraba.
Aún si fue una caricatura en mi primera vida, sabía que ahora las peleas eran reales y podría llegar a salir herida o peor muerta...
Tenía miedo del futuro, así que esperaba que bailar y cantar me ayudaran a olvidarme de lo que se avecina.
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Ya en la tarde pude quedarme sola en medio de nuestro inmenso patio.
La naturaleza me relajaba.
Aún pensaba en el futuro, así que me levanté para comenzar a practicar acrobacias y tratar de aumentar mi resistencia.
Había platicado con mis padres acerca de clases privadas de defensa personal.
Estuvieron de acuerdo, pero no será posible hasta el próximo año. Según papá le pidió el favor a un viejo amigo que trabaja en la escuela de especialistas.
Y espera terminar el año escolar para poder enseñarme de manera regular.
Así que mientras tanto solo puedo conformarme con este estilo de entrenamiento.
...
No sabía cuánto tiempo llevaba estirándome y flexionandome tratando de conseguir que mi pierna toque la campana en el techo de la pequeña bodega.
Tuve que tomar un descanso para evitar desgarrarme los ligamentos y músculos.
Pero odiaba los descansos, sentía que no había tiempo de descansar con todas las calamidades que acechan.
Metida en mis pensamientos sobre si debía jamás ir a la escuela o comer un chocolate en ese momento para evitar deprimirme más, me llamó la atención el brillo verde del pasto indicando un camino.
