PRÓLOGO

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10:25 a.m. 

15 de febrero de 2019

57th Street, Manhattan, Nueva York, Nueva York, Estados Unidos

Necesitaba ordenar estos papeles, no encontraba absolutamente nada, Jillian me lo advirtió desde que la conocí, un día no encontraría algo importante. Odio que tenga razón. Debí transferir todo a ordenador, aunque más bien, mi secretaria y mi asistente debían hacerlo, era su trabajo principal. No encontraba el guion para Apolo 57, y los había revisado todos, o eso creía. El sonido de mi móvil me despistó, qué más da, no creía que fuera posible encontrarlo, lo más posible es que estuviera en mi oficina.

—Mark ¿Qué quieres? Estoy intentando encontrar un guion y me has despistado—. Le dije nada más descolgar.

—Deja los papelitos y pon las noticias, ya.

—¿Cuál? —Dije yendo a por el mando de la televisión del despacho.

—La que sea. Está por todas partes—. La televisión se encendió en el canal de noticias donde la dejé la noche anterior.

—La actriz fue hallada esta mañana asesinada en un área apartada de Central Park—, fruncí el ceño en cuanto pusieron imágenes— aún no se han hecho más datos públicos sobre la muerte de la joven. Les seguiremos informando sobre esta tragedia.

—¿Lo has visto? —Mark me sacó del trance—. ¡Davin!— Pasé mis manos por mi cara, no podía estar pasando—. ¡Stark! ¡Borra los mensajes y el registro de llamadas ahora mismo!

—¿Pero...? — No me dejó acabar.

—Estuvisteis juntos a espaldas de Jillian, te dejo ella, y ahora estaba casada y con una hija, eres el sospechoso perfecto.

—Yo no la maté—. Le aseguré.

—Lo sé, Davin, tú la querías, pero su marido es un completo gilipollas, si ella le contó lo que pasó te incriminará.

Olivia estaba muerta, la habían matado. La noche anterior la había visto, había podido estar con ella en la que, sin saberlo, era su última noche.

El catorce de febrero de 2019 pensé que sería la primera de muchas a su lado, pero me equivocaba, ella acaba de ser asesinada.

—¡Davin Stark, abra la puerta! —No me dio tiempo a abrir la puerta, la tiraron abajo—. ¡Levante las manos y suelte el teléfono! —Llevé mi teléfono al oído.—. ¡Suelte el teléfono!

—Mark, llama a Rogers. —Le dije y tiré el teléfono al suelo.

Un agente se acercó a mí y me dio la vuelta bruscamente, y escuché como sacaba las esposas.

—Davin Stark queda detenido por el asesinado de Olivia Nolan—. Habló apretando las esposas—. Tiene derecho a permanecer en silencio, todo lo que diga puede y será utilizado en su contra, tiene derecho a un abogado, si no puede permitírselo el estado le asignará uno. 

El Caso NolanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora