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La mañana llegó con su luz dorada filtrándose a través de las cortinas de la habitación de Jungkook en la mansión Jeon. 

Al despertar, se encontró desorientado, sin recordar cómo había llegado hasta allí. Parpadeó varias veces, tratando de recuperar la lucidez, y una sensación de vergüenza se apoderó de él al considerar la posibilidad de que Taehyung lo hubiera llevado a su habitación, especialmente si lo había hecho cargando.

Con cautela, Jungkook salió de la cama, aliviado al notar que estaba vestido con su ropa habitual. Rezó internamente para que no hubiera sido Taehyung quien lo había llevado hasta allí, y mucho menos en brazos, por suerte no lo vistio. 

Aunque su relación con el guardaespaldas era buena, la idea de ser llevado en brazos despertaba un rubor un tanto incómodo en sus mejillas.

Decidió centrarse en el presente y, dejando de lado las preguntas sin respuesta, se dirigió al baño para asearse. El agua fresca y revitalizante le ayudó a despejar la mente, aunque aún se sentía un tanto confundido por los eventos de la noche anterior.

Mientras se secaba el rostro, las empleadas de la mansión entraron en acción. 

—Buenos dias joven Jeon—saludaron con una reverencia, Jungkook sonrio correspondiendo su saludo.

Con profesionalismo, lo ayudaron a vestirse para el evento importante que se avecinaba. 

Cada prenda era seleccionada con cuidado, asegurándose de que el heredero de la familia Jeon luciera impecable en la ocasión especial.

La noticia del regreso de su primo desde Seúl había creado una anticipación palpable en la mansión. Las empleadas, conscientes de la importancia del evento, se esforzaron por garantizar que Jungkook estuviera a la altura de las expectativas.

Al finalizar la tarea de vestirse, Jungkook se miró en el espejo con una mezcla de determinación y nerviosismo. La incertidumbre sobre la noche anterior seguía latente en su mente, pero no podía permitir que eso lo distrajera en un día tan relevante.

Al salir de su habitación, Jungkook se encontró con Taehyung, Hobi y Yoongi, quienes lo esperaban en el pasillo. Los tres guardaespaldas, siempre atentos a la seguridad del heredero Jeon, lo saludaron con respeto y profesionalismo.

—¿Cómo amaneció?— preguntó Taehyung con una sonrisa amistosa, intentando disipar cualquier incomodidad que pudiera persistir desde la noche anterior.

Jungkook asintió, intentando ocultar su confusión y mantener una actitud serena. 

—Bien, gracias y ¿tu? digo ustedes— respondió brevemente, sin mencionar los fragmentos borrosos de la noche anterior, notablemente sonrojado.

—bien, gracias por preguntar—responde Yoongi, hobi asiente, taehyung igualmente.

—em, bien, si, ¿vamos?.

Hobi y Yoongi, conscientes de su papel, se colocaron estratégicamente a los lados de Jungkook, no siendo conscientes de la tensión en el ambiente, listos para acompañarlo a lo largo del día.

 La mansión  estaba en plena efervescencia, preparándose para la llegada del primo de la familia Jeon desde Seúl.

Los cuatro se dirigieron juntos hacia la planta principal, donde la actividad se intensificaba. Empleados apresurados iban y venían, asegurándose de que todo estuviera en perfecto orden para recibir al invitado distinguido. 

La señora Jeon  supervisaba personalmente los preparativos, su mirada aguda evaluando cada detalle.

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El recibimiento del primo fue un acontecimiento destacado. Jungkook, Taehyung, Hobi y Yoongi se encontraban en la entrada principal, asi mismo la señora Jeon y gran parte de la servidumbre, observando con atención mientras el vehículo se detenía y un pelirrubio emergía con una elegancia propia de la alta sociedad.

—¡Jungkook!— exclamó el recién llegado, extendiendo los brazos hacia Jungkook. Se dieron un abrazo efusivo, pero los ojos astutos de la abuela rastreaban cada gesto y palabra.

—Es un placer tenerte de vuelta en casa Jimin—, dijo Jungkook, tratando de transmitir calidez mientras su mirada se cruzaba con la de Taehyung, quien permanecía a su lado, siempre alerta —Ha pasado mucho tiempo—.

Jimin, con una expresión llena de alegría, respondió —Demasiado tiempo, kookie. Pero estoy emocionado de estar de vuelta—.

—La mansión ha cambiado mucho desde la última vez que estuve aquí—, comentó el rubio, desviando la atención hacia la majestuosidad de la residencia —Pero parece que la esencia de la familia Jeon sigue intacta—

—si—

La abuela Jeon, siempre atenta a las formalidades y la imagen de la familia, se unió al recibimiento. —Jimin, qué placer tenerte de nuevo en la mansión Jeon. Espero que tu estancia sea tan grata como siempre—.

—Señora Jeon, el placer es mío—, respondió Jimin con una reverencia respetuosa. Aunque sus palabras eran educadas, su postura indicaba que estaba plenamente consciente de la complejidad que rodeaba a la familia

—querido, eres tan lindo como siempre—respondió la señora Jeon.

—Gracias. La mansión luce más impresionante que nunca—, comentó.

Jungkook, tratando de aliviar la tensión, propuso —Ven, hay mucho que mostrarte. El menú está servido—.

Los tres se dirigieron hacia el interior de la mansión, donde un banquete elegante esperaba para celebrar la ocasión. Mientras caminaban por los pasillos, Jungkook intentó aliviar la tensión con conversaciones triviales. —¿Cómo ha sido tu tiempo en Seúl, Jimin? Seguro que has vivido muchas cosas interesantes—.

Jimin asintió, compartiendo anécdotas de su vida en la ciudad. —Seúl siempre está lleno de sorpresas. Pero ahora, estoy ansioso por conocer más lugares como latinoamerica, de echo tengo algunas anécdotas en EE.UU—.

Jungkook, respondió con cuidado. —Hay mucho que contar, Jimin, ve con calma—.

La abuela, observando la interacción entre los primos, parecía evaluar cada palabra y gesto. La llegada de Jimin añadía una nueva dinámica a la mansión Jeon, y todos eran conscientes de que esta visita podría alterar el delicado equilibrio que se mantenía entre secretos y apariencias.

 El día y parte de la noche prometía ser reveladora, con la mansión Jeon como testigo de la intrincada danza de relaciones familiares y ocultamientos estratégicos.

Jimin, mientras disfrutaba momentáneamente del banquete en la elegante sala de la mansión Jeon, notó una presencia persistente en la habitación.

Siguiendo la sensación de un par de ojos observándolo, se encontró con la mirada de un pelinegro enigmático que lo observaba desde una esquina oscura, no identificaba quien era.

Intrigado y ligeramente inquieto, Jimin intentó mantener la compostura mientras continuaba con la conversación con Jungkook . Sin embargo, la mirada del pelinegro seguía clavada en él, como si intentara comunicar algo sin palabras.

Decidió excusarse momentáneamente de la mesa con un: voy a los servicios, son su permiso, y asi alejándose hacia un rincón más apartado para comprender la situación. 

Mientras se acercaba al lugar donde el pelinegro permanecía, notó que este no apartaba la mirada, añadiendo una capa de misterio a la situación.

—¿Puedo ayudarte en algo?— preguntó Jimin, intentando sonar amable pero cauteloso.

El pelinegro, en lugar de responder, sostuvo la mirada con una intensidad que dejó a Jimin intrigado y, al mismo tiempo, desconcertado. La atmósfera alrededor de ellos parecía cargada de una energía peculiar, como si hubiera algo más que las palabras podían revelar.



















continura°°°

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⏰ Última actualización: Jan 18 ⏰

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ENTRE REJAS DORADAS /TAEKOOK/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora