¿Qué pasaría si lo hago?

Decidido

Odio el hecho de tener que superar las expectativas que pone sobre mí mis padres. Desde muy pequeña siempre me intentan comparar con mi hermana mayor, siempre diciéndome "es que tu hermana a tu edad hacía esto", "es que a tu edad tu hermana sacaba estas notas", "es que a tu edad tu hermana hacía esto y lo otro", bueno, pues queridos padres, ¡YO NO SOY MI HERMANA!
Supongo que ella sería su hija preferida, ya que cada cosa que hago o no hago la comparan con ella. Quizá ella sería mejor estudiante, pero a mí no se me da bien estudiar. Quizás mi hermana maduró antes, pero yo todavía no lo he hecho...

Pero la gota que derramó el vaso, fue cuándo saqué un 1 en filosofía.
Justo el día en que anunciaron la fecha del examen no estaba. Me enteré la noche del día anterior por mi amiga Alba, intenté estudiar, pero, quedé dormida encima de la mesa.

Nunca me había pasado antes.
Pues cuándo mis padres se enteraron, me castigaron sin móvil, tablet, ordenador, sin salir con amigos, solo ir de casa al instituto y del instituto a casa.
Cada vez que sacaba "mala nota", mas baja de un 7, me castigaban sin móvil, pero esta vez se habían pasado.

Si sigo así, jamás viviré mi adolescencia, aunque creo que a esta edad ya sería una adulta, ya que ¡MADRE MÍA!
Tengo ya 18 años y no he vivido mi vida, no tengo ningún buen recuerdo divertido, entro ya en la edad adulta y no he aprovechado mi adolescencia.
Estoy harta, quiero irme y olvidarme de todo, pero ¿a dónde se supone que iré? Ni siquiera tengo dinero, tengo que tomar un plan.

Hoy buscaré por internet el precio de billetes de tren desde Galicia, que es donde vivo, hasta París, ya que es el país mas cerca de España, quiero decir, aparte de Portugal y un alojamiento.
Como sé hablar muy bien, el francés estaría perfecto. ¡Oh Dios mío! Mi sueño es vivir en París.
Mañana empezaré a buscar trabajo para pagar todo.
Hoy a las 8:00 empecé a buscar cómo desplazarme y dónde residir.

Encontrado, para el tren, un billete de 170 € mas un departamento por 3000 €.

Al día siguiente, era Sábado, busqué por los periódicos algún trabajo.
Genial, encontré uno de 1.200 € al mes, me iría en junio y era marzo, serían 3 meses, ganaría 3.600 € y en París encontraría otro trabajo.

Al pasar los meses, ya era la hora de hacerlo. Comprado ya los billetes y reservado el alojamiento para un mes, solo me quedaba 430 €, tenía miedo. ¿Qué me deparará? No lo sé, para saberlo tengo que vivirlo.
Me armé de valor, preparé todas mis cosas y me fui camino a la estación de tren en bus, sin que mis padres se enteraran. ¡Qué rápido está pasando todo!

Mientras esperaba al tren, me llegó una llamada de mi madre. Obviamente era porque me había ido sin avisar antes. Justo me di cuenta: podían rastrearme el móvil cuándo estara ya en París. Tenía que deshacerme de él. Por ello quité la tarjeta, la rompí y el móvil lo metí en una bolsa de una señora que estaba yéndose; menos mal no se dio cuenta.

Puede que aquél día del 1 en filosofía lo hubiese hecho el destino.
Entré al tren, me senté y sin darme cuenta me quedé dormida.
Tardaría 1 día en llegar.