Capítulo 6

50 29 0
                                    

Me dirijo a la sala comedor dónde está la música navideña y todo decorado. Hera hermoso a decir verdad, pero todavía no entendía nada. Todo ésto no concuerda con él. No lo sé......es que, un árbol de navidad de veinte pies de alto, regalos debajo, bombillitos de colores, mesa con todo tipos de aperitivos, incluso había una fuerte de chocolate y huevos de pascua. Extraño verdad, un mafioso..de bajo mundo haciendo estás cosas es muy raro. ¿Además ya es navidad?...no recuerdo que, no entiendo nada.

- Carol veo que ya te cambiaste.- me volteo exaltada por la voz de Elif.

- Ho...si ya lo he hecho.- le dedico una sonrisa fingida.- ¿Oye Elif puedo hacerte una pregunta?.

- Por su puesto, ¿que pasa?.

- ¿Qué día es hoy?.

- Veiticatro de diciembre.

- ¿Q..ué?..- dí un paso atrás de lo sorprendida que estaba. No puede ser noche buena...cuado estaba encerrada estaba en noviembre si no me equivoco..., ¿Cuántos días llevo aquí desde la cena con Joch?

- ¿Estás bien?.

- Si no es nada tranquila.- respondí con la mirada perdida tratando de recordar.

- Perfecto entonces, me hace falta que me ayudes con algo sumamente importante.- dice colocado pequeños platillos en la larga mesa.

- Ok..- si después de todo estoy aquí para éso ¿no?. Soy una criada más.

- Me hace falta que vayas a la cocina y me traigas de la última gabeta a la izquierda cuatro paquetes de malvaviscos y dos de tosquitos de chocolate.

Asentí con la cabeza dirigiéndome a la cocina para buscar todo lo que me ha pedido. Traté de memorizar todo, es que aveses soy, un poco olvidadiza.

Joch

Parqueo el auto frente al jardín de niños cerrando la puerta tras de mí. Meto mi celular dentro de mi chaqueta mientras con la otra mano, cargo con una caja de chocolates blancos.

Me encamino a la sala principal dónde se encuentra la encargada, ella con sólo verme llama por teléfono mientras yo me quedo parado esperando por ella. Yo no soy un hombre de esperar, no tengo tanta paciencia, pero por ella soy capaz hasta de matar, cosa que se me da muy bien.

- ¡¡¡Papi!!!!.- un chillido me hace voltear la cabeza en su dirección. Una pequeña niña de cuatro años empieza a correr enganchándoce en mi pierna.- ¡Vinisteee!.

Sonrío al verla

- Claro mi amor, claro que viene a por tí.- me agacho a su altura viendo cómo se le forman ésos lindos holluelos en sus mejilla.- Te traje tus chocolates azules..- sonrío.

- Mentiroso.- me da un golpe en el hombro y yo finjo dolor.

- ¡HAUU! ¿por qué me pegas?.

- Porque no son chocolates azules, se que son blancos.- sonríe con maldad tratando de coger el paquete.

- No te daré la caja.-me levanto cargando su mochila caminado hacia afuera.

- ¡Pero papi!.- escuchó cómo empieza a caminar, sus pequeños pasos resuenan en el camino de graba tratando de alcanzarme.- ¡Papi espérame! Te juro que me porté bien...., papi, se detiene en pleno camino y sé que significa, va a llorar.

Suspiro parando de caminar a ir a por ella que ahora mismo se encuentra con su cabecita baja y las mejillas rojas preparada para llorar.

- Ana no llores, sabes que no me gusta, te pones fea cuado lloras.- le acaricio su cabello negro el cuál le llega a su cintura.

Silencio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora