Capítulo 8

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Estábamos sentados todos en la gran mesa llena de aperitivos deliciosos. La boca se me hacía agua de tan sólo mirar al final de la mesa una fuente llenos de pasteles de luna. La mesa estaba repleta de gente que me había presentado Elif al principio, pero fué muy repentino y rápido, Ya sus rostros se me asían desconocidos.

Todos ellos murmuraban cosas que yo no entendía y éso me asía ver fuera de lugar. Ni modo, poco me importaba, pero me estaba aburrido demaciado y ya mi pobre panza reclamaba por comida.

Miré a mi alrededor y ni siquiera notaban mi existencia, habían cómo máximo seis sillas vacías. A lo mejor estaban esperando a por ellos y por eso no habían comenzado ya, pero JODER que me muero de hambre.

Lógico si la desagradable "charla" con mi supuesto "jefe" me agobió bastante.

Suspiré, Okey ésto tardará más de lo que imaginé y ya me están entrando las ganas de suicidarme. Ver tanta comida junta en un mismo lugar y no poder tocarla siquiera es una tortura.

- ¡¡LLEGÓ POR QUIÉN LLORABAN!!.- todos guardaron silencio en la mesa y mi mirada se dirigió a la fuente de ésa voz.

No pude ser

¿CRIS?..

Mi cara era completo chok en estos momentos. Charlie, Cris y el idiota de Nik se acercaban hacia la nosotros.

Cristina la cocinera puso los ojos en blanco por la manera en que Cris entró. Por mi parte pude esbozar una pequeña sonrisa que se borró de inmediato.

- ¡Hooo!.- Cris sonrío de oreja a oreja cuando me vió.- ¡Pero si es mi querida Carilay!.- ya sabía yo que no duraría mucho en llamarme así.

- Tan bien me da gusto verte Cris.- lo miré de reojo.- ¿Qué haces aquí?.

Se pone una mano en el corazón con dramatismo.

- Pero que mala eres..¿siempre has Sido tan directa?.- responde sentándose en una de las sillas.

Charlie también se sentó y cómo saludo me dió un asentamiento de cabeza el cuál le devolvi. Nunca olvidaré lo que hizo por mí en aquella celda cuando estuve en mis peores días. Por otro lado Nik ni siquiera se molestó en notarme, sólo se sentó sin pronunciar ni una sola palabra.

Cretino.

Me removí en mi asiento por la incómoda mirada que me lanzaba uno de los guardias, siempre lo hacía, pero no le daba mucha importancia ya que la risa de una niña me hace fruncir el seño, venía acompañada de Elif dando saltitos por todos lados.

- ¡Bienvenidos sean todos!.- chilló con alegría abriendo sus brazos con una sonrisa.

Era una niña muy tierna, llevaba un pequeño gorro rojo de navidad al igual que Elif, cosa que me pareció gracioso. La niña recogió una caja de cartón y la abrió entusiasmada sacando gorros de navidad. Ella misma empezaba a repartirlos a todo el mundo..

- ¿Me veo guapo verdad?.- Cris hizo una pose guiñándole un ojo a la niña con el gorro puesto.

- Si, pero acuérdate de lo que me prometiste.- ella se cruzó de brazos con una ceja emnaracada.- ¿Te acuerdas verdad?.

- ¿He?.- respondió cogiendo una fritura.

- Lo sabía..- ella lo apunta con un dedo, yo sólo sonrío por la escena, para ser tan pequeña actúa cómo todo una señorita.- ¡Cris prometiste que te disfrazarias de papá Noel en la cena de navidad!.

Cris se atragantó con la fritura

- ¿Yo te prometí éso?.- abrió los ojos con horror.- No recuerdo haber prometido nada..

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