Feelings
don't be afraid of your feelings
Lara y Walker son amigos desde que tiene memoria.
Walker intenta descifrar que son estos nuevos sentimientos.
Lara tiene miedo de aceptar que esta creciendo y que las cosas nunca dejan de cambiar.
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Estaba muy emocionada por esta salida, hace siglos que no salíamos todos juntos y luego de estar enferma era lo que más necesitaba.
Les explico, luego de que Walker estuviera en mi casa para cuidar de mi él y Leena me invitaron a una salida a un parque de diversiones.
Íbamos a estar solo nosotros, Tanner, Walker, Leena, Charlie, Nico y yo.
Nico, Charile y yo nos despertamos bastante temprano ya que Leena, Walker y Tanner iban a venir a prepararse a casa.
-¿Mamá puedes abrirles tu?- le grite a mi mamá desde el cuarto de arriba.
Escuche como abría la puerta y comenzaba a saludar a los hermanos Scobell uno por uno mientras yo terminaba de cambiarme.
Baje lo mas rapido que pude y los encontré en el comedor.
-¡Lari!- me grito Tanner y corrió a abrazarme mientras yo le daba vueltas.
-Tanner, dios tienes que dejar de crecer estas muy grande- me queje ya que había crecido bastante y me costaba más levantarlo.
-Jaja te esta diciendo pesado- se burlo Walker por lo que fue regañado por mi madre.
-Lo siento señora Daves- respondió sonrojado a lo que yo me burle y fuí a saludar a Leena.
-¿Emocionada?- me preguntó abrazandome.
-¡Mucho! Dios esto sera genial- respondí emocionada mientras ambas dabanis saltitos.
-¿Nos extrañaban?- pregunto desde arriba de la escalera Charlie con Nico a su lado.
-¡Nunca!- le grite y el me saco la lengua mientras Nico trataba de ocultar su risa.
Ambos bajaron y nos saludaron. Nico con un calido abrazo mientras que mi molesto hermano despeinaba nuestro pelo.
Yo solo reia con Nico mientras veiamos como Leena amenazó a mi hermano para que no le tocará el pelo hasta que sentí un mano tocar mi hombro.
Me dí vuelta y vi un imagen bastante tierna.
Walker haciendo un puchero y con los brazos crusados.
-¿Qué?- le pregunté confusa.
-¿Y mi abrazó? Aun no me has saludado- me reclamó como un niño pequeño mientras yo rodeaba mis ojos.
Me acerqué a el y lo abracé, el correspondió encantado pasando sus manos por mi cintura.
-¿Feliz?- bromeo y el asiente aun sin romper el abrazo.
Yo solo me separó y lo empujo levemente.
-¡Oye! Te cuido cuando estas enferma y asi me pagas- me reclamó.
-Deja las quejas tenemos que preparar todo- le respondí y el asintió.
Entre todos comenzamos a preparar la mochila con todo lo necesario. No es que necesitaramos mucho para un parque de diversiones pero el viaje era bastante largo.
