XII

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JIMIN

El golpeteo de la lluvia en mi parabrisas y el suave sonido de The Dangerous Summer saliendo de los altavoces de mi auto son las únicas cosas que acompañan mis pensamientos mientras conduzco de vuelta a casa desde otra visita al hospital.

La lluvia es cada vez más intensa con la primera gran tormenta del invierno que llega de la costa, así que salí temprano, sabiendo que tenía que llegar a casa antes de que llegara de verdad. 

Aun así, me molesta que mi visita a mamá y a Doyun haya sido más corta de lo que me hubiera gustado. Aunque haya pasado la mayor parte del día –los últimos, en realidad– con mamá y Doyun en su habitación. Hablando con ellos, aunque no puedan responder.

Me gustaría que pudieran responder; sobre todo mamá. Tal vez ella podría decirme qué demonios hacer. Sobre la directiva, los respiradores y los arreglos que aparentemente se están haciendo.

Y que Jungkook está aquí.

Dios, daría cualquier cosa por conocer su opinión sobre cómo han ido las cosas entre nosotros, porque ya no puedo decir si están mejor o peor que cuando éramos más jóvenes.

Siento que están peor, sobre todo porque incluso la idea de volver a mi casa, donde sin duda estará Jungkook, me hace un nudo en el estómago de la tensión.

Veinte dólares a que también seguirá ignorándome.

Lleva toda la semana actuando de forma extraña y, por lo que sé, no consigo entender por qué. Claro, los dos seguimos en esa incómoda etapa de convivencia en la que no sabemos cómo actuar, pero esto es diferente. No ha tratado de evitarme hasta ahora. 

Incluso cuando lo único que hacíamos era gritarnos cuando estábamos en la misma habitación o sentarnos en un incómodo silencio.

Se siente como si hubiéramos vuelto a cómo eran las cosas en el instituto, especialmente ese periodo de un mes en el que él y Myeong rompieron.

Pero esto es más que eso.

No me mira a los ojos cuando me habla. Se niega a estar en la misma habitación que yo hasta el punto de que, en cuanto entro, se va. Y aunque esa haya sido la forma en que ha vivido los últimos siete años, como si yo no existiera, esto ha pasado a un nivel extremo.

¿Pero la parte más extraña de todo esto? 

Me está volviendo loco.

No me gusta pelear con él y odio que sea él quien tenga todo el poder en esta situación en la que estamos con Doyun y mamá. Y que mantenga las distancias es definitivamente algo bueno, aunque sólo sea para frenar la estúpida cantidad de atracción que siento hacia él. Pero tampoco quiero que me ignore directamente. No cuando ya me siento más solo que en toda mi vida.

¿Tal vez tenga algo que ver con la crisis que tuve en la ciudad? No estoy del todo seguro, 

y no hemos hablado de ello. Sin embargo, siento que esto es aún más grande que eso.

No pude evitar la forma en que reaccioné, y creo que ni siquiera me arrepiento de ello.

Desde que se supo del estado de mamá y Doyun –lo que ocurrió rápidamente cuando ambos dejaron de ir a trabajar– me he visto obligado a estar rodeado de mucha gente. Y para alguien que se nutre de estar solo más que de no estarlo, ya es una lucha en un buen día.

Diablos, mi jefe en la tienda de surf de la ciudad me dio tiempo libre en cuanto se enteró del accidente porque sabía que estar rodeado de gente en este momento no sería bueno para mí. Pero, ¿Después del incidente de la tienda? Me dio todo el mes libre, sólo para que pudiera arreglar mis cosas. No puedo decir que culpe al tipo, porque no puede dejar que atienda a los pocos clientes que tenemos cada día durante la pausa invernal.

ʜᴇᴀᴅ ᴀʙᴏᴠᴇ ᴡᴀᴛᴇʀ ☾𖤓 ᴷᵒᵒᵏᵐⁱⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora