Capítulo VI

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Hola a todos! Acá un nuevo capítulo, y acá un poco más sobre los secretos de Daemon, su relación con Mysaria, y como Rhaenyra va necesitando más y más las pastillas que le daban.

No olviden comentar y votar. Por favor de esta historia, porque siempre hay uno preguntando por otra historia jeje

- ¿Qué mierda quieres?- preguntó Daemon que se había quedado dormido luego de jugar hasta tarde con ''sus'' hijos.

- Estabas gritando- dijo Mysaria mirándolo con tristeza- Los niños no te escucharon, tranquilo- dijo ella y Daemon maldijo- ¿Otra pesadilla?- preguntó ella y Daemon la miró molesto.

- Sal de acá- dijo él avergonzado por dejar ver sus temores, aunque fuera involuntario.

- Daemon, ¿Piensas algún día decirle por qué la tienes encerrada? ¿Decirle que es lo que te hicieron?- preguntó ella y Daemon apartó la mirada.

- Jamás- dijo él y Mysaria suspiró.

Se acercó a él y tocó su espalda desnuda, acarició la cicatriz que estaba en su columna, aquella horrible cicatriz que él cargaba de la vez que estuvo a punto de morir.

- ¿Aún duele?- preguntó ella y él asintió.

- Siempre duele- dijo él sintiendo sus ojos brillar- No hay minuto, no hay instante del día que no duela, vivo cada maldito día con aquellos clavos en mi columna para poder caminar- gruñó él y ella lo abrazó con fuerza.

- El infierno ya pasó, estás a salvo ahora- dijo ella recostándose lentamente con él abrazado.

No había nada sexual entre ellos, ya no, pero ella sabía bien lo mucho que él necesitaba el abrazo de alguien que supiera de su dolor.

- Déjame cuidar de ti esta noche- dijo ella y él la dejó aplicar ungüentos en su piel para calmar su dolor.

Un dolor que sufriría toda su vida, al que jamás se acostumbraba. Poder caminar era un regalo de la ciencia, pero un regalo que venía acompañado de un dolor que ninguna persona en el mundo debería tolerar a cada minuto.

Aún recordaba esos días en prisión, cuando ya no pudo defenderse, recuperándose de herida tras herida, lo encontraron débil un día, lo presionaron en el suelo y golpearon su espalda hasta que su columna se partió, tomaron una piedra gigantesca, y quebraron columna y costillas.

Logró sobrevivir, pero estuvo inválido por 3 años en esa prisión, indefenso, sin poder mover las piernas, y con el título de ''abusador de niños'' ellos hicieron lo que quisieron con él.

Lo humillaron, lo degradaron de tantas maneras que estaban grabadas en su alma, y aún así, el peor dolor que él pudo sentir, fue ella acusándolo de ser su abusador.

Cuando despertó, Daemon tapó a Mysaria que lo había cuidado toda la noche. 

Se odió por no poder amarla a ella, se odió por no haber podido sentir nunca nada por ella, se odió por haber dejado que el amor que ella sentía por él se extinguiera.

Si tan solo hubiera podido amarla, tal vez habría dejado toda su venganza atrás.

Pero no amaba a Mysaria, no sentía nada por ella más que gratitud, respeto y cariño por todo lo que habían vivido juntos.

A quién amaba era a Rhaenyra, de la forma más retorcida que pudiera imaginar, pero la amaba.

Se miró al espejo mirando la cicatriz, jamás se borraba, jamás desaparecería, al igual que el dolor.

Sonrió cuando vio que en alguna hora Mysaria le había preparado hierbas en la bañera que aliviaban un poco su dolor. 

Llenó la bañera con agua y cerró los ojos, pero aún así no encontró la paz.

Obsesión, Locura y Pasado (Dark Daemyra)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora