—¿Crees que soy raro?.—murmura un Cooper de ocho años de edad.
La repentina pregunta lo tomó desprevenido por varias razones. La primera era por la voz del menor, que sonaba rota y sollozante, confirmando sus sospechas de que el niño había estado llorando cuando miró los ojos de Cooper. La segunda era porque no sabía que él estaba ahí.
Ramón había salido de su búnker a reabastecer su almacén de comida, llendo por las moras que se encontraban casi cerca de la villa, pero estaba tan concentrado en recolectarlas que no había notado que el pequeño troll se le había acercado. Él conocía a Cooper desde que Poppy se lo presentó como su nuevo hermano menor, en ese entonces ella tenía dos años mientras que Cooper tenía un año.
Ramón se había resignado al echo de tener que lidiar ahora con dos niños que no lo dejarían en paz, pero debía admitir que las tardes con ellos solían ser tranquilas y divertidas, por lo que no se molestó en alejarse porque muy en el fondo lo disfrutaba. Solían visitarlo para contarle todo lo que llegaba a ocurrir en el pueblo, ayudándole a recolectar las frutas y las cosas que necesitaba para su hogar, y si había tiempo de sobra, les daría algunas de las frutas para que se las llevaran comiendo.
Claro, no todos los días podían venir debido a las clases que Poppy recibía para cuando se convirtiera en reina, como ese día, por lo que Ramón se sorprendió de la repentina visita de Cooper y la forma en que llegó.
—"¿Qué?".—escribió.
—Que si piensas que soy raro..—repite, un poco más bajo, casi en un susurro. Ramón casi se lo pierde.
Casi.
Ramón lo miró con cautela, antes de escribir.—"¿Porque preguntas eso?."—despues de mostrar el escrito, le dió la mirada más suave que pudo reunir, tratando de que el niño confíe en él.
Cooper vaciló un momento, antes de suspirar.—Todos me dicen eso...dicen que soy raro, y que tengo una sonrisa tonta, que como demasiado...—las lágrimas ya fluían por las mejillas.—Poppy me defiende y me dice que no les haga caso, que ellos no saben lo que dicen...pero estoy seguro que solo lo dice porque es mi hermana.
Ramón sintió una punzada en el pecho. Por supuesto que el pueblo lo criticaría, era un troll diferente, debió imaginar que esto ocurriría en el momento en que Poppy había mencionado hace unos años que todos miraban de forma extraña al menor, pero le dolió más que Cooper dudara de las palabras de Poppy por el echo de ser su hermana.
¿Que tan lejos llegaron las críticas de los trolls, como para que Cooper dude del cariño de su familia?.
—"Nunca dudes del cariño que te tiene Poppy, ella es tu hermana mayor y debes confiar en sus palabras."—escribió. Es irónico que escriba eso, considerando que él también confío en las palabras de su hermano mayor, y mira dónde acabó.
Pero él sabe que Poppy jamás abandonaría a Cooper. Sin importar lo que la gente diga o incluso si su padre lo trata diferente, ella nunca dejaría a Cooper. Y él sabe que Cooper sabe eso, y que de la misma forma que Poppy no lo abandonaría, él tampoco lo haría.
—Supongo...pero no contestaste mi pregunta.—Cooper ahora lo mira con cierto temor en sus ojos.
Ramón suspira y escribe en su cuaderno.—"Eres raro, pero en el buen sentido. Lo raro en tí nos gusta a Poppy y a mí."
Cooper sonríe un poco.—Gracias Ramón.
—"De nada. Y si tienes algún problema, no dudes en acudir con Poppy o conmigo, nosotros estaremos ahí para tí."
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ღ༻❝𝙇𝙖 𝘼𝙘ú𝙨𝙩𝙞𝙘𝙖 𝙨𝙞𝙡𝙚𝙣𝙘𝙞𝙤𝙨𝙖❞༺ღ
FanfictionTrolls Ramón Sordomudo AU. Poppy se embarca en una aventura para salvar a sus amigos de los horribles y temibles Bertenos. Con ayuda de Ramón, el único troll gris y sin la capacidad de hablar, formarán equipo para poder salvar a los Trolls. y quién...